Guía
del Románico en la Comarca de Saldaña-Valdavia,
Palencia
Introducción
La comarca
de Saldaña-Valdavia (Vega-Valdavia) ocupa el sector
centro-occidental de la provincia de Palencia y su capital es
la ciudad de Saldaña.
No se
trata de la zona de mayor densidad de restos románicos,
como ocurre, en general, con la mitad oeste de la provincia, la
que limita con león, ya que es la otra mitad, la que se
una a Burgos y Cantabria la que mejor románico posee.
Sin embargo,
lo que hace singular esta zona es la presencia de magníficas
pilas bautismales románicas.
Además
de las buena portadas de la iglesia de Arenillas de San Pelayo
y Dehesa de Tablares, nos centraremos en las pilas bautismales
románicas de las iglesias de Valles de Valdavia,
Renedo de Valdavia, Itero Seco y Arenillas de
Nuño Pérez.
Arenillas
de San Pelayo
La actual
iglesia parroquial de Arenillas de San Pelayo perteneció
a un monasterio fundado por la familia nobiliaria de los Muñoz
de Saldaña allá por el año 1132, posiblemente
sin que los monjes siguieran ninguna regla conocida.
En
1159 el Monasterio de Arenillas de San Pelayo pasó a pertenecer
a los premostratenses de Retuerta. No mucho después debió
iniciarse la construcción de la iglesia románica
actual y de la sala capitular. En 1573 perdió la condición
de abadía para pasar a ser priorato de Santa María
de Retuerta.
La iglesia era de planta basilical y se conserva
de ella la cabecera tripartita con ábsides de planta semicircular
con su arco triunfal, la puerta exterior del muro septentrional
y la Sala Capitular ubicada a los pies del templo.
La cabecera es un casi curioso pues sus superficies
interiores son de piedra de cantería mientras que los paramentos
exteriores son de ladrillos enfoscados con juegos de arquerí-as
ciegas. Tales muros, aunque no son excepcionales en Palencia,
son mucho más habi-tuales en provincias como Segovia, Ávila,
Zamora o Salamanca.
Los dos capiteles del arco triunfal son de gran belleza
y expresividad, especialmente el de la pareja de leones -gurdianes
del Sancta Santorum- que muestran sus dientes mirando hacia el
suelo.
Las tres naves originales románicas con sus
arcos y soportes fueron muy transformadas en el siglo XVI tras
un incendio.
La Puerta
es de las más bellas del románico palentino. Consta
de varias arquivoltas de medio punto que conforman una muy acusada
bocina.
Además
de tres gruesos boceles, encontramos gruesos billeteados, motivos
vegetales y geométricos. Sin duda, de todas ellas, la arquivolta
más importante es aquélla decorada corona de figuras
humanas en disposición radial lamentablemente algo deterioradas
y que seguramente se inspiran en la correspondiente portada de
Santa María de Carrión de los Condes, aunque manifiestan
una menor pericia artística.
Se han
logrado identificar a una bailarina contorsionista, un músico,
algunos personajes leyendo libros (seguramente eclesiásticos)
y un ciclo formado por artesanos trabajando en la acuñación
de monedas.
Este juego
de arquivoltas apoya en tres pares de columnas gruesas y otras
cuatro parejas de finos fustes.
En total
son, nada menos, que catorce las columnas de esta portada, todas
ellas rematadas por hermosos capiteles muy finamente tallados
aunque el grado de meteorización en que se hallan dificulte
comprobarlo.
También
es confusa la iconografía. En uno de ellos aparece una
cabeza animal devorando a un pequeño personaje entre una
pareja que presencia los hechos. En otras cestas se acumulas personajes
aunque es difícil asegurar la temática relatada.
Los hay
de temática vegetal, que nos parecen los más delicados,
con grandes hojas rematadas en frutos bulbosos (pudieran ser piñas
o flores de aro).
Además
de los motivos esculpidos en las caras de las cestas de estos
capiteles hay que fijarse bien en la rica decoración de
los cimacios donde se representaron personajes entre follaje,
mascarones de cuya boca emergen tallos de plantas (green men),
etc.
En una
ubicación nada convencional, a los pies del templo, se
construyó la sala capital del monasterio, redescubierta
en el siglo XX. Tiene ocho tramos cubiertos por bóvedas
de cru-cería cuyos nervios apoyan en pilastras adosadas
a los muros perimetrales y tres columnas en el centro. Es muy
destacable la finura de las tallas vegetales de dos los capiteles
de las columnas citadas.
Más
información del Monasterio
de San Pelayo en Arenillas de San Pelayo
Dehesa
de Tablares
En
una granja de Congosto de Valdavia hay una iglesia, llamada de
la Transfiguración, cuyo hastial procede de la ermita de
Tablares y que fue colocada aquí en el siglo XVIII.
La portada
tiene cinco sencillas arquivoltas ligeramente apuntadas articuladas
mediante boceles en alternancia con escocias, que son sostenidas
por cuatro pares de columnas con capiteles vegetales extremadamente
sencillos y de bajo relieve.
Más
interesante son los conjuntos escultóricos que flanquean
dicha puerta. A la izquierda hay una escena de Cristo en Majestad
y el correspondiente Tetramorfos, más una figura de San
Pablo.
Al otro
lado hay un Calvario, con el Crucificado en el centro de la Virgen
María y San Juan Evangelista con los habituales gestos
de aflicción. Más al extremo, también está
la figura de San Pedro portando sus clásicas llaves del
Paraíso.
Conjunto
de pilas bautismales de la comarca de Valdavia
Como ya
dijimos, la comarca de Saldaña-Valdavia tiene en sus iglesias
parroquiales una interesante colección de pilas bautismales
románicas.
Probablemente,
la más interesante es la de Renedo de Valdavia por
su iconografía.
Se trata
de una pila del siglo XII, de forma troncocónica que se
asienta sobre un alto pie también románico. Salvo
la cenefa superior, que es floreada, el resto de la superficie
exterior está ocupado por personajes cobijados bajo arcos
sostenidos por columnas. Estos personajes protagonizan distintas
escenas bíblicas, como la Epifanía, la Virgen y
el Niño y Sansón desquijarando al león.
Por su
parte, la iglesia de San Cristóbal de Arenillas de Nuño
Pérez también está decorada con diferentes
escenas. En una de ellas hay un combate entre dos leones rampantes
que parecen abrazarse con sus garras y en la otra un guerrero
pugna con un dragón que llega a morderle el escudo.
En la
parroquia de San Román de Valles de Valdavia hay
otra buena pila con un personaje tallado que sostiene un libro
con una mano y levanta la otra, quizás bendiciendo.