Durante el fin de semana del 3 y 4 de septiembre
tuvo lugar la segunda edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS
titulado "El esplendor medieval palentino", una segunda
edición ampliada a dos jornadas con la adición de
nuevos atractivos monumentales en torno a ese eje viario tan relevante
desde la Edad Media como es el Camino de Santiago.

Tal y como estaba previsto, la ruta partió
puntual desde Madrid, realizándose como es preceptivo una
parada técnica aproximadamente a mitad de camino antes
de llegar a nuestro primer punto de interés: la localidad
de Amusco.
En Amusco, comenzamos la visita por su iglesia parroquial
de San Pedro, cuya espadaña, visible desde varios kilómetros
de distancia, la ha hecho acreedora al cariñoso apelativo
de "El Pajarón de Campos".

Tras visitar sus dos interesantes portadas medievales
y su encantador museo parroquial, nos dirigimos al norte de la
localidad para conocer la hoy llamada ermita de Nuestra Señora
de las Fuentes.

Es una monumental construcción de transición
entre el románico y el gótico que, tras perder su
función parroquial siglos atrás, fue afortunadamente
conservada por su importancia devocional con el rango de ermita.

En apenas diez minutos y siempre dentro de la comarca
de Tierra de Campos, nos aproximamos a la población de
Támara, presidida por las monumentales y casi catedralicias
dimensiones de su sorprendente iglesia parroquial de San Hipólito
el Real.

Junto a San Hipólito, no perdimos la oportunidad
de comentar también los restos consolidados de la llamada
iglesia del castillo, vinculada con la existencia de un antiguo
hospital de peregrinos y desde cuya loma se obtienen las mejores
panorámicas de la mencionada parroquia.

Desde Támara de Campos nos encaminados a Frómista
para comer en uno de sus mesones, dejando la visita a tan señera
localidad para la jornada de domingo; y es que por la tarde, nos
esperaba la visita al conjunto monumental de Carrión de
los Condes.
Iniciamos la visita a la villa por el antiguo Monasterio
de San Zoilo, reconvertida a día de hoy en hospedería
y que en la anterior edición, por encontrarse en obras,
no tuvimos la oportunidad de conocer.

En San Zoilo el principal interés entre los
asistentes se concentró en los restos románicos
aparecidos en 1993 y puestos en valor durante la última
restauración, concentrados en la antigua portada occidental
del cenobio y parte de los capiteles del claustro allí
expuestos.

A continuación, ya en el casco urbano de Carrión
y tras una pequeña pausa para tomar un refrigerio, visitamos
la iglesia de Santa María del Camino para, a continuación,
acercarnos a la de Santiago, donde su maravilloso apostolado románico
flanqueando a Cristo en Majestad dispuesto en el friso que corona
la fachada, no dejó a nadie indiferente.


Tras visitar Carrión de los Condes y sin salirnos
de la Ruta Jacobea, llegamos a nuestro hotel en Sahagún
de Campos, inmejorable punto de partida de cara a la ruta dominical.
La jornada de domingo la iniciamos visitando la villa
romana de La Olmeda, situada entre la citada villa de Sahagún
y la localidad palentina de Saldaña.

Magníficamente acondicionada y preparada para
la visita, recorrimos las diferentes estancias de la villa junto
a su guía oficial Luis Ángel, que nos explicó
detalladamente cada uno de los mosaicos allí aparecidos
y que, sin duda, hacen de ella una de las villas romanas más
interesantes de la Península Ibérica.

Desde La Olmeda, recuperando el Camino de Santiago
y con la presencia de un interminable reguero de peregrinos, nos
dirigimos a Villalcázar de Sirga.

Su iglesia parroquial de Santa María la Blanca
de nuevo sorprendió a todos los viajeros tanto por sus
enormes dimensiones, como por la riqueza escultórica de
su portada, sin olvidar por supuesto la calidad de los sepulcros
que alberga en su interior.

Como digno colofón a la mañana dominical,
llegamos al que estaba llamado a ser uno de los platos fuertes
del fin de semana, que no era otro que la célebre iglesia
de San Martín de Frómista, auténtico icono
del románico palentino y, por qué no decirlo, del
arte medieval español.

En San Martín tuvimos la oportunidad de recrearnos
y de dar trabajo a nuestras cámaras fotográficas
tanto en su exterior, fotogénico por cualquiera de sus
puntos cardinales; como al interior, donde se conservan varios
capiteles de sobresaliente interés.

Tras la visita, y aunque realmente costaba alejarse
de tan fantástica construcción, nos dirigimos de
nuevo al mesón de la propia villa de Frómista para
reponer fuerzas.
Por la tarde, ya de camino a Madrid, no podíamos
dejar de visitar la iglesia visigótica de San Juan de Baños,
junto a la zamorana de San Pedro de la Nave, uno de los templos
aún en uso más antiguos de España.

En San Juan de Baños, tras la explicación
de su guía oficial Rocío Poncela, nos acercamos
a la fuente-manantial asociada a la iglesia; cuyas propiedades
curativas se conocen desde tiempos inmemoriales y que, incluso
alguno de nuestros amigos, quiso poner a prueba de primera mano.

Desde San Juan de Baños, tras una parada técnica
a la altura de Simancas, llegamos a Madrid dentro del horario
previsto, despidiéndonos hasta una próxima ocasión.
Muchísimas gracias a todos por vuestra asistencia.