El pasado sábado día
13 de febrero tuvo lugar la II Edición del Viaje Guiado
ARTEGUIAS titulado "La Ruta de Almanzor por el sur de Soria",
un itinerario que nos llevó al encuentro de varias de las
plazas sorianas que recorrería el histórico caudillo
árabe tras su última campaña de asalto a
San Millán de la Cogolla hasta su muerte y posterior traslado
de su cuerpo sin vida a Medinaceli.

Como estaba previsto, el autobús salió
desde la madrileña Avenida de América para, tras
la pertinente parada técnica, llegar a nuestro primer destino
temático de la ruta, que no era otro que la población
de Andaluz, en la actualidad una aldea muy venida a menos a orillas
del Duero pero, en tiempos medievales, cabeza de una Comunidad
de Villa y Tierra que además presume de ser la primera
población soriana en recibir un Fuero en el año
1089.

Testimonio de ese esplendoroso pasado es la iglesia
de San Miguel, situada en la parte más elevada del caserío
y que tuvimos la ocasión de visitar al detalle, comenzando
por el interesantísimo lapidario expuesto en una estancia
habilitada en el costado norte del templo y, por supuesto, su
conocida galería porticada, de las más interesantes
de la provincia.
Desde Andaluz, en apenas diez minutos llegamos a
uno de los epicentros de nuestra ruta como es Berlanga de Duero,
cabeza de comarca y villa que tras su esplendor de la Edad Media,
gozó de un segundo renacimiento durante la Edad Moderna
que si bien supuso la pérdida de buena parte de sus construcciones
medievales, ha sabido conservar buena parte de su legado monumental,
el cual pudimos disfrutar.

Iniciamos nuestra visita por el castillo, emplazado
sobre un promontorio que domina a un lado la población
y al otro la hoz del río Escalote. Sobre el terreno tuvimos
la ocasión de diferenciar entre el primitivo castillo altomedieval
y las reformas posteriores que han dado como resultado una peculiar
fisionomía de "un castillo dentro de otro castillo".
Posteriormente quien así lo deseó,
ascendió hasta la torre del homenaje, donde pudo disfrutar
de amplísimas vistas de la población y de toda la
comarca.

Descendiendo de la fortaleza explicamos también
el monumental lienzo (único resto conservado) del Palacio
de los Marqueses de Berlanga y, desde ahí, nos encaminamos
al corazón de la población para visitar la colegiata
de Santa María del Mercado, prototípico ejemplo
de iglesia-salón "hallenkirche".

Antes de abandonar Berlanga de Duero no podíamos
dejar pasar la ocasión de visitar un interesantísimo
tímpano románico empotrado en uno de los muros exteriores
del Convento de las Madres Concepcionistas. Este tímpano,
reaprovechado de alguna de las numerosas parroquias románicas
con que contaría Berlanga, es uno de los más interesantes
iconográficamente hablando del románico soriano.

Cuando comenzaba a descargar una tormenta que ayudó
en parte a aliviar las altas temperaturas, regresamos hacia el
autobús para dirigirnos a comer a la cercana población
de Casillas de Berlanga, punto más que idóneo para
continuar la ruta de tarde.
La jornada de tarde la iniciamos visitando la iglesia
de San Miguel Arcángel de la vecina localidad de Caltojar,
un templo que llama la atención porque, pese a su carácter
eminentemente rural, se sale del modelo de sencillez y sorprende
al visitante por su monumentalidad, su estructura de tres naves,
su potente cabecera y por su personalísima portada dotada
de pinjante, un alarde constructivo no tan habitual en el románico.

Desde Caltojar y a través de una carretera
tan sinuosa como pintoresca que recorre los valles que probablemente
surcarían las huestes de Almanzor, llegamos a Medinaceli,
punto final de la ruta pero donde aún quedaban sorpresas
monumentales que visitar.
Tras una parada técnica en los bares y cafeterías
cercanos al parking de la población, nos dirigimos a su
preciosa plaza mayor para comentar sus construcciones más
señeras como la alhóndiga y, a continuación,
acceder al suntuoso Palacio Ducal, en el cual, se expone un interesantísimo
mosaico romano.

Continuamos callejeando por la población hasta
desembocar en la Plaza de San Pedro, donde también se expone
-debidamente protegido- otro fragmento de mosaico. Además,
desde una de las callejuelas que desembocan en la plaza pudimos
disfrutar de unas buenas vistas del castillo heredero de la primitiva
Alcazaba a la que sería trasladado el cuerpo sin vida de
Almanzor.

Como inmejorable colofón a una jornada cargada
de historia y arte, la última visita en Medinaceli tuvo
como escenario el famoso arco romano, donde explicamos las diferentes
teorías sobre su funcionalidad.

Desde Medinaceli iniciamos nuestro recorrido de regreso
a Madrid, donde llegamos según el horario previsto. Muchas
gracias a todos por vuestra compañía y que tengáis
buen verano.