Guía
monumental (arte e historia) de Oñate, Guipúzcoa
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Oñate |
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Guipúzcoa |
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Alto
Deva |
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Introducción
a la historia de Oñate, Guipúzcoa
Introducción
La
Magnífica la Muy Noble y Leal Villa de Oñate, en euskera
y oficialmente llamada Oñati, se ubica en el centro geográfico
del País Vasco, a unos 80 kilómetros de su capital
provincial San Sebastián y no lejos de los límites
geográficos alaveses.
Situada en un fecundo valle rodeado de algunas de las
montañas de mayor altitud de los Montes Vascos, pertenece
a la próspera Comarca del Alto Deba y, por su privilegiado
emplazamiento, además de ostentar el honor de ser el municipio
de mayor superficie de Gipuzkoa, es uno de los municipios mejor
comunicados con las tres capitales vascas.
Oñati es, por méritos propios, una de
las localidades más turísticas d Euskadi, tanto por
ubicarse en su término el Santuario de Nuestra Señora
de Aránzazu, uno de los de mayor devoción entre vascos
y navarros; como por su meritorio patrimonio histórico y
monumental, el cual, le ha servido a la población para ser
conocida con el apelativo de "La Toledo Vasca".
Breve aproximación histórica
Pese a que está atestiguada la presencia humana
tanto en la propia villa oñatiense como en toda la Comarca
del Alto Deba desde tiempos inmemoriales, para encontrar la primera
mención documental de Oñati hay que remontarse al
año 1200, cuando aparece citada, bajo el nombre de "Onati",
en unas indulgencias promulgadas por el obispo de la sede riojana
de Calahorra.
El devenir histórico de Oñati durante
el Medievo e incluso durante la Edad Moderna está marcado
por el poder que ejercieron en el territorio los Condes de Oñate,
los cuales, más que como simples señores feudales,
llegaron a ostentar plenos poderes legislativos, militares, jurídicos
e incluso religiosos en sus dominios, rindiendo solo vasallaje primero
al rey navarro y posteriormente al castellano.
Este poder casi absoluto ejercido por la Casa de Guevara
al frente del Condado de Oñate es el principal motivo por
el que buena parte de la cronología histórica oñatiense
esté marcada por continuos levantamientos y revueltas populares
y nobiliarias contra ellos, los cuales, de una manera u otra, con
mayores o menores concesiones, siempre acabaron por ser sofocados.
Una fecha clave para la historia de Oñate es
1540, año en el que el obispo humanista Rodrigo Mercado de
Zazuola funda en la localidad la Universidad Sancti Spiritus, en
su momento, la única de todo el País Vasco y entre
cuyos muros se formaron personalidades de gran relevancia cultural.
Tras ser un importante feudo carlista durante la primera
mitad del siglo XIX, en 1845, con la supresión de los derechos
señoriales, Oñati y todo su territorio quedan definitivamente
anexionados a la provincia de Gipuzkoa, a la cual pertenece en la
actualidad.
Patrimonio artístico religioso
Iglesia de San Miguel Arcángel
La iglesia parroquial de San Miguel Arcángel,
principal edificio religioso de Oñati y Bien de Interés
Cultural desde 1931, remonta sus orígenes al siglo XIII,
planteado entonces como un templo de nave única.
En el siglo XV, por iniciativa de los Condes de Oñate,
el edificio es remodelado y ampliado, siéndole añadidas
dos naves laterales separadas de la central mediante pilares cilíndricos
que sustentan elegantes bóvedas de crucería estrellada.
En el siglo XVI y bajo el patrocinio del Obispo Rodrigo
Mercado de Zuazola se acometen nuevas reformas, erigiéndose
la Capilla de la Piedad con el fin de albergar su mausoleo sepulcral
y un soberbio retablo.
Contemporáneamente fue levantado también
el precioso claustro gótico flamígero literalmente
atravesado por el curso del río Ubao, sin duda, una de las
estampas más fotogénicas de Oñate al tratarse
de una peculiaridad única en todo el territorio peninsular.
