Melilla
Mágica
Melilla, pequeño reducto de convivencia y multiculturalidad,
ubicada entre riscos y pedregales a orillas del Mediterraneo, a
menos de 200 kilómetros de la costa almeriense. Melilla enamora
con su colorido, su mezcolanza de aromas y sabores, fruto de siglos
de convivencia en estas tierras de la cultura cristiana, musulmana,
judía e hindú. Este pluralismo se mantiene a día
de hoy ofreciendo un espectáculo variopinto donde se aprecia
además la influencia del mundo africano que rodea la ciudad
en perfecta simbiosis con la tradición española.
Melilla
modernista
La antigua Rusadir,
como se conocía a Melilla en el Medievo, es en la actualidad
uno de los grandes referentes del Modernismo en España.
Centenares de
construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX llenan
la ciudad con su colorido y su original estructura. Muchas de ellas
llevan el sello de Enrique Nieto y Nieto, insigne escultor seguidor
de Lluís Domènech i Montaner, uno de los grandes nombres
del Modernismo español, y también del genio Gaudí.
El estilo desbordante
de imaginación y de florituras de Nieto invade las calles
de Melilla, y basta perderse por el centro de la ciudad para descubrir
sus edificios más notables, como la Casa Tortosa, La Reconquista
o la Casa Melul.
El Modernismo
aflora a cada paso en la zona conocida como el Triángulo
de Oro, ubicado en el ensanche de Melilla, siguiendo un patrón
de cuadrícula, al estilo del ensanche de Cerdá en
Barcelona.
Los
Fuertes
Otro de los
grandes referentes del modernismo melillense se encuentra en los
hermosísimos fuertes defensivos erigidos en la segunda mitad
del siglo XIX y que combinan con sabia intuición los rasgos
más representativos del Modernismo imperante con una estructura
defensiva propia del Medievo.
El resultado
es de una belleza sobrecogedora, y son muchas las teorías
que apuntan que sus sugerentes formas sirvieron de inspiración
al mismísimo Antonio Gaudí para algunas de sus obras.
Entre los fuertes
más destacados se aprecian el de Rostrogordo, con sus magníficas
torres hexagonales, Cabrerizas Altas, Camellos, el fuerte de Alfonso
XIII o el de San Francisco.
Iglesia
de la Purísima Concepción
No todo es Modernismo
en Melilla. La ciudad esconde además otras joyas enmarcadas
en otras épocas arquitectónicas dignas de admirar.
Tal es el caso de la Iglesia de la Purísima Concepción,
el templo cristiano más antiguo de la ciudad, obra maestra
del Románico.
La iglesia,
sobrecogedoramente austera, guarda en su interior una venerada talla
del Cristo de la Vera Cruz, que llegó a la ciudad de la mano
de los primeros moradores españoles.
La
Capilla del Cristo Rey
Otra de las
maravillas de la arquitectura cristiana en Melilla es esta hermosa
capilla, anexa al antiguo Hospital Militar del Rey, erigido en el
siglo XVIII, y en la actualidad sede del Archivo Central.
El diseño
original de la capilla es obra de Luis Sicre, y consta de tres naves
de armónica belleza ordenadamente separadas por recias columnas
de piedra.
Mezquita
central
Los musulmanes
melillenses se enorgullecen de contar con la Mezquita Central, una
de las grandes obras de Enrique Nieto en la ciudad, como uno de
sus lugares de culto.
La construcción
data de 1945 y a día de hoy es uno de los emblemas de la
ciudad, por la bella combinación de formas arquitectónicas
árabes con los principios modernistas. Su minarete, recubierto
en la cúpula con azulejos de vistoso colorido, es sin duda
uno de los monumentos más fotografiados de todo Melilla.
No menos interesantes
son las restantes mezquitas del casco urbano, tales como la fastuosa
Zawiya Alawiya , Mezquita Assalam (o Mezquita de la Paz), Mezquita
Aceituna, Mezquita de la Bola o Mezquita Arahma, donde se encuentra
además el cementerio musulmán del lugar.
Sinagoga
or Zoruah
Muchas son las
sinagogas de culto judío dispersas a lo largo y ancho de
la ciudad. La de Or Zoruah (o sinagoga de la "Luz Santa")
es posiblemente la más emblemática de todas ellas,
tanto por sus dimensiones como por su belleza formal.
Creada por Enrique
Nieto en 1924, deslumbra con su mezcla de exotismo y austeridad,
y un aire modernista que impregna cada milímetro del edificio.
Paseando por
el entramado de calles del centro de Melilla y los barrios aledaños
podrán verse otras sinagogas como la de Isaac Benarroch o
la de Foinguinos
Templo
Hindú Mandir
La comunidad
hindú, la de menor tamaño de las que conviven en Melilla,
cuenta también con un centro de culto, el templo Mandir,
que llama la atención del paseante con su pintoresca silueta.
En su interior se aprecia un fastuoso altar donde los hindús
veneran a diversas deidades, atendiendo al carácter sincretista.