Iglesia de Santa Eulalia de Unha, Lleida
Introducción
A
los pies del majestuoso Pui d'Unha y regado por el río Unhola
muy poco antes de su desembocadura en el Garona, la pequeña
localidad de Unha se sitúa en el extremo oeste de la Val
d'Arán (Lleida), nada menos que a 1300 metros sobre el nivel
del mar y a escasa distancia de la turística población
de Salardú y de la conocida estación invernal de Baqueira-Beret.
En la parte más elevada del pequeño caserío
y visible desde gran distancia se yergue su iglesia parroquial de
Santa Eulalia; tanto por su situación como por varias particularidades
que presenta y que veremos a continuación, una de las más
interesantes de todo el valle.
Arquitectura de la iglesia
Se trata de una construcción de planta basilical
estructurada en tres irregulares naves (la central más-amplia)
separadas por arcos de medio punto apeados sobre potentes columnas
carentes de decoración. Cada una de las naves desemboca en
su correspondiente ábside semicircular, siendo de nuevo el
central de mayor relieve y profundidad.
El elemento más llamativo al exterior de Santa
Eulalia d'Unha es su cabecera triabsidal, animada con el típicamente
lombardo registro de arquillos ciegos que, en este caso, se presentan
bajo un friso de dientes de sierra configurado mediante la disposición
de pequeños sillares en esquinilla.
En el muro sur se abre su puerta de ingreso, configurado
mediante un sencillo vano de medio punto dovelado bajo una línea
de canecillos vegetales, antropomorfos y heráldicos; mientras
que es a los pies donde se eleva su esbelta torre campanario, de
planta octogonal sobre basa cuadrada y rematada en un chapitel piramidal
tan frecuente en templos araneses.
La colección de pinturas
En el interior del templo es donde descubrimos dos
de los elementos más genuinos con que Santa Eulalia d'Unha
sorprende al visitante: se trata de su colección de pinturas
murales (románicas en el ábside y a caballo entre
el gótico y el renacimiento en las naves laterales), y sus
tres pilas románicas.
Las pinturas de mayor valor, descubiertas hace unos
años tras un retablo barroco y varias capas de encalado se
situaban en el ábside.
Se trata de las únicas pinturas románicas
al fresco conservadas en la Val d'Aran, apareciendo en la esfera
absidial el rostro de un Cristo en Majestad románico dentro
de la mandorla rodeada del Tetramorfos, pudiéndose intuirse
en torno a él la presencia de un colegio apostólico.
Ya más tardías, en las naves laterales
de la iglesia de Unha se despliega un interesante repertorio de
pinturas murales de transición entre el gótico y el
renacimiento en el que identificamos un completo Ciclo narrativo
de la Pasión, Muerte de Cristo y Juicio Final; escenas alusivas
a la vida de San Germán y de San Sebastián en el muro
norte, y una representación del Pecado Original de Adán
y Eva en el hastial interior sur.
Las pilas bautismales
Por último, es obligado hacer referencia a las
dos pilas de bautismo por inmersión medievales conservadas
en el templo.
Una es caliciforme y está decorada a base de
arcaicas y esquemáticas incisiones geométricas.
Más interesante aún es la segunda, rectangular
de posible raigambre prerrománica también decorada
a base de ingenuas fórmulas geométricas de diversa
naturaleza entre las que se adivinan cruces griegas y latinas. Sobre
esta singular pieza, varios especialistas apuntan a que pudiera
tratarse de un sarcófago reaprovechado.
También de origen románico parece la
modesta copa de una pila benditera decorada mediante un tallo ondulante
entre cuyos meandros se adaptan sencillas rosetas tetrapétalas
inscritas en discos.