Portada
románica de Santa María de Eguiarte
(Navarra)
La
iglesia de Santa María de Eguiarte no es de las más
conocidas, precisamente, del rico contexto románico navarro
a pesar de ser de un enorme interés para cualquier estudiosos
de la escultura medieval.
Del templo románico,
tras las reformas seculares, tenemos la portada del muro meridional,
que está cubierta por un gran porche pero accesible perfectamente
desde el exterior, por lo que el visitante no tendrá ningún
problema en localizarla y estudiarla.
Arquitectónicamente,
esta portadita de Eguiarte no es nada especial. Se trata de una
construcción de modesto tamaño y de articulación
bastante sencilla, constituida por tres arquivoltas de medio punto
con anchos baquetones y guardapolvos de escocia. Ninguna decoración
historiada, geométrica o vegetal interrumpe la lisura de
las superficies.
Por tanto, el interés
máximo se centra en los capiteles de las columnas y los relieves
de las jambas interiores.
En el lado izquierdo según
el observador, aparecen la Anunciación, la Adoración
de los Magos, un bajorrelieve geométrico que parece tener
implicaciones solares y un Agnus Dei, representado como un cordero
sujetando una cruz con su pata. Todos estos motivos lanzan mensajes
positivos y de esperanza.
En
el lado opuesto, los dos capiteles muestran animales demoniacos
como arpías y dragones plenamente silenses, más un
centauro sagitario y un crismón.
Nos podemos cuestionar si
el sagitario que lanza su flecha en dirección a los monstruos
se emplea aquí como representación del triunfo sobre
el mal. Es posible y quizás por ello, junto al sagitario,
aparece el crismón trinitario.
Es evidente el parecido
estilístico e iconográfico entre las escenas del Ciclo
de la Natividad de Eguiarte y San Miguel de Estella, a pocos kilómetros
de distancia.
Relación
con Estella y Silos
No
es ninguna novedad la relación que existe entre la escultura
de Estella y Silos y que para algunos autores tendría como
intermediación otros templos "intermedios" como
Armentia.
Lo que si es admirable es
que esta modesta iglesita tenga tallas y decoraciones de tanta calidad
y además tan relacionadas no sólo con Estella sino
casi más directamente con el monasterio burgalés de
Silos.
Tal extremo se comprueba
en la pareja de monstruos de uno de los capiteles que son muy similares
a los de uno de los capiteles del claustro bajo de Silos (VER IMÁGEN
LATERAL).
Es una prueba más
de la itinerancia de talleres que tanto sigue despistando y confundiendo
a los analistas del románico, puesto que es normal que una
misma manera de tallas y expresar plásticamente unos motivos
pueden aparecer a cientos de kilómetros de distancia. El
caso de Eguiarte es un buen ejemplo de ello.
La
flor de aro y el taller silense
Otra
de las claras relaciones de esta portada con el taller silense es
el motivo vegetal que decora los ábacos de los capitales,
que se impostan y anillan el arimez. Se trata de la llamada flor
aro o Arum Italicum.
Esta flor gramínea
mediterránea, que tiene sus frutos arracimados y posee grandes
hojas lanceoladas, es tallada por el segundo taller de Silos gracias
a su plasticidad (las hojas se esculpen con las nervaduras muy carnosas
y éstas o los tallos envuelven los frutos en círculo
o trazando formas acorazonadas, etc.)
Además de en el propio
claustro silense, en el románico meridional de Segovia, influido
por Silos, son numerosas las iglesias cuya decoración vegetal
se basa en esta flor de aro.