Características
del Románico en Galicia
La
historia y evolución del románico gallego pasa por una
serie de fases y vicisitudes demasiado complejas para pormenorizarlas
aquí.
Atendiendo
a los conceptos más generales, podemos establecer cuatro fases
en la historia de este estilo en tierras gallegas.
Fusión
del arte asturiano y el románico
En algunas
construcciones gallegas, como ocurre también en Asturias, el
tradicional estilo prerrománico asturiano se funde con las
primeras manifestaciones del románico pleno. Así encontramos
edificios con planimetrías prerrománicas con algunas
muestras de decoración y escultura románicas.
Primer
románico
De manera aislada,
también se construyen en Galicia algunos templos con reconocibles
características del románico lombardo o primer románico.
San Martiño de Mondoñedo es un buen ejemplo de ello.
Románico
compostelano
La edificación
de la catedral de Compostela, como es obvio, supuso un referente indiscutible
para todo el románico gallego.
Sin embargo,
la compleja construcción debió ser imitada en sus formas
y estructuras más sencillas en las zonas rurales.
No es de extrañar
que algunos edificios (Aguasantas, Mezquita...) imitaran el sistema
de doble piso o tribuna pero sin asolar dicha estructura (falso triforio)
A partir del
trabajo del Maestro Mateo en el Pórtico de la Gloria se extiende
por Galicia una manera de decorar con abundante escultura monumental
en las portadas, que bellísimos ejemplos como San Esteban de
Ribas de Miño
Monasterios
cistercienses
En la segunda
mitad del siglo XII y comienzos del XIII, en los valles gallegos se
ven erigir numerosos cenobios de la Orden del Císter. Como
en el resto de la geografía española, muestran una serie
de características peculiares y comunes: monumentalidad acusada,
equilibrio de líneas, gran espaciosidad, falta de escultura
decorativa.