Durante la primera semana del mes de
octubre, concretamente entre los días 6 y 9, ha tenido
lugar el Viaje Guiado ARTEGUIAS "Ruta de las Catedrales de
Lérida", un viaje que, articulado a través
de las tres grandes catedrales con que cuenta la provincia, nos
llevó a recorrer buena parte del territorio ilerdense así
como algunos de sus monumentos medievales más señeros
que, en ocasiones, quedan algo al margen de las rutas turísticas
bien por su aislamiento o complicado acceso, o por el erróneo
pensamiento de que en Lérida en románico tan solo
se concentra en el siempre mediático Valle de Boí-Taüll.

De esta manera tal y como estaba previsto,
iniciamos nuestro recorrido a través de la autovía
A-2 para, tras las paradas técnicas pertinentes, llegar
a comer la localidad aún oscense de Fraga, puerta de entrada
a territorio catalán para llegar a primera hora de la tarde
a nuestro primer destino: el Monasterio de Santa María
de Bellpuig de Les Avellanes.
Allí iniciamos un recorrido a
través de sus distintas estancias medievales empezando
por su cabecera y portada del crucero norte y continuando por
el precioso claustro románico hasta terminar en su iglesia
inconclusa ya gótica. Un lugar con muchísima historia
que ha sabido reinventarse para, además de una comunidad
seglar, albergar una hospedería.

Desde el Monasterio de Les Avellanes
y a través de bonitos parajes tomamos rumbo este para visitar
la localidad de Agramunt, cuya iglesia parroquial de Santa María
se conserva en su total integridad y, además de tres naves
con sus tres ábsides, conserva la que quizás es
la más espectacular de las portadas románicas de
la denominada "Escola de Lleida".
Desde Agramunt ya cuando empezaba a oscurecer iniciamos viaje
de retorno a la ciudad de Lérida para cenar y hacer noche
en un céntrico hotel.

La mañana del viernes la iniciamos
tomando en este caso dirección norte al encuentro de la
primera de las catedrales del viaje, la de La Seu d'Urgell, aunque
de camino a esta ciudad pirenaica casi fronteriza con Andorra,
no dejamos pasar la ocasión de visitar dos joyas que nos
quedaban de camino:

La primera de ellas fue la encantadora
iglesia de San Climent de Coll de Nargó, de origen prerrománico
y que conserva entre otros elementos una preciosa torre de estilo
románico lombardo que hizo las delicias de todos los viajeros
por su fotogenia y autenticidad.

Algo más al norte y a las puertas
de La Seu d'Urgell visitamos también el Monasterio de Sant
Serni de Tavérnoles, del cual tan solo se conserva su cabecera
y crucero pero que llama poderosamente la atención por
su concepción triconque, un esquema sin apenas parangón
en nuestro románico.

Tras la comida en un restaurante de
La Seu, la tarde la dedicamos íntegramente a su magnífico
conjunto catedralicio, iniciando la visita por el Museo Diocesano
en el que se conservan varias piezas románicas y góticas
de interés procedente de la propia catedral o de pequeñas
iglesias de la diócesis.

A la salida del museo accedimos al espacio
catedralicio propiamente dicho a través de su espectacular
claustro, cuyas pandas recorrimos comentando y analizando el profundo
simbolismo de sus capiteles de granito.

Ya en el interior de la iglesia propiamente
dicha tuvimos ocasión de comentar sus particularidades,
su influencia italiana así como que se trata de una de
las escasas catedrales románicas españolas conservadas
en su integridad, algo que también comprobamos al exterior
tanto en su cabecera como en sus fachadas norte y oeste, ambas
dotadas de preciosas portadas ya del románico internacional.

Desde La Seu d'Urgell ya emprendimos
rumbo a Lérida capital para descansar.
El sábado día 8 iniciamos nuestra visita por una
de las iglesias más fascinantes y menos conocidas del románico
catalán: nos referimos a la antigua canónica de
Santa María de Covet, una verdadera maravilla que tiende
a pasar muy desapercibida debido a su complicado acceso. Un lugar
por el que no se pasa, sino que hay que ir específicamente.

