Durante el fin de semana del 18 y 19
de febrero tuvo lugar la II Edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS
"Ruta por los Mejores Conjuntos Monumentales de Álava",
un itinerario que ya realizamos en 2016 y que, al igual que entonces,
generó una gran expectación completándose
las plazas disponibles.

Como estaba anunciado y con la habitual
puntualidad que caracteriza y que agradecemos a nuestros viajeros,
el autocar partió de la Plaza de Castilla para, remontando
la autovía A-1 y tras la parada reglamentaria a la altura
de Lerma, llegar a la población de Labastida, el primero
de los conjuntos históricos de nuestra ruta.
En el corazón de La Rioja Alavesa,
desembarcamos en el centro de la localidad para, en compañía
de nuestro guía local, ascender en dirección a su
iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción,
no sin antes detenernos en los interesantísimos palacios
renacentistas que jalonan sus pintorescas calles, herederas de
los tiempos más prósperos de una villa que tuvo
notable importancia tanto estratégica como comercial.

Tras comentar la monumental iglesia
parroquial, rica en bienes muebles y de un porte grandioso, ascendimos
a la parte más alta de la villa, núcleo germinal
de la misma en tiempos del medievo para visitar la hoy ermita
del Santo Cristo, construcción tardorrománica y
gótica desde la que se admiran impresionantes vistas y
que, tras su acertada restauración, luce impecable.

Desde la ermita y siempre a través
de sus bonitas callejas desde las que incluso se aprecian evidentes
vestigios de su muralla medieval, descendimos al ensanche moderno
para disfrutar de una agradable comida en un mesón de la
propia localidad.
La jornada sabatina de tarde la dedicamos
íntegramente a la capital alavesa: Vitoria Gasteiz, donde
tras desembarcar, nos dirigimos a su principal reclamo monumental:
La Catedral de Santa María, un edificio que por sus problemas
de estabilidad ha estado mucho tiempo cerrado y que ahora puede
visitarse de nuevo.

Una visita además que no se realiza
de cualquier manera, sino que acorde a un vanguardista plan expositivo,
se plantea de una manera de lo más interesante, pudiendo
visitarse desde su cimentación, las obras en ella realizada
para solventar su riesgo de colapso, las naves en las que son
bien evidentes las huellas de esa instabilidad, y quizás
lo más atractivo: la opción de ascender a su triforio
y contemplar desde él panorámicas nada habituales
de una gran iglesia gótica.

Continuamos la visita ascendiendo también
a su campanario ya renacentista y desde el que pudimos entender
a las mil maravillas la fisionomía urbana de la ciudad,
para rematar la visita en sus soberbias portadas góticas.
A la salida de la catedral continuamos
nuestra ruta por el casco urbano vitoriano, especialmente animado
al coincidir con las fiestas de carnaval, y nos dirigimos a la
iglesia gótica de San Pedro, un templo que, como otros
de la ciudad, se caracterizan por su hermetismo y por quedar fuera
de cualquier ruta turística, de manera que resultan muy
difíciles de visitar fuera de sus horarios de culto.

Tras acceder y comentar su interior,
continuamos rumbo sur a través del casco urbano para llegar
a la animada plaza de la Virgen Blanca, presidida por la también
gótica iglesia de San Miguel, en la que pudimos recrearnos
con su magnífica portada y con la réplica exacta
de la famosa imagen de la patrona de la ciudad.

Desde San Miguel y casi sorteando festivas
comparsas y charangas de carnaval, proseguimos nuestra ruta urbana,
explicando algunos de sus palacios así como los restos
de su muralla medieval y, una vez finalizado el circuito, nos
dirigimos al autobús para acomodarnos en nuestro hotel,
cenar y descansar.
La jornada de domingo, soleada y de
lo más luminosa, la iniciamos visitando otro de los puntos
fuertes de la ruta como es la Villa de Laguardia, una de las poblaciones
más hermosas no solo de Álava, sino de todo el País
Vasco.

En Laguardia, tras descender del autobús,
accedimos al burgo medieval a través de la puerta de la
muralla conocida como "Puerta de Carnicerías",
disponiendo de un rato de libre disposición para adquirir
quien así lo deseó alguno de sus afamados vinos
e incluso degustar algún "pintxo" de los que
adornan las espectaculares barras de sus bares y cafeterías.

A continuación iniciamos nuestra
ruta monumental visitando el santo y seña patrimonial de
Laguardia como es su iglesia de Santa María de los Reyes
con su primoroso pórtico gótico, sobre el cual,
antes de la explicación, nos fue proyectado un vistoso
audiovisual.

Tras visitar el resto de la iglesia,
accedimos a la contigua Torre Abacial, una estructura de finales
del siglo XII o principios del XIII de carácter defensiva
pero ligada a la iglesia que, desde su punto más alto,
permite contemplar amplísimas panorámicas a los
cuatro puntos cardinales: el mar de viñas, la llamada Sierra
de Cantabria, el propio casco urbano, Logroño e incluso
en lontananza, las nevadas cumbres de la Sierra de la Demanda.

Tras la Torre Abacial, continuamos recorriendo
el monumental y blasonado casco urbano en dirección sur
para, en el extremo opuesto, llegar a la iglesia de San Juan Bautista,
otra construcción injustamente olvidada y al margen de
rutas turísticas en la que tuvimos ocasión de mostrar
y comentar sus interesantes restos románicos.

Desde Laguardia, ya a la hora de comer,
emprendimos rumbo norte hasta llegar al último de los conjuntos
monumentales de la ruta: Salvatierra/Agurain, donde teníamos
también el restaurante.

Por la tarde tuvimos de nuevo ocasión
de recorrer sus principales atractivos monumentales, y por supuesto,
de camino entre uno y otro, presentar los diferentes palacios
renacentistas que embellecen estas antiguas villas vascas de abolengo.
En Salvatierra visitamos lo que queda
de la antigua iglesia románica de San Martín, a
día de hoy conservada e integrada de la manera más
curiosa e incluso arquitectónicamente ingeniosa en el Ayuntamiento.

Desde allí, recorriendo sus soportales,
allí llamados "olbeas", accedimos a la iglesia
de San Juan, gótica y de lo más monumental.

Como más que digno epílogo
a nuestro fin de semana alavés, remontamos la Calle Mayor
de Salvatierra hacia el norte para desembocar frente a la no menos
espectacular iglesia de Santa María, de tipo fortaleza
y en la que, ineludiblemente, todos los ojos y los objetivos de
nuestras cámaras fotográficas se concentraron en
el espectacular coro alto, el mejor sin duda de todo el País
Vasco.

Así, nos despedimos de tierras
alavesas para emprender nuestro camino de regreso a Madrid y llegar
a nuestro destino. Muchas gracias a todos por vuestra compañía.