Crónica e imágenes del Viaje Guiado
por la Córdoba califal, judía y cristiana, 15 y 16/11/14
El fin se semana del sábado 15 y domingo 16
de noviembre tuvo lugar un nuevo viaje guiado de ARTEGUIAS, teniendo
como destino en esta ocasión la milenaria ciudad de Córdoba,
declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto a la
ciudad califal de Medina Azahara y el castillo de Almodóvar
del Río.

Bajo el título "La Córdoba califal,
judía y cristiana", se planteó un recorrido
a través de los monumentos más señeros que
nos dejaron cada una de las tres religiones que cohabitaron la
Córdoba medieval.

De esta manera, salimos puntuales de Madrid para,
tras una parada técnica a mitad de camino, llegar a Córdoba
prácticamente a la hora de comer, aprovechando antes, dado
que el autobús nos dejaba a sus puertas, para comentar
el puente romano, el exterior de la fotogénica torre de
La Calahorra y, ya dentro del núcleo histórico,
la llamada Puerta del Puente.

En Córdoba comimos en un restaurante situado
a escasísimos metros de la Mezquita-Catedral, da cuyas
puertas nos citamos con Isabel Martínez Richter, guía
oficial de la ciudad que nos acompañaría durante
nuestro recorrido cordobés.

De este modo, provistos de las reglamentarias y funcionales
radio-guías individuales, tras contextualizarlo histórica
y artísticamente, iniciamos la visita a la Mezquita-Catedral
por su muro occidental, donde son varias las puertas califales
de interés conservadas.

A continuación, accedimos al precioso patio
de los naranjos para, tras un panorama general, ingresar a la
sala de oración de la antigua mezquita. A través
de ella, fuimos recorriendo y explicando las especificidades de
las sucesivas ampliaciones de la que fue objeto por parte de distintos
emires y califas como Abderramán I, Abderraman II y Al
Hakem II.

Fue precisamente el espacio de la ampliación
de Al Hakem II el que más sensación causó
entre los asistentes, principalmente por el refinamiento arquitectónico
y por la suntuosidad decorativa de la conocida como Capilla de
Villaviciosa, la zona de la macsura o el propio mirhab.

Tras ello, rematamos la visita por el sector correspondiente
a la ampliación de Almanzor y, por último, a comentar
diversos detalles sobre la construcción catedralicia cristiana
asentada sobre ella.

Tras la pormenorizada visita a la Mezquita-Catedral
pusimos rumbo a la Judería, cuya belleza si cabe resaltaba
aún más con las luces del atardecer cordobés.
A través de intrincadas callejuelas rebosantes de tipismo
nos dirigimos en primer lugar a la Capilla Mudéjar de San
Bartolomé.

Tras ella, una vez atravesado el siempre fotogénico
zoco artesano, accedimos a la Sinagoga, construcción de
capital importancia al tratarse, junto a las dos toledanas, de
las únicas construcciones religiosas judías anteriores
a su expulsión conservadas en España.

Tras la Sinagoga, nos asomamos a la Puerta de Almodóvar,
una de las que delimitaban el primitivo núcleo urbano de
la Córdoba medieval. Después, tras comentar brevemente
el antiquísimo alminar de San Juan, accedimos a una zona
mucho más moderna de la ciudad, aprovechando la animosa
Plaza de las Tendillas para reponer fuerzas en sus numerosas cafeterías.

Para rematar la jornada de sábado visitamos
la iglesia de San Miguel, uno de los mejores ejemplos de las llamadas
iglesias fernandinas conservadas en Córdoba. Frente a ella,
tuvimos la oportunidad de comentar las razones de la existencia
de un templo de características tan norteñas en
pleno corazón de Andalucía.

Desde allí, ya con el autobús, emprendimos
camino hacia el hotel, situado en la misma orilla del río
Guadalquivir y con unas vistas envidiables hacia el corazón
monumental de Córdoba, el cual lucía sugestivamente
iluminado.

La mañana del domingo la iniciamos con la
visita del Alcázar de los Reyes Cristianos.

Este complejo edificio ofrece numerosos alicientes.
Pudimos recorrer sus torres, deleitarnos con los fantásticos
mosaicos romanos allí expuestos y, por supuesto, recorrer
parte de sus jardines cuajados de árboles frutales.

A sus puertas nos recogió el autobús
con el fin de acercarnos al que estaba llamado a ser uno de los
puntos culminantes del fin de semana, que no era otro que las
ruinas de la antigua ciudad palatina de Madinat al Zahra, popularmente
llamada Medina Azahara y que dista menos de una decena de kilómetros
de la ciudad.

Con un sol prácticamente primaveral, recorrimos,
siempre con la compañía de nuestra guía Isabel,
las estructuras más interesantes del yacimiento, pudiendo
hacernos una idea bastante aproximada de lo que llegó a
ser en origen.

Al finalizar, desde el aparcamiento del yacimiento
y tras despedirnos de nuestra guía, nos dirigimos unos
kilómetros al este para, después de comer, visitar
como dignísimo colofón al fin de semana el castillo
de Almodóvar del Río.

Encumbrado sobre un elevadísimo cerro en pleno
valle del Guadalquivir que realza su fotogenia, accedimos a él
mediante un divertido tren turístico que nos permitió
eludir las empinadas cuestas de su estrecho vial de acceso, pudiendo
disfrutar ya en su interior de un interesante recorrido a través
de sus múltiples torres, desde las cuales, las vistas sobre
las vegas circundantes eran magníficas.

Ya desde Almodóvar del Río iniciamos
camino de vuelta hacia Madrid, despidiéndonos a nuestra
llegada hasta un nuevo viaje guiado. ¡Muchas gracias a todos
por vuestra compañía!