Biografía
de Alfonso I El Católico. Rey de Asturias
Biografía
de Alfonso I, "El Católico"
Si
con el nombramiento de Pelayo como rey de los astures en el año
718 se daba origen legendario al primer núcleo de resistencia
frente al Islam en el norte de la península, será
con su yerno Alfonso I con quien el reino astur se consolide y dirija
sus miras hacia los territorios del sur. Los cristianos de la cornisa
cantábrica ven despejado su horizonte y se marca un punto
de inflexión en su trayectoria, de ahí la importancia
que para la historia de nuestro país tiene este monarca,
apodado "El Católico" por su interés en
potenciar la religión cristiana en sus dominios.
Antecedentes
Alfonso I sucede a Favila,
hijo de Pelayo, cuyo reinado duró apenas dos años,
del 737 al 739. El final de sus días llegó de forma
terrorífica, cuando un oso le despedazó mientras disfrutaba
de unas jornadas de caza, a las que era muy aficionado. El joven
monarca apenas tuvo tiempo para consagrar la ermita de la Santa
Cruz, construida en Cangas de Onís, capital del reino, como
recuerdo del triunfo de su padre en Covadonga.
Nacido en el año
693, Alfonso I era hijo del dux Pedro de Cantabria. Se casó
con Ermesinda, hija de Pelayo, con lo que a la muerte de Favila,
se convirtió en único heredero del trono, lo que constata
la tradición matrilineal propia de la sociedad gentilicia
astur.
De esta manera se unirán
a los territorios originarios del reino, los dominios de su padre
Pedro, dando lugar a una extensión formada por Cangas de
Onís, Liébana, Transmiera, Sopuerta, Carranza y Bardulia,
que según la Crónica de Alfonso III, correspondía
a la primitiva Castilla, que se situaba en el norte de la actual
provincia de Burgos, cuyo límite meridional quedaría
fijado por el río Ebro, en territorio fronterizo con los
vascones.
El inicio del reinado de
Alfonso I, en el año 739, coincide con un enfrentamiento
civil en Al-Andalus entre bereberes y árabes. Los primeros,
que estaban al frente de las guarniciones de la Meseta Norte, abandonan
sus posiciones dejando el terreno libre para un hábil Alfonso,
que viendo una gran oportunidad para afianzar su territorio, se
lanza hacia el oeste incorporando a su reinado la diócesis
de Iria Flavia, con lo que abre sus dominios a la costa gallega,
que desde entonces, queda incorporada al reino astur.
Hacia el 750, una enorme
hambruna y una epidemia de viruela merman los territorios del valle
del Duero, ya de por sí despoblados, lo que favorece las
incursiones de los astures. La Crónica de Alfonso III nos
dice que acompañado de su hermano Fruela, "llevó
a cabo muchos combates contra los sarracenos y capturó muchas
ciudades que éstos habían ocupado. Esto es, Lugo,
Tuy, Oporto, Braga, Viseo, Chaves, Ledesma, Salamanca, Zamora, Ávila,
Segovia, Astorga, León, Saldaña, Mave, Amaya, Simancas,
Oca, Veleya, Alavense, Miranda, Revenga, Carbonera, Abalos, Briones,
Cenicero, Alesanco, Osma, Clunia, Arganda, Sepúlveda, con
todos sus castros, con villas y aldeas..."
Muy optimista se mostraba
el cronista, en la Albeldense, se nos dice simplemente que "invadió
victorioso las ciudades de León y Astorga, poseídas
por los enemigos, asoló los Campos que llaman Góticos
hasta el Duero y extendió el reino de los cristianos..."
Sin tomarlas al pie de la
letra, el relato de ambas Crónicas nos permite trazar los
límites entre Al-Andalus y el reino astur durante el reinado
de Alfonso I. Saldaña, Mave, Amaya, Oca y Miranda constituirían
una primera línea fronteriza, que los musulmanes protegerían
con centros fortificados más alejados, como Astorga, León,
Clunia y Osma. En el Valle del Ebro, las fortalezas de Miranda,
Revenga, Carbonera, Abalos, Briones, Cenicero y Alesanco constituirían
el limes de los territorios vascones.
El objetivo de las incursiones
dirigidas por Alfonso I sería el de crear una gran franja
fronteriza, en su mayoría despoblada, que supusiera un cordón
de seguridad frente a los musulmanes. Esto explica que, según
la Crónica de Alfonso III, se dedicara a eliminar los núcleos
de población musulmana y a llevarse a los habitantes cristianos
hacia las zonas más seguras del norte peninsular.
Este fenómeno permitió
la introducción de formas de vida visigodas en los núcleos
poblaciones de la cordillera cantábrica y la costa gallega,
que dejaron una cierta influencia en la centralización del
poder y en el régimen de servidumbre, claves para entender
el futuro desarrollo del reino astur. Así también,
en este fenómeno encontramos la base del surgimiento del
neogoticismo, que inculcó entre los astures la idea de Reconquista.
Fernando de Olaguer-Feliú constata esta influencia visigoda
incluso en las formas arquitectónicas del arte asturiano,
cuyos años de esplendor están todavía por llegar
a estas alturas.
El
legado de Alfonso I El Católico
A pesar de sus incursiones,
Alfonso I no consiguió establecer un dominio estable sobre
las zonas del Valle del Duero, pero sí que logró despoblar
de enemigos extensas franjas del norte peninsular. Desde entonces,
los musulmanes establecieron tres marcas fronterizas, las de Zaragoza,
Toledo y Mérida, altamente fortificadas. El Valle del Duero
se convirtió en escenario de continuas escaramuzas bélicas
entre los reinos cristianos del norte y Al-Andalus.
De su matrimonio con Ermesinda,
Alfonso I tuvo tres hijos: Fruela, Vimarano y Adosinda. Tras enviudar,
engendró otro vástago de una cautiva, al que llamó
Mauregato. A su muerte, fue su hijo Fruela quien le sustituyó,
reinando desde el año 757 hasta el año 768.
A parte de las incursiones
militares, Alfonso I mostró una gran preocupación
por engrandecer y enriquecer la capital de su reino, Cangas de Onís,
potenciando a su vez la vida cristiana, lo que le valió el
apelativo posterior de "El Católico". Fundó
el monasterio de San Pedro de Villanueva, junto a Cangas, y el de
Santa María de Covadonga, cuyo aspecto se desconoce, pero
que bien pudieron ser la incipiente muestra de un estilo arquitectónico
propio, que comenzaría a gestarse en este momento y que alcanzaría
su mayor esplendor a partir del reinado de Ramiro I.
(Autor
del texto del artículo/colaborador de ARTEGUIAS: Mario Agudo)