Introducción
Sabido
es que la catedral de Zamora es uno de los monumentos más
importantes del románico hispano, a pesar de haber perdido
su cabecera, pero quedan partes espectaculares como la Puerta
del Obispo en el extremo meridional del transepto, la monumental
torre campanario o el cimborrio gallonado, cabeza de serie de
los llamados "cimborrios del Duero", que derivan del
zamorano. Tales son los cimborrios de la Catedral Vieja de Salamanca,
la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro o la Torre
del Melón que se yergue sobre la sala capitular de la Catedral
Vieja de Plasencia.
Pero hacer la visita a la catedral de Zamora también
incluye realizarla al Museo Catedralicio de Zamora que
a veces puede parecer bastante desconocido para los aficionados
al arte a pesar de que la entrada al público es conjunta
y se accede a él por el propio claustro catedralicio.
El Museo Catedralicio de Zamora fue inaugurado hace
casi un siglo, en el año 1926. Como todo museo catedralicio
y diocesano se fundó para conservar adecuadamente y exponer
diversas obras de arte que procedían (cuadros, tablas,
esculturas, etc.) del conjunto catedralicio zamorano y también
de diversas iglesias parroquiales de la diócesis. Destaca
sorbremanera su colección de tapices flamencos de impresionante
calidad.
Historia del Museo
Aunque su fundación es de comienzos
del siglo XX, han sido muchos los avatares y transformaciones
que ha sufrido este museo zamorano.
Como ya hemos indicado, el museo, fundado en 1926,
fue ampliado en el año 1992 y posteriormente remodelado
en 2001 como consecuencia de la celebración de la exposición
de "Las Edades del Hombre" que tuvo por nombre "Rememebranza".
Una reestructuración de los contenidos,
realizada en 2010, mejoró sustancialmente la apariencia
de las salas que exponen sus obras de arte siguiendo un orden
temático. Por último, en el año 2016 se ha
habilitado la Capilla de Santiago, anexa al claustro y que es
un espacio construido en el siglo XIII donde se exponen diversas
esculturas de época medieval y moderna.
Obras destacadas del Museo Catedralicio de Zamora
Custodia procesional
La soberbia custodia procesional que se expone en
el museo es una auténtica joya del siglo XVI. Fue finalizada
en 1515 por Pedro de Ávila. Décadas después,
en 1598, Antonio Rodríguez le añade un alto basamento.
Escultura pétrea de la Virgen con el Niño
y San Juan Bautista
Sobresaliente es el conjunto escultórico
realizado en mármol blanco de Carrara que representa a
la Virgen María que lleva al Niño Jesús y
a los pies de la madre del Salvador, se encuentra "San Juanito"
como niño pequeño (San Juan Bautista). Se ha atribuido
su autoría al escultor burgalés Bartolomé
Ordóñez.
Grupo gótico de la Anunciación
Se expone un grupo de una Anunciación
con el arcángel San Gabriel y la Virgen María. Es
una magnífica obra gótica del siglo XIV de autor
desconocido. Las dos esculturas están completamente policromadas.
Cristo en Majestad
De la misma época del grupo de La Anunciación
es el Cristo en Majestad (Pantocrator), del siglo XIV.
Otras obras escultóricas
En la Capilla de Santiago, además de
las ya indicadas se exponen otras esculturas interesantes de época
medieval. Una de ellas es la talla en piedra policromada -aunque
bastante deteriorada- de un ángel con bellos cabellos dorados
que aparece en un forzado contraposto.
También citamos aquí una Anunciación
del gótico final, probablemente del siglo XV. Entre San
Gabriel y la Virgen se talló, como es habitual en la escultura
y la pintura gótica un gran jarrón de azucenas para
enfatizar la pureza virginal de María.
Colección de tapices
En el Museo Catedralicio de Zamora,
la colección de obras artísticas más importante
es, sin duda, su colección de tapices flamencos que abarcan
un siglo, puesto que hay ejemplares de finales del siglo XV y
de casi todo el siglo XVI.
Destaca el tapiz dedicado al rey
romano Tarquino Prisco, tejido en Flandes en el último
tercio del siglo XV. También tenemos tapices que se ocupan
de rememorar la Guerra de Troya, la historia de Aníbal
y los de la vida del rey David.
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