Santa María de Covet no dio tregua
a nuestras cámaras fotográficas tanto al interior,
como al exterior por sus canecillos y, sobre todo, a su espectacular
portada occidental, cuya iconografía y simbolismo tuvimos
ocasión de desgranar al detalle.

A continuación accedimos a otra
antigua canónica agustiniana ilerdense de complicado acceso:
nos referimos a Sant Pere de Ponts, donde contamos como anfitrión
con un destacado miembro de la "Associació de Amics
de Sant Pere", la cual vela por la conservación y
la promoción de esta preciosa joya lombarda.

Desde Ponts ya a la hora de comer llegamos
a la segunda de las sedes episcopales de nuestra ruta como es
Solsona, donde tras la comida en un restaurante de su Plaza Mayor,
iniciamos la visita turística.
Comenzamos dicha visita por el Museu
Diocesá i Comarcal, el cual alberga una interesantísima
colección de escultura románica y gótica
en piedra y madera en la que además de restos de la propia
catedral y un riquísimo repertorio de arte sacro llegado
del sinfín de aldeas de su diócesis, pudimos admirar
las pinturas de Sant Vicençde Rus.

En una sala aneja disfrutamos de una
tranquila visita a las pinturas románicas y, sobre todo,
prerrománicas de Sant Quirze de Pedret, un conjunto único
ya que son de las escasísimas obras de esta naturaleza
conservadas del siglo X.

A la salida del Museo accedimos a la
catedral, donde gracias a la hospitalidad de su Sr. Deán,
pudimos ver los restos románicos conservados en la sacristía,
amén de la famosa imagen de la "Mare de Deu del Claustre",
una preciosa talla románica de la Virgen con el Niño.

Desde Solsona y justo cuando se desataba
una fuerte tormenta, iniciamos nuestro regreso al hotel de la
capital.
Y por fin, la jornada de domingo, la
cual quedó reservada al completo para el conjunto monumental
de Lérida, cuya visita, en compañía de nuestra
guía oficial, iniciamos por la impresionante Catedral Vieja
(Seu Vella), levantada en el cerro desde el que germinó
la actual ciudad.

La visita a La Seu Vella la iniciamos
por el exterior, recorriendo y comentando sus nada menos que siete
portadas medievales. A continuación y ya en el interior,
quedamos todos boquiabiertos con sus fantásticos capiteles
figurados.

Por supuesto, antes de salir, nos detuvimos
en su espectacular claustro ya gótico que se abre desde
el cerro hacia la ciudad

Desde la colina de la Seu Vella descendimos
al centro histórico de Lleida pasando frente a la iglesia
románica de Sant Martí hasta llegar a la de Sant
Llorenç, en cuyo interior pudimos admirar su excelsa colección
de retablos pétreos.

Justo enfrente accedimos también
al Museu de Lleida, también cargado de piezas medievales
de interés, desde tallas marianas a frontales de altar
pasando por cristos románicos, capiteles y pinturas al
fresco.

Desde el Museo nos detuvimos también
frente al antiguo hospital de Santa María, justo enfrente
de la neoclásica fachada de la "Catedral Nueva"
que vino a reemplazar a la "Vella" en su función
litúrgica, episcopal y diocesana.
De camino al autobús pasamos
también frente al Palau de la Paería, construcción
del siglo XIII y notable muestra de románico civil catalán.
Y finalmente como epílogo a nuestra
ruta urbana por Lérida accedimos al Castillo Templario
de Gardeny, recientemente rehabilitado y convertido en visitable
y que, además, es el mejor mirador posible de la ciudad
y de la Seu Vella.

Una vez nos despedimos de Lérida,
comimos en Fraga e iniciamos nuestro viaje de retorno a Madrid,
por supuesto con las paradas técnicas pertinentes para
llegar dentro del horario previsto.
Muchísimas gracias por vuestra
asistencia.