Nuevas reformas son iniciadas a instancia del Conde
Pedro Vélez de Guevara, el cual, manda habilitar bajo el
altar mayor una cripta como panteón familiar, motivo por
el cual el presbiterio ha de ser sobreelevado mediante una escalinata
y el retablo original sustituido por otro de hechura barroca.
Con posterioridad, le serían añadidos
al edificio su portada barroca cobijada por un pórtico avanzado
en resalte, y la torre neoclásica bajo planos del arquitecto
Martín Carrera, una estructura que al estar realizada con
una piedra radicalmente distinta a la empleada en el resto de la
construcción, desentona considerablemente en el aspecto visual.
Monasterio de Bidaurreta
El Monasterio de Santa Clara de Bidaurreta, habitado
aún hoy por una comunidad de monjas Clarisas Franciscanas,
es otro de los elementos patrimoniales más destacados de
Oñati, habiendo sido distinguido con la categoría
de Monumento Histórico Artístico desde 1980.
Fue mandado construir hacia 1510 por Don Juan López
de Lázarraga, Contador Mayor de Los Reyes Católicos,
con el fin de albergar su panteón familiar. El edificio,
cuya erección debió coincidir en tiempo con la del
claustro de la iglesia de San Miguel, fue iniciado en el prototípico
estilo tardogótico isabelino, presentando elementos decorativos
-sobre todo heráldicos- ya de un corte más clásico.
La iglesia monacal presenta una única nave cubierta
con bóveda de crucería que, antes de rematar en su
cabecera poligonal, queda atravesada por una nave-transepto considerablemente
marcada tanto en alzado como en plana.
Cuenta en sus capillas laterales abiertas a la nave
central con una notable colección de retablos e imaginería
barroca, aunque su pieza más sobresaliente es el retablo
plateresco fechado en 1533 y realizado por el tallista local Juan
de Olazarán.
Por último, aunque inaccesible para las visitas
por hallarse en el espacio restringido de clausura, se conserva
también un interesante artesonado mudéjar.
Santuario de Aránzazu
Situado en un enclave de inigualable belleza paisajística
a unos 10 kilómetros de la Villa de Oñati, el de Nuestra
Señora de Aránzazu es uno de los santuarios marianos
de mayor devoción entre los vascos, recibiendo al año
un enorme volumen de visitantes y romeros al tratarse de una de
las patronas de Gipuzkoa.
Los orígenes del establecimiento devocional,
custodiado por una comunidad franciscana desde su fundación,
se remontan a principios del siglo XVI, sin embargo, su fortuna
histórica no ha sido demasiado benévola ya que, en
los siglos XVI, XVII y XIX sufrió distintos y pavorosos incendios
que acabaron reduciéndolo a cenizas.
El edificio actual es una espectacular obra contemporánea
proyectada por los arquitectos Francisco Javier Sáenz de
Oiza y Luis Laorga en el que, además, intervinieron en diferentes
cometidos artistas de la talla de Jorge Oteiza y Eduardo Chillida.
Testimonio de la primigenia devoción a Nuestra
Señora de Aránzazu es la imagen titular original,
por suerte sí conservada. Se trata de una modesta Virgen
gótica de piedra policromada de apenas 36 centímetros
que acoge en su regazo al Niño Jesús y que porta en
su mano derecha una esfera.
Patrimonio artístico civil
Universidad Sancti Spiritus
La Universidad del Santo Espíritu (Sancti Spiritus)
es, sin lugar a dudas, el monumento más conocido de Oñati,
habiéndose convertido, por méritos propios, en el
principal icono de la villa. La existencia de dicha Universidad,
en gran medida, fue el principal factor que determinó el
desarrollo y el esplendor del que gozó Oñati durante
la Edad Moderna, ya que durante siglos fue la única institución
de esta naturaleza existente en el País Vasco.
Su construcción y fundación, fechada
entre 1540 y 1542, se debe a la labor del obispo Rodrigo Sáez
de Mercado de Zuazola, natural de la propia Villa de Oñate
y una de las principales personalidades humanistas del siglo XVI,
el cual, para su empresa, supo ganarse la bula pontificia de Pablo
III además de contar con el patrocinio del Emperador Carlos.
