Guía de la Abadía de San Pedro
de Moissac, Francia
Introducción
Moissac es una localidad y municipio francés
perteneciente al Departamento de Tarn y Garona, en el distrito
de Castelsarrasin, dentro de la región de Occitania (sureste
de Francia). Se encuentra a unos 70 kilómetros al noroeste
de la capital occitana que es Toulouse.
La altitud media de Moissac se encuentra alrededor
de 100 metros sobre el nivel del mar. Tiene una población
censada de más de 12.000 habitantes.

Pero Moissac es internacionalmente conocida
por su célebre abadía de San Pedro (Abbaye Saint-Pierre
en francés) que es un importantísimo monumento románico
que alcanzó la consideración de monumento histórico
francés en 1840 y Patrimonio Mundial de la Humanidad por
la UNESCO en 1998 en el marco de los Caminos a Santiago de Compostela
en Francia, puesto que se encuentra en la Via Podiensis.

Como es bastante habitual, la primera fundación
del cenobio se hunde en los primeros siglos altomedievales y está
rodeada de leyendas.

Se cuenta que a comienzos del siglo VI d.C.
el rey franco Clodoveo fundó el monasterio en este lugar
como agradecimiento por la victoria lograda en una batalla contra
los visigodos.
Otra tradición narra que el propio San Pedro salió
a su encuentro en un sueño a Clodoveo, razón por
la que el monasterio tuvo esta advocación.

Desde el punto estrictamente histórico,
el lugar que ocupa en la actualidad la Abadía de San
Pedro de Moissac debió ser un lugar de cierta importancia
durante el Imperio Romano pues se han hallado restos arquitectónicos
romanos, así como cascos, monedas, etc.
Lo más probable es que la fundación
histórica de Moissac aconteciera en el siglo VII, durante
el gobierno de los soberanos merovingios. Otros historiadores
la retrasan, aún más, a comienzos del siglo IX,
durante el reinado del Luis el Piadoso, hijo de Carlomagno.

Moissac va a sufrir a lo largo de los primeros
siglos de su existencia de numerosas agresiones. Entre los año
719-721 fue saqueada por los musulmanes. En el siglo IX volverá
a ser pasto de destrucción y rapiña por los normandos
(vikingos) y un siglo después (en el X) serán los
húngaros los que realicen nuevos saqueos.
A comienzos del siglo XI esta abadía
benedictina había entrado en un estado de atonía
y relajación por parte de los monjes. Fue durante el abadiato
de Dom Durand de Bredons, a la vez obispo de Toulouse, cuando
Moissac despierta de su letargo y arranca la edad de oro del monasterio,
alcanzando posesiones por grandes territorios de la región
occitana.

En 1047 se unió a la importante y poderosa
abadía de Cluny y pronto Durand de Bredons manda construir
una nueva iglesia que se consagrará en 1063. Pocas décadas
después San Pedro de Moissac se habrá convertido
en el monasterio más importante del suroeste de Francia.

A comienzos del siglo XII se inició
la construcción de una nueva iglesia románica a
la que pertenece la gran portada del Juicio Final que ha hecho
famosa a la abadía de Moissac, datándose
alrededor de 1135.

Una larga y trágica historia de destrucciones
Lamentablemente, una larguísima serie
de conflictos y desgracias van a sacudir la abadía de Moissac
a partir del siglo XII.

Edad Media
En 1188 sufrió un importante incendio
y a continuación la ciudad fue asediada y tomada por los
ingleses. Posteriormente en la cruzada contra los cátaros,
Moissac fue sitiada por Simon de Montfort en 1212.
A finales del siglo XIII se reconstruyó
la abadía que se encontraba en ruinas como consecuencia
de los conflictos anteriormente citados, fecha a la que pertenecen
los arcos apuntados de ladrillo del claustro.

De nuevo la Abadía de Moissac va a ser
parcialmente destruida durante la Guerra de los Cien Años
entre Francia e Inglaterra. Hay que esperar a finales del siglo
XV, en un momento de paz, cuando se reconstruye nuevamente la
abadía en estilo gótico, que es el estado en que
ahora se encuentra en la actualidad.
Edad Moderna
Las malas noticias para la Abadía de
Moissac no terminarán durante el periodo medieval sino
que continuarán durante la Edad Moderna. Así, en
1625, la abadía fue secularizada, propiciando su abandono.
Durante la Revolución Francesa fue abolida
y vendida a un particular, pasando posteriormente a ser posesión
de la ciudad. En 1793, el claustro y la iglesia con su mobiliario
eclesiástico, sus vidrieras, sus ornamentos y tesoro sacro
fueron saqueados durante un motín. Pocos años después,
los edificios abaciales de Moissac acogieron una guarnición
militar bajo el Primer Imperio, que arruinó los pavimentos
y las esculturas. A continuación
sus muros acogieron una fábrica de sal.

Pocos años después, en el segundo
cuarto del siglo XIX, coincidiendo con el proceso de industrialización
de Francia, los ingenieros del gobierno francés decidieron
que las vías del ferrocarril entre Burdeos y Sète
fueran trazadas a través del claustro de Moissac por lo
que éste estuvo a punto de ser completamente desmantelado.
Afortunadamente, la respuesta popular forzó
un cambio de trazado. Pero si el claustro se salvó de las
vías del tren, no se puedo evitar la definitiva desaparición
del refectorio de los monjes y la cocinas.
Iglesia abacial de Moissac
La iglesia abacial de San Pedro de Moissac es el
resultado de numerosas destrucciones y construcciones. Los muros
bajos laterales pertenecen al templo románico pero la elevación
de dichos muros, los ventanales apuntados y las bóvedas
de crucería son bajomedievales.

