Crónica e imágenes del Viaje Guiado:
La Hoya de Huesca, 6, 7 y 8/05/16
Durante el fin de semana del viernes 6 hasta el domingo
8 de mayo ha tenido lugar un nuevo Viaje Guiado de ARTEGUIAS,
teniendo como destino la Comarca de La Hoya de Huesca y en el
que, además de los monumentos medievales más emblemáticos
de la propia capital oscense, visitamos lugares tan relevantes
para el arte románico aragonés y español
como el castillo de Loarre o la iglesia de Santiago de Agüero.

Tal y como estaba previsto el autobús salió
desde la Avenida de América para, tras realizar la preceptiva
parada técnica en un área de servicio a la altura
de Ariza, desembarcar en la ciudad de Huesca, en cuya ermita de
Nuestra Señora de Salas nos recibió, además
del Prior de la cofradía, la guía oficial y gran
conocedora de la ciudad de Huesca María Antonia Buisán,
con quien visitaríamos entre las jornadas de viernes y
sábado el conjunto de monumentos capitalinos.

La ermita de Salas, situada a las afueras de la ciudad
de Huesca y de gran tradición romera entre sus habitantes,
conserva en buen estado en su hastial occidental una magnífica
portada de transición al románico al gótico.
Ya en su interior, bastante modificado, pudimos contemplar la
recién restaurada imagen medieval de la patrona.

Tras la comida y para iniciar la jornada de tarde
nos acercamos a través de las callejas del casco histórico
hasta la catedral, donde pudimos contemplar su preciosa portada
gótica. Ya al interior y con las atinadas explicaciones
del guía catedralicio José María, iniciamos
la explicación por el fastuoso retablo de Forment que preside
su cabecera.

A continuación accedimos al claustro de la
seo, en torno al cual fue habilitado el Museo Diocesano de Huesca,
donde se expone una interesante colección de imaginería,
orfebrería y pinturas medievales tanto murales como sobre
tabla procedentes de diversos templos rurales del entorno.

Como colofón a la jornada de tarde del viernes
nos acercamos a uno de los platos fuertes del fin de semana, que
no era otro que el antiguo monasterio de San Pedro el Viejo. En
él, iniciamos la visita por su fachada norte, presidida
por un fantástico crismón que nos sirvió
para introducir este elemento iconográfico tan recurrente
en territorios altoaragoneses.

Ya en el interior, ingresamos en su claustro románico,
sin duda, uno de los más completos e interesantes del románico
español y que conserva un buen número de capiteles
del famoso Maestro de Agüero o de San Juan de la Peña
que hicieron las delicias de todos los asistentes, que apenas
dieron un momento de tregua a sus cámaras fotográficas.

Tras terminar el recorrido por el interior de la
iglesia, nos despedimos de nuestra guía María Antonia
para dirigirnos a nuestro céntrico hotel para recoger las
maletas, asignar las habitaciones y prepararnos para la cena.
La mañana del sábado despertó
lluviosa, circunstancia que en ningún caso minó
la moral de nuestros compañeros de viaje ya que, para abrir
boca, nos esperaba nada menos que la visita al castillo de Loarre,
obra clave de la arquitectura militar y religiosa del románico
europeo y una de las edificaciones con más historia y fotogenia
el arte medieval español.

En compañía de la guía Marta
y tras introducir las diferentes etapas constructivas del conjunto,
iniciamos el ascenso hasta el recinto fortificado, adentrándonos
en primer lugar en la cripta. Acto seguido y a través de
sus vertiginosas escaleras, visitamos la iglesia principal, continuando
después por las diferentes dependencias militares hasta
llegar, en su punto más elevado, a la antiquísima
capilla primitiva y a las torres del homenaje y la llamada "de
la Reina".

De regreso, tras un reconfortante refrigerio en la
cafetería habilitada en la zona de taquillas, nos hicimos
una de nuestras tradicionales fotos de familia para, a continuación,
de vuelta en el autobús, acercarnos a la preciosa localidad
de Agüero, levantada bajo la imponente silueta de los "mallos"
del mismo nombre.
Para nuestra visita a Agüero contamos con la
inestimable compañía y colaboración de Mateo,
alcalde de la localidad, quién en compañía
de su mujer, nos facilitó en primer lugar la visita a la
iglesia parroquial de San Salvador, donde destaca el tímpano
de su portada septentrional.

