Durante el fin de semana del viernes 27 al sábado 29 de
julio tuvo lugar la II edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS
"Ruta de los Monasterios y Santuarios del Camino de Santiago
en Lugo", un itinerario repetición del acometido el
fin de semana inmediatamente anterior y que fue planteado para
que, ante el interés suscitado, ninguno de nuestros amigos
quedara sin plaza y sin oportunidad de realizarlo con nosotros.

Salimos de Madrid a primera hora del viernes para,
tras las reglamentarias paradas técnicas para descansar
y estirar las piernas durante el largo trayecto de ida, llegar
a la jacobea por antonomasia aldea de O Cebreiro.

En O Cebreiro centramos nuestro interés en
su santuario de Santa María, una de las estampas más
conocidas del Camino y más anheladas por el peregrino tras
la extrema dureza de su ascensión.
Desde O Cebreiro descendimos hacia la encantadora
aldea de Louzarela, emplazada en un profundo vallejo rodeado de
verdes colinas y donde, dado el buen tiempo que gozamos, tuvimos
la fortuna de disfrutar de una agradable comida al aire libre.
La jornada de tarde la iniciamos en el célebre
monasterio de San Julián de Samos, cenobio de orígenes
antiquísimos y gran influencia en época medieval,
pero muy transformado en la actualidad.

Allí pudimos admirar su monumental fachada
clasicista y sus principales dependencias internas acompañados
de un guía del propio monasterio.
Sin abandonar el Camino de Santiago, descendimos
hacia la población de Portomarín, aunque más
concretamente a su nuevo asentamiento a salvo de las aguas del
embalse de Belesar que anegaron el pueblo original.
Por fortuna, su monumental iglesia de San Nicolás
fue salvada y trasladada piedra a piedra a su actual emplazamiento,
permitiéndonos su visita exhaustiva y en la que tanto su
aspecto fortificado como la iconografía de sus tres portadas
hicieron las delicias de todos los asistentes.

Tras unos minutos de libre disposición para
tomar algo en una plaza de Portomarín llena de peregrinos,
emprendimos camino a nuestro hotel de Lugo para cenar y descansar.
Con una puntualidad digna de destacar y agradecer,
iniciamos la jornada de sábado desplazándonos a
la cercana aldea de Bóveda, donde se conserva uno de los
monumentos tardorromanos más enigmáticos de España.
En Santa Eulalia de Bóveda aprovechamos para
exponer y desgranar las diversas teorías acerca del origen
y funcionalidad del monumento.

Tras una parada técnica a la altura de Guntín,
desembarcamos en el Monasterio de Santa María de Ferreira
de Pallares, antiguo cenobio convertido en parroquia de su aldea
aneja tras la Desamortización del siglo XX.

Antes de comer nos quedaba aún una última
sorpresa del calibre de la iglesia de San Salvador de Vilar de
Donas, con su espectacular portada occidental y las recientísimamente
restauradas e inauguradas pinturas murales tardogóticas
de su ábside.

Tras la comida en un mesón cercano a Palas
de Rei, llegamos a Lugo con el fin de recorrer sus principales
monumentos en compañía de María, guía
oficial que nos acompaña en cada una de nuestras visitas
a tierras gallegas.

En Lugo iniciamos nuestro recorrido urbano en la
puerta de Campo Castelo, desde dónde accedimos al adarve
de su muralla romana Patrimonio de la Humanidad hasta descender
por la Puerta de Santiago, frente a la fachada neoclásica
de la catedral.

Tras una visión desde la cabecera de la seo
lucense, explicamos su puerta norte antes de acceder a su interior,
donde centramos nuestra atención en su estructura románica
siempre injustamente ignorada en la mayoría de estudios
sobre románico gallego.

Desde la catedral continuamos por las más
pintorescas calles de la ciudad hasta desembocar en el Museo Provincial,
instalado en torno al claustro románico del Convento de
San Francisco.

Tras recorrer sus principales estancias y asomarnos
a la salida a su vecino y hermano Convento de Santo Domingo, finalizamos
la visita en la Plaza Mayor antes de regresar al hotel.

La jornada de domingo la iniciamos visitando la localidad
de Meira, que nos recibió engalanada con motivo de su feria
quincenal.

Allí visitamos su enorme monasterio cisterciense,
uno de los más grandes en cuanto a dimensiones y que nos
sirvió además para exponer las generalidades arquitectónicas
dictadas por San Bernardo para los cenobios de la orden.

A continuación, tras disfrutar de unos minutos
para hacer acopio de productos típicos en los puestos de
la feria, tomamos rumbo sur al encuentro de la A-6 para visitar
los últimos monumentos del fin de semana.
Cerca de Batalla y en un entorno natural único,
la iglesia de San Martiño de Berselos, es el templo parroquial
de una minúscula aldeíta que hizo las delicias de
la concurrencia por su genuino tímpano.

Y por último, también rodeado de un
paisaje espectacular, la última visita tuvo como escenario
el Monasterio de Penamaior, otro gran desconocido del románico
gallego pese a conservar diversos elementos de gran interés.


Ya de camino de regreso y con el fin de acortar al
máximo el trayecto de vuelta a Madrid, comimos en la localidad
ya leonesa de Balboa, en una palloza típica de los Ancares
que, además, nos recibió especialmente animado al
celebrarse un festival de música reggae.
Ya de tarde, y tras las dos paradas técnicas
preceptivas, llegamos a nuestro destino en Madrid.