Interesa el nártex anejo a la portada occidental.
Está cubierto por una enorme bóveda de crucería
cuyos arcos se apoyan en gruesas columnas románicas.

Uno de los capiteles muestra a dos hombres encima
de sendos leones para desquijararlos. Normalmente se trata de
Sansón, pero tampoco es completamente descartable que sea
David.

En el interior hay obras de arte mueble interesantes,
como un Cristo Románico, un sarcófago paleocristiano
y el grupo del Santo Entierro esculpido en el siglo XV.

El citado sepulcro es interesante pues en su superficie
porta diversos símbolos, entre ellos un perfecto crismón.

La portada románica
Como se ha descrito, las históricas
agresiones al conjunto abacial de San Pedro de Moissac han terminado
por hacer desaparecer casi todas las estructuras románicas
originales menos la torre pórtico de los pies que cobija
la joya de la portada románica y los capiteles y relieves
de esquina del claustro abacial. También parecen ser románicos
los muros bajos de la nave, no así el alzado superior que
es gótico.

La portada mencionada tiene arquivoltas ligeramente
apuntadas que cobijan un gran tímpano donde se plasma el
pasaje de la Parusía dentro de Apocalipsis de San Juan.

Cristo en Majestad, coronado y ataviado con
ropajes propios de un emperador romano o bizantino está
sentado en un trono y bendice con la diestra mientras lleva el
Libro de la Vida en la izquierda.

Los cuatro símbolos del Tetramorfos
rodean a Jesús.
Quizás lo más sobresaliente de
este tímpano es la composición de los 24 ancianos
del Apocalipsis que en otras portadas suelen situarse radialmente
mientras que en Moissac ocupan tres registros paralelos y horizontales.
Todos ellos miran a Cristo y portan diversos instrumentos musicales.
El dintel bajo el tímpano lleva
ocho discos con radios.

De gran originalidad y belleza es el conjunto
de soportes de la portada. Un mainel en forma de pilar lleva relieves
de leones entrelazados y en posición de ascenso en su cara
frontal, mientras que en las laterales aparecen San Pablo y Jeremías.

Es este relieve del profeta uno de los elementos
más bellos e importantes de todo el conjunto escultórico
románico conservado en Moissac.

Las jambas laterales son excepcionales por
sus perfiles con concavidades o arcos. También tienen relieves,
en este caso de San Pedro e Isaías.

En los muros laterales hay relieves de gran
importancia aunque se encuentran en peor estado de conservación
que el resto de la portada. En el lado derecho son escenas bíblicas
(sentido positivo) las que se escupieron, concretamente un Ciclo
de la Natividad con la
Anunciación, la Visitación, la Epifanía de
los Magos, la Huida a Egipto, la Presentación en el Templo,
etc.

En el lado opuesto se representó la
parábola del pobre Lázaro y del rico Epulón.
Tras su muerte, el alma del menesteroso yace en el Seno de Abraham.
Debajo se tallaron expresivas escenas de pecadores (soberbia,
lujuria, avaricia
) con sus respectivos castigos ejecutados
por diablos.


El célebre claustro de la Abadía
de Moissac
El claustro monástico es junto con la
portada de la iglesia, la parte de la abadía que más
prestigio ha dado a la abadía de Moissac. Fue construido
en los últimos años del siglo XI y terminado en
1100, fecha conocida por una esclarecedora inscripción.

Sus pandas tienen arquerías donde se
alternan como apoyos columnas geminadas o simples de mármol.

Capiteles
Cuenta con 76 capiteles de los cuales son historiados
46. Entre los temas iconográficos tratados destacan pasajes
bíblicos del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento,
vidas y martirios de santos, representaciones vegetales y zoomorfas.

Antiguo Testamento
Algunos de los pasajes tratados son el Pecado Original,
Caín y Abel, Daniel en el foso de los leones, Sansón
desquijarando al león, etc.

Nuevo Testamento
Se incide en el Ciclo de la Natividad de Jesús,
así como el pasaje de las Tentaciones en el desierto, el
milagro de las Bodas de Caná, la decapitación de
San Juan Bautista, la samaritana en el pozo, etc.


Vida y martirios de santos
Hay varios capiteles dedicados a santos cristianos
(en algunos casos con sus martirios) como San Esteban, San Lorenzo,
San Martín de Tours, etc.

Animales del bestiario
Son numerosos los capiteles que muestran en las cestas
o en los cimacios diversos animales, especialmente aves, leones,
grifos y dragones.

Capiteles vegetales
Hay numerosos capiteles vegetales. Los más
valiosos son aquellos de caras planas y tallados a bajorrelieve
en los que aparecen tallos que se curvan en espiral desarrollando
la hoja en su interior. Son muy similares a algunos del Maestro
de Jaca-Frómista.

Relieves
Más importantes aún son los relieves
de los pilares ubicados en las cuatro esquinas y el centro de
las pandas. En ellos se representaron apóstoles: San Pedro,
San Pablo, San Juan, Santiago, San Felipe, San Andrés,
San Bartolomé, San Mateo, Simón y el abad de Moissac
y obispo Durand de Bredons.

Hay que recordar que los arcos apuntados hechos
con ladrillos datan de una reconstrucción de finales del
siglo XIII.
