El sábado día 11
de abril realizamos una nueva visita guiada de ARTEGUIAS, la cual
tuvo como destino, bajo el título "Ruta de las Órdenes
Militares", la provincia de Ciudad Real.

Desde la madrileña Puerta de Toledo, la expedición
partió puntual en dirección sur para, tras las pertinentes
explicaciones introductorias históricas y artísticas
durante el trayecto, llegar a nuestro primer destino temático,
que no era otro que la capital provincial de Ciudad Real, ciudad
que pese a su cercanía a Madrid, suele pasar bastante desapercibida
en buena parte de rutas turísticas por La Mancha pero que
atesora monumentos dignos de ser conocidos.

Frente a la iglesia de Santiago nos esperaba Isabel,
guía oficial de la ciudad, que nos explicó pormenorizadamente
las diferentes particularidades de este templo; el más
antiguo de la capital y en el que, además de su estructura
goticista aún con claros resabios románicos, llama
la atención al interior su precioso artesonado y el dragón
pictórico que adorna la clave de la bóveda absidial.

A continuación tomamos el autobús para,
pasando frente a la Puerta de Toledo, dirigirnos al cercano Parque
Arqueológico de Alarcos, el cual se alza sobre una estratégica
colina junto a la vega del Guadiana en el que, además de
su indudable relevancia histórica como escenario de una
de las más celebres batallas de la Reconquista, pueden
ser apreciados diversos restos que van desde época ibérica
hasta los siglos bajomedievales.

Así, en compañía de nuestra
guía Isabel, iniciamos el recorrido por el yacimiento bordeando
la muralla y disfrutando de las maravillosas vistas que desde
allí se contemplan, las cuales, además, nos sirvieron
para conocer y entender mejor los diferentes detalles estratégicos
que condicionaron la famosa batalla de Alarcos.

A continuación, tras ascender hasta el mismo
corazón de la fortificación y explicar las diferentes
estructuras que han ido saliendo a la luz, descendimos por el
lado opuesto del cinturón fortificado hasta la encantadora
ermita de Nuestra Señora de Alarcos, construcción
también a caballo entre el románico y el gótico
y de gran tradición romera para las gentes de Ciudad Real.

Desde el yacimiento de Alarcos regresamos a Ciudad
Real para comer y reponer fuerzas en un céntrico restaurante
de la capital antes de iniciar la apasionante jornada de tarde
que nos esperaba.
La primera de las visitas vespertinas tuvo como escenario
las ruinas de la antigua ciudad musulmana de Calatrava la Vieja,
situadas en Carrión de Calatrava y entre cuyos muros fue
fundada, tras una testimonial presencia templaria, la influyente
Orden de Calatrava.

Junto con Rosa Villalón, guía oficial
del yacimiento, recorrimos los diferentes espacios del asentamiento,
centrándonos principalmente en la restaurada iglesia templaria,
desde cuyas terrazas superiores puede contemplarse un panorama
general de la fortificación, y en cuyo interior ha sido
instalada una gran maqueta de la vieja urbe que permitió
a los asistentes comprenderla a la perfección.

Por último, como plato fuerte de una ambiciosa
jornada, nos dirigimos hacia el sur rumbo a las primeras estribaciones
de Sierra Morena con el fin de visitar el espectacular Sacro Convento
y Castillo de Calatrava la Nueva, sin duda, uno de los iconos
monumentales no solo de Ciudad Real, sino de toda La Mancha.

A través de su vertiginoso vial de acceso
nos aproximamos con el autobús hasta prácticamente
su misma puerta de entrada, adentrándonos y recorriendo
a continuación los distintos equipamientos en que se estructura
el monumental complejo religioso-militar.

Nos detuvimos con especial interés en la iglesia
del castillo, espectacular y casi inesperada construcción
también de transición entre el románico y
el gótico, frente a cuya portada y con su elegante rosetón
como telón de fondo, aprovechamos para hacer nuestra tradicional
foto de familia.

Desde la iglesia, tras visitar lo que queda de su
primitivo claustro, accedimos a la zona militar del recinto, culminando
el recorrido en la torre del homenaje, desde la que pudimos disfrutar
de amplísimas panorámicas a la par que comprender
la razón estratégica de ser de la fortificación.

Finalizada la visita y justo cuando subimos al autobús
para emprender camino de retorno hacia Madrid, rompió a
llover torrencialmente casi como si hubiera estado esperando a
hacerlo a que finalizásemos nuestra visita con el fin de
no importunarnos.
Así, camino de regreso y tras una breve parada
técnica para reponer fuerzas en un área de servicio
a la altura de Puerto Lápice, regresamos a Madrid despidiéndonos
hasta una próxima ocasión.
Muchas gracias a todos por vuestra compañía.