Románico
Mudéjar rural en la Moraña
La
Moraña es una extensa llanura situada al norte de la provincia
que incluye la propia Moraña y la llamada "Tierra de Arévalo".
La escasez de canteras de piedra y la posible presencia de población
mudéjar en esta zona propició la construcción
de numerosos templos parroquiales de estilo románico-mudéjar.
Tres buenos
representantes de este estilo morañés son los templos
de San Nicolás de Bari en Madrigal de las Altas Torres, y las
iglesias parroquiales de Donvidas, Narros del Castillo y Palacios
Rubios.
San
Nicolás de Madrigal
Este templo
sufrió, como otras muchas, importantes reformas en diferentes
épocas, sobre todo en el siglo XV. Exteriormente lo más
destacable son los dos ábsides de semitambor, que corresponden
al central y al de la Epístola, con las clásicas arquerías
murales y frisos de ladrillos en esquinilla.
Situada en la Plaza del Ayuntamiento
de Madrigal, encontramos este noble ejemplar de iglesia mudéjar.
Seguramente data del siglo XIII y se edificó con importantes
dimensiones como templo con planta de cruz latina de tres naves y
otros tantos ábsides, dos en hemiciclo y el del Evangelio de
testero plano. La nave central mide 7,70 metros, el doble que las
laterales.
En el siglo XV sufrió
algunas importantes reformas que modificaron parte del aspecto exterior,
como la sustitución de las puertas.
Exteriormente sólo
quedan dos ábsides, ambos pertenecientes al "Modelo de
Tierra de Pinares". El ábside central tiene tres series
de arcos murales doblados, los del último apuntados, friso
de facetas, cornisa de ladrillo, y por encima, de nuevo, recuadros,
otro friso y de nuevo cornisa, como si se hubiese recrecido en época
todavía románica.
El ábside lateral del
lado de la Epístola tiene, sobre zócalo de ladrillos
tendidos y un friso a sardinel y otro de esquinillas, dos filas de
arcos doblados de medio punto, separados por friso de esquinillas.
Por encima, y a pesar de la restauración reciente de que ha
gozado la articulación muraria ha sido desvirtuada pues no
es difícil adivinar que hubiera un tercer piso de arcos o recuadros.
Lo que queda de lo original es un breve tramo con friso de facetas.
No podemos olvidar la enorme
torre que se levanta a sus pies, la mayor de este estilo en la provincia
de 65 metros de altura. Es de una austeridad acusada. Tiene cinco
cuerpos divididos por rehundidos o cornisas en nacela o baquetón.
El
primer cuerpo lleva dos arcos doblados ciegos de medio punto. El segundo
en bajo y completamente liso. El tercero lleva dos arcos sencillos
sobre impostas de nacela que dan aspecto de arco de herradura y recuadrados
por sendos alfices rehundidos y que descienden varios metros por debajo
del alféizar de los vanos. El cuarto cuerpo es similar al anterior
y es rematado por friso de esquinillas a la altura de la terraza.
El quinto cuerpo retranqueado, de sección menor, emerge en
el centro con dos vanos en cada cara, cubierto por chapitel de pizarra,
al estilo de las francesas abaciales del siglo XII.
El interior muestra tres naves,
separadas por cuatro arcos formeros de triple arquivolta que se apoyan
sobre anchos pilares con remates de perfil de nacela, imitando capiteles.
También se guarda una pila bautismal románica de granito,
de copa adornada con esbeltos gallones y basa de garras donde bautizada
la que sería la reina Isabel la Católica.
La iglesia de San Nicolás
de Bari de Madrigal de las Altas Torres fue declarada Monumento Histórico-Artístico
el 3 de junio de 1931.
Donvidas
Este minúsculo pueblecito
situado a 8 Km. de Arévalo cuenta con un iglesia parroquial
que conserva su gran cabecera románico-mudéjar.
A pesar de los deterioros
que los siglos han causado a este templo, no cabe duda que se trata
de uno de los más elegantes y cuidados del románico-mudéjar
rural de la Moraña.
A ello no es ajeno su esbeltez
y cuidada articulación, que sigue el fielmente el "Modelo
Toresano",
que es un tipo de cabecera usual en la ciudad de Toro pero poco abundante
en otras provincias limítrofes, aunque quedan buenos ejemplares
en Valladolid (Pozáldez) o Segovia (Montuenga).
Los muros laterales presbiteriales
presentan tres arcos doblados que llegan hasta el suelo, mientras
que el semitambor del ábside tiene nueve en igual disposición
con tres saeteras tapiadas. Por encima corre el habitual friso de
facetas al que supera una cinta lisa de ladrillos y de nuevo, para
sostener el alero, una cadena de ladrillos en esquinilla. De forma
simétrica se abren pequeños huecos para la ventilación
del tejado.
El resto fue reedificado anodinamente
en el siglo XVIII, incluyendo el interior, que no tiene demasiado
interés, al haberse modificado completamente.
Este bello templo de la Moraña
exige una urgente restauración que le libere de parches y,
sobre todo, consolide la parte inferior de sus muros, no vaya a ser
que algún día
.
Narros
del Castillo
La iglesia
de Santa María del Castillo de la población de Narros
del Castillo tiene una bella cabecera con arcos doblados rodeados
por alfiz, con la clásica decoración de frisos de ladrillos
a sardinel o en esquinilla. Desgraciadamente unos rudos contrafuertes
afean el conjunto.
Muy destacable es el conjunto decorativo del muro norte con arcos
entrecruzados, que no son nada habituales en Ávila ni en otros
lugares de Castilla - León y recuerdan a los del Cristo de
la Luz de Toledo.
Palacios
Rubios
El templo parroquial de Palacios
Rubios es uno de los mejor conservados del mudéjar de La Moraña.
Vuelve a conservar sólo
la cabecera-torre, y restos de las dos portadas. La meridional está
cegada y tiene tres arquivoltas puntadas rodeadas por alfiz.
Los tramos presbiteriales
rectos llevan tres cuerpos de arcos doblados recuadrados por alfiz,
siendo los del superior algo apuntados, mientras que el ábside
vuelve a repetir parecida estructura con tres pisos de siete arcos
dobles de medio punto con la salvedad de que en este caso no están
recuadrados. Pertenece, por tanto, al "Modelo de Tierra de Pinares".
Por encima corre el clásico
friso de ladrillos a sardinel, y más arriba un muro semicircular
de mampostería de grandes piedras con verdugadas de ladrillo
recrece la estructura original. Y en lo más alto, un piso con
vanos cuadrados rodeados de ladrillo.
Estos recrecimientos de los
ábsides que se ven dispersos en varios templos morañeses
debieron realizarse como campanarios, como lugares encastillados de
defensa o como simples almacenes, pero rompen la armonía, por
el contraste de material y color, de las cabeceras románico-mudéjares
de ladrillo.
En
el interior, el arco triunfal deja paso al tramo presbiterial con
arcos fajones apuntados, y arquerías ciegas en sus muros laterales.
Por último, queda por
decir, que esta iglesia ha gozado de una reciente restauración.
Merecen también
una visita otros templos de la Moraña abulense, como la gran
iglesia parroquial de Fontiveros, la de Espinosa de los Caballeros
con ábside románico puro, Orbita y su galería
porticada, San Cristóbal de Trabancos, etc.