Colegiata
de Santa María del Sar
La
catedral de Santiago de Compostela no es el único monumento
románico de la ciudad. En las afueras, se encuentra la Colegiata
de Santa María del Sar.
La Colegiata de Santa María
del Sar se funda en 1136, en tiempos de Diego Gelmírez, como
la primera comunidad de canónigos regulares de San Agustín,
en Galicia
El edificio se comienza
a construir en el segundo cuarto del siglo XIII por los ábsides
laterales de la cabecera, por el taller de la catedral de Santiago,
aunque las obras se dilatan durante todo el siglo y traspasa el
XIII.
Es un edificio
de gran porte, con tres naves rematadas en cabecera tripartita de
gran belleza, gracias a al equilibrio de formas del ábside
poligonal con ventanas y columnas y a los canecillos esculpidos
de los ábsides laterales.
La
fachada occidental es muy austera y el muro norte está casi
tapado por los enormes arbotantes que tuvieron que construirse en
época posterior para evitar su desplome.
A pesar
de ellos, se conserva la puerta norte, austera y elegante, con arquivoltas
de medio punto sobre columnas y tejaroz con canecillos y metopas.
Todo este muro se anima con ventanales que lo animan rítmicamente.
En
el interior lo más inmediatamente perceptible es la acusada
desviación de los arcos formeros y pilares hacia el exterior,
posiblemente por la acción de filtraciones de agua del Río
Sar.
No debemos
dejar de ver el interior del ábside central con sus proporcionadas
arquerías murales superpuestas, ni los capiteles del arco
triunfal del ábside septentrional.
El claustro
conserva un ala de estilo románico también alterado
por contrafuertes. Sus arcos son de gran barrosquismo por sus arquivoltas
repletas de motivos florales y geométricos.
Fue obra del taller del Maestro Mateo a finales del siglo XII o
comienzo del XIII.