El pasado fin de semana del sábado 9 y domingo
10 de noviembre tuvo lugar la II Edición del Viaje Guiado
Arteguías "Ruta por el León Medieval, Capital
del un Gran Reino". La primera edición la realizamos
en marzo de 2015.
Visitamos los monumentos medievales más importantes
tanto de la propia capital leonesa como de algunos de los enclaves
de mayor relevancia histórica y artística de su
entorno.
Salimos desde la Glorieta de Cristo Rey de Madrid
para llegar a nuestro primer destino del fin de semana, que no
era otro que la población de Sahagún de Campos.
Durante el trayecto tuvimos ocasión de analizar las razones
por las que se atribuye a la ciudad sahagunense el origen del
arte mudéjar castellanoleonés (también conocido
como románico de ladrillo).
De eminente tradición jacobea, Sahagún
conserva un legado medieval de lo más interesante que tuvimos
ocasión de recorrer empezando por la iglesia de San Tirso,
uno de los iconos de la villa y en el que pudimos explicar ese
interesantísimo cambio de planes en cuanto a material se
refiere en su ábside, comenzado en piedra y, posiblemente
por problemas de carencia de buena piedra de cantería,
continuado y terminado en ladrillo.
A continuación nos acercamos a las ruinas
del monasterio de San Benito, que si bien hoy apenas conserva
unos menguados restos entre los que destaca la capilla de San
Mancio, fue uno de los cenobios de monjes cluniacenses más
importantes de la Península Ibérica.
Antes de comer y dada la cercanía del restaurante,
no dejamos pasar tampoco la ocasión de visitar el tercer
gran monumento medieval facundino, que no era otro que la iglesia
románica mudéjar de San Lorenzo con su enorme campanario.
Tras la comida en Sahagún, nos encaminamos
siguiendo el Camino de Santiago hacia la ciudad de León,
donde iniciamos ruta por uno de los platos fuertes del fin de
semana: La Colegiata de San Isidoro y su Museo anejo, que pese
a estar en proceso de reforma, se mantiene abierto y visitable
en todo su esplendor.
Lo primero fue visualizar cómo la famosa torre
campanario del Gallo se construyó en la misma línea
de murallas de origen romano. Luego analizamos la iconografía
y el estilo escultórico de las fantásticas portadas
románicas del Cordero y del Perdón.
Tras visitar el interior de la basílica con
su conjunto de arquerías (algunas polilobuladas), bóvedas,
bellos capiteles y otros muchos detalles, nos dirigimos al museo.
Aquí nos centramos en numerosas piezas medievales
de relevancia, entre las cuales destaca el famoso cáliz
de Doña Urraca, identificado por algunos estudios recientes
como el posible Santo Grial. También admiramos las Arquetas
de los Marfiles, de San Isidoro y de los Esmaltes, etc.
Pero las principales atenciones se centraron en el
Panteón Real, cuyas pinturas murales románicas le
han hecho acreedor a ser conocido como "La Capilla Sixtina
del Románico Español".
Desde allí, regresamos al autobús para,
en pocos , desplazarnos hasta nuestro hotel, donde distribuimos
las habitaciones antes de cenar y descansar.
La jornada dominical la iniciamos desplazándonos
hasta la otra joya medieval leonesa, que no es otra que la Catedral:
La Pulchra Leonina: obra cumbre del gótico español
y una de las construcciones más fotografiadas del país.
En la catedral nos detuvimos en su arquitectura,
en la magnífica decoración escultórica de
sus portadas y, por supuesto, en su casi inigualable interior
pleno de ascensionalidad y de color gracias a su colección
de vidrieras.
A continuación, tras unos minutos de libre
disposición en torno a la catedral, accedimos al claustro
de los canónigos donde se albergan las estatuas originales
de las portadas occidentales para evitar su deterioro, pero lo
que más gustó a a nuestros acompañantes fue
la espectacular portada de la Virgen del Dado.
Seguidamente entramos en el Museo Catedralicio, en
el que se exponen una buena cantidad de piezas altomedievales
de la diócesis leonesa así como de imaginería
románica y gótica. Nuestro interés se centró
especialmente en la Sala de Piedra, la Sala del Torreón
y la Sala Románica.
Abandonamos León a media mañana en
dirección a nuestro siguiente destino, que era el Monasterio
mozárabe de San Miguel de Escalada, al que llegamos arreciando
la lluvia. La persona que había de abrirnos sus puertas,
y previamente apalabrada, no pudo llegar por haber quedado incomunicada
por una fuerte nevada en su localidad de residencia (Guardo).
Desde San Miguel de Escalada y siempre a la vera
del río Esla, disfrutamos de una agradable comida en un
cercano complejo hostelero antes de aproximarnos a nuestro último
destino del fin de semana: el monasterio cisterciense femenino
de Santa María la Real de Gradefes.
En Gradefes admiramos la perfecta arquitectura de
la cabecera de la iglesia abacial, especialmente de su interior.
A continuación fuimos amablemente atendidos por la hermana
Visitación que nos permitió la entrada al claustro
y a la sala capitular, además de salir del recinto claustral
para poder contemplar el exterior de la cabecera. Aquí
aprovechamos a realizar nuestra tradicional foto de grupo.
A continuación, las monjitas de Gradefes nos
atendieron en su pequeña tienda-oficina donde compramos
exquisitos productos artesanos elaborados por ellas mismas.
Desde Gradefes y tras una breve primera parada técnica,
emprendimos nuestro viaje de regreso hacia Madrid para llegar
dentro del horario previsto.
Muchas gracias a todos por acompañarnos en
este viaje y en los anteriores y esperamos volver a vernos en
2020.