Desde su fundación, en la Universidad se impartieron
lecciones de Leyes, Teología, Cánones y, esporádicamente,
de Artes y Medicina. Fue de carácter estrictamente católica
hasta que, tras la Revolución de 1868, pasó a ser
de libre enseñaza, pasando después a manos carlistas.
Cerraría sus puertas en el año 1901, acogiendo en
la actualidad el Instituto Internacional de Sociología Jurídica.
Arquitectónicamente, se trata de una de las
obras cumbres del Renacimiento vasco, siendo considerada un ejemplo
de la transición del Plateresco al Manierismo. Fue declarado
Bien de Interés Cultural en 1931.
El conjunto se estructura en torno a un gran patio
central cuadrangular de dos pisos, abriéndose a los corredores
de cada una de sus cuatro crujías aulas, despachos y demás
estancias funcionales, como las habitaciones, comedores y aula magna.
El claustro abre al jardín central mediante
una arquería de medio punto sobre columnas cilíndricas
rematadas en capiteles clasicistas, disponiéndose en las
enjutas medallones y blasones de variada temática. Esa misma
estructura se repite en el claustro superior, caracterizado por
su armónica balaustrada y por las originales gárgolas
que penden de sus cornisas.
El elemento más reconocible del edificio es
su fachada principal, soberbia obra de estilo plateresco compuesta
por una calle central en la que se habilita la portada y que queda
flanqueada por dos monumentales pilastras en resalte animadas por
hornacinas que acogen distintas esculturas de bulto redondo. Pilastras
historiadas de similar naturaleza fueron levantadas en los ángulos
de las torres laterales del conjunto.
Obra del escultor Pierre Picart, por sus características
recuerda al salmantino Convento de las Dueñas o al vallisoletano
Colegio de Santa Cruz, respondiendo la iconografía de la
fachada a un programa cuidadosamente elegido que vendría
a exhortar al alumno en la necesidad de "ejercitarse en valores
y virtudes que resultan de la síntesis pagana y cristiana".
También sobresaliente es el retablo de la pequeña
Capilla del Sancti Spiritus, obra de contratación y factura
castellana que presenta escenas alusivas a la Virgen María,
San Miguel y el propio Espíritu Santo, patrones de la institución.
Casa Torre de Zumeltzegi
La Torre Zumeltzegi, durante largos siglos residencia
de los poderosos Condes de Oñate, es la construcción
civil de mayor antigüedad de la villa, pudiendo remontarse
su construcción al siglo XIII aunque, con posterioridad,
sería remodelada en varias etapas con el fin de adaptarse
a las nuevas necesidades de cada momento, perdiendo en este proceso
su más que probable remate almenado.
Responde al modelo de casa fuerte vasca de un solo
volumen cúbico en el que, en varios niveles en altura, van
superponiéndose las distintas estancias. En este caso, la
puerta de ingreso queda habilitada en el segundo piso, siendo accesible
a través de un saliente cuerpo de escaleras llamado "patín"
Representa un ilustrativo ejemplo de cómo una
fortaleza concebida en origen como baluarte defensivo, una vez queda
obsoleta en lo que a sus funciones militares se refiere, es remodelada
y reconvertida en residencia señorial.
Otros edificios civiles de interés
Fruto de ese auge que vivió la villa oñatiarra
sobre todo durante la Edad Moderna, se conservan a lo largo de su
casco urbano varios palacios de interés.
De similares características a la ya tratada
Torre Zumeltzegi, es la casa-torre Lazarraga, de origen bajomedieval
y remodelada en siglos posteriores mediante la adición de
un cuerpo residencial dotado de blasones.
Ya plenamente renacentistas son los planteamientos
estéticos de otros inmuebles de interés en la villa,
como la Casa Hernani o la Casa Otaudi-Jausoro.
De estética barroca, resulta interesante
su Casa Consistorial, obra del arquitecto Martín Carrera
y que preside la encantadora y fotogénica Plaza de los Fueros,
principal punto de reunión de los oñatiarras.
(Autor del texto del artículo/colaborador
de ARTEGUIAS:
José Manuel Tomé)