San Antolín de
Bedón fue un monasterio benedictino ubicado el concello
de Llanes, situado en el extremo occidental del mismo, en un
verde vallejo que sólo dista unos cientos de metros de
la playa homónima de San Antolín.
Alrededor de la iglesia
queda un poblado prácticamente abandonado con las viviendas
en ruina y hay que reconocer que, aunque se llegue hasta él
a plena luz del día, provoca un cierto desasosiego su
vista.
Una vez pasado esta
inquietud, el esfuerzo merece la pena, pues nos encontraremos
ante una iglesia conservada impecablemente, especialmente tras
la restauración de la que ha gozado no hace demasiados
años. En ella, los muros de mampostería que son
mayoritarios en su fábrica se enfoscaron dando un aspecto
lisura que contrasta con el que tenía antes.
Este aspecto puede parecer
desacertado pero hay que recordar que los templos medievales
se enfoscaban con colores de claro, lo que además de
dar un aspecto más luminoso, permitía alisar las
rugosidades de los muros, especialmente si se componían
de mampostería.
Se trata esta iglesia
de un edificio tardío (inicios del siglo XIII) muy equilibrado
y armonioso en toda su arquitectura. La decoración, sin
embargo, es muy contenida, limitándose a los canecillos
(algunos restaurados) donde aparecen bastantes motivos figurados
en distinto estado de conservación.
Estructuralmente, cuenta
con tres naves y cabecera de tres ábsides semicirculares.
Cuenta con crucero poco sobresaliente en planta, pero sí
en alzado y un cimborrio sobre el transepto.
Las naves se cubren
con madera, mientras que crucero y ábsides lo hacen con
crucería.
El ingreso se hace por
dos puestas. La principal es la occidental, que tiene arquivoltas
ojivales sobre columnas. La meridional es similar, pero no dispone
de columnas. En ellas se aprecia especialmente el carácter
tardío ya mencionado y la influencia de la arquitectura
cisterciense, que domina el panorama artístico de la
Edad Media hispana en el arranque del siglo XIII.