A continuación accedimos con el autobús
a la antigua iglesia de Santiago, situada en un incomparable marco
sobre una colina cerca de la población y que, tanto por
su singular emplazamiento como sobre todo por la obra escultórica
del Maestro de Agüero, hizo las delicias de todos los visitantes.

Tras la comida en un restaurante de la cercana población
de Ayerbe, la guinda a nuestra visita a esta subcomarca de La
Hoya de Huesca denominada "El Reino de los Mallos",fue
la población de Murillo de Gállego, que si bien
administrativamente pertenece a Zaragoza, su acceso natural se
aborda a través de territorio oscense.
La visita a la iglesia del Salvador de Murillo la
realizamos en compañía del jovencísimo y
entusiasta guía local Daniel, con quien recorrimos el interior
de las naves y la sorprendente cripta habilitada con fines constructivos
bajo el altar mayor del templo.

La parte final de la jornada de sábado la
aprovechamos para recorrer dos de los monumentos que nos quedaban
pendientes de la ciudad de Huesca, para lo cual, nos citamos de
nuevo con nuestra guía María Antonia Buisán
para visitar en primer lugar a la antigua iglesia de San Miguel,
popularmente conocida como "Las Miguelas" por la comunidad
de monjas que lo habita.

A escasos metros de Las Miguelas visitamos el Museo
de Huesca, habilitado en un edificio anexo a los restos del viejo
Palacio Real, de manera que, tras recorrer someramente sus salas,
llegamos al verdadero punto de interés del espacio musealizado,
que no es otro que la magnífica Sala de Doña Petronila,
antigua capilla palatina en cuya cripta, a un nivel inferior,
tiende a contextualizarse la famosa leyenda de la Campana de Huesca.

A la salida del Museo y con la idea aprovechar las
últimas horas de luz del día, dispusimos de algo
más de una hora de tiempo de libre disposición para
descansar, tomar un refrigerio, realizar compras o simplemente
pasear por la animada calle del Coso, principal arteria vital
y comercial de la ciudad antes de regresar al hotel para la cena.
La mañana del domingo la dedicamos a la zona
oriental de La Hoya de Huesca, visitando en primer lugar la sorprendente
iglesia de San Miguel de Foces, situada en un encantador paraje
aislado entre campos cerca de la localidad de Ibieca.

Para la visita a la iglesia-panteón contamos
con la ayuda de Toña Calvo, guía de la Asociación
de Amigos de San Miguel de Foces, quien para facilitarnos la visión
de las magníficas pinturas murales del gótico lineal
que enriquecen su interior, nos habilitó un potente foco
para alumbrarlas, lo cual nos permitió seguir y comprender
perfectamente los interesantísimos ciclos pictóricos
narrativos.

Por último, pese a situarse ya en la zona
del Somontano de Barbastro, finalizamos la mañana con la
visita a la villa de Berbegal, levantada sobre un elevado tozal
desde el que se contemplan magníficas panorámicas
que explican perfectamente su carácter defensivo en tiempos
de la Reconquista.

Tras una breve parada técnica en un bar de
la población, nos recibió Manu, hospitalero del
albergue de peregrinos de Berbegal con quien recorrimos algunas
de las calles de la población para acabar en la ex colegiata
de Santa María la Blanca; armónica construcción
románica muy conocida por el fantástico frontal
de altar originario de ella y objeto hoy de un agrio contencioso
por su custodia entre los obispados de Huesca y Lleida.

Aproximándose ya el momento de regresar, disfrutamos
de una apetitosa comida en un restaurante de Siétamo para,
a continuación, emprender viaje de vuelta a Madrid, donde
llegamos dentro del horario previsto tras las consabidas paradas
de descanso.
Muchas gracias a todos por vuestra compañía y hasta
una próxima ocasión.