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Crónica e imágenes del Viaje Guiado: Fuentes Carrionas y Valle de Liébana, 31 de marzo; 1 y 2 de abril de 2023


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Crónica e imágenes del Viaje Guiado: Fuentes Carrionas y Valle de Liébana, 31 de marzo; 1 y 2 de abril de 2023

Entre el viernes día 31 de marzo y el domingo 2 de abril tuvo lugar la II Edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS "Ruta Paisajística y Monumental en el Valle de Liébana y Fuentes Carrionas", una ruta que nos llevó a recorrer parte de la Montaña Palentina y su románico, así como el precioso valle cántabro de La Liébana, también cargado de historia y con un más que estimable patrimonio histórico y artístico.

Momento de la visita a Santo Toribio de Liébana

Como estaba estipulado, salimos puntualmente de Madrid para, a través de la autovía A6, encaminarnos hacia tierras del norte palentino, por supuesto y como es preceptivo, con la reglamentaria parada técnica a la altura en este caso de Tordesillas.

Explicaciones en San Salvador de Cantamuda, Palencia

Nuestro primer destino temático tuvo como escenario la iglesia de San Fructuoso de Colmenares de Ojeda, templo tardogótico pero señalado con letras de oro en la agenda de cualquier amante del románico por albergar en su interior -no siempre accesible- una de las mejores pilas bautismales no solo del románico castellano, sino de toda España.

Frente a ella tuvimos ocasión de recrearnos explicándola al detalle en su iconografía, así como diversas interpretaciones, teniendo tiempo también para fotografiarla desde todos y cada uno de sus puntos de vista. Una pieza que causó sensación así para abrir boca.

Primera visita del viernes: la pila bautismal de Colmenares de Ojeda

A continuación, tras la comida en Cervera de Pisuerga, capital de ese sector más occidental de la Montaña Palentina y puerta de acceso al Parque Nacional de Fuentes Carrionas, visitamos dos iglesias que, por su situación, algo apartadas del mucho más conocido grupo de templos en torno a Aguilar de Campoo, suelen quedar al margen de muchas rutas turísticas:

La primera de ellas fue la de Pisón de Castrejón, fotogénica a más no poder al enclavarse en una preciosa pradería con las imponentes cumbres de la Cordillera Cantábrica como telón de fondo.

Después de comer: visitamos la iglesia de Pisón de Castrejón

En ella, recorrimos su cabecera plenamente románica para, a continuación, detenernos en su magnífica portada sur, pieza ya de bien entrada la época gótica pero indudablemente inspirada en las celebérrimas puertas de Santiago de Carrión de los Condes y Moarves de Ojeda.

Interior de la iglesia de Pisón de Castrejón

Más escondida aún, en apenas 10 minutos llegamos a la localidad de Traspeña de la Peña, cuya iglesia conserva una portada de la misma naturaleza, quizás incluso más avanzada en lo plástico y estético que no nos permitió dar tregua alguna a nuestras cámaras fotográficas.

Ante la preciosa portada de la iglesia de Traspeña de la Peña

Desde allí y tras una parada técnica en la acogedora posada de Camasobres, nos dispusimos a cruzar la Cordillera Cantábrica a través del sinuoso Puerto de Piedrasluengas, cuyo paisaje, como pudimos comprobar, fue un monumento más de la ruta y en cuya cima tuvimos ocasión de hacer una parada para contemplar las bellísimas panorámicas que desde ella se disfrutan.

Atardecer en el brumoso Mirador de Piedrasluengas

Desde Piedrasluengas ya accedimos a territorio cántabro para llegar a nuestro hotel, situado en la localidad de Ojedo apenas a un kilómetro de Potes, capital histórica y administrativa de La Liébana.

La mañana del sábado la iniciamos visitando el monumento más antiguo de nuestra ruta, concretamente la iglesia mozárabe de Santa María de Lebeña, literalmente encajonada entre montañas y que, gracias a su secular aislamiento, ha llegado a nuestros días prácticamente intacta.

Primera hora del sábado: Santa María de Lebeña

Desde Lebeña, tras una parada técnica, nos esperaba otro de los monumentos más esperados del fin de semana como es la iglesia románica de Santa María de Piasca, una iglesia que lo tiene absolutamente todo: paisaje, fotogenia, arquitectura y una exuberante escultura que nos permitió recrearnos tanto en su iconografía como en ese inconfundible estilo del maestro Covaterio.

En Santa María de Piasca

A la tarde, tras la comida en el propio hotel de Ojedo, nos dirigimos a la capital espiritual del valle, nada menos que el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, que ya se prepara para, en apenas unas semanas, iniciar su Año Jubilar.

En Santo Toribio, además de explicar su historia, la relevancia que para la historia del arte altomedieval que ha tenido gracias a su monje Beato, y por supuesto su arquitectura ya gótica, pudimos visitar ese fragmento del "Lignum Crucis" responsable de su fama desde la misma noche de los tiempos.

Visitando la Capilla del Lignum Crucis de Santo Toribio de Lie´bana

Y desde Santo Toribio, para rematar la tarde, descendimos de nuevo a Potes, animadísima al acoger durante el fin de semana la llamada "Feria de la Caza" y en la que eran numerosos los "stands" de carácter gastronómico donde quien así lo deseo, pudo realizar su acopio de productos típicos para traerse de vuelta.

Por supuesto, no podíamos abandonar Potes sin visitar su principal referente monumental que es la Torre del Infantado, que hoy acoge una ilustrativa y didáctica exposición sobre Beato de Liébana y el mundo de los beatos y la miniatura altomedieval hispana.

Exposición sobre los códices beatos en la Torre del Infantado de Potes

La jornada del domingo, soleada y con una claridad que nos permitió contemplar la majestuosidad de las montañas que delimitan la Liébana, iniciamos la jornada visitando el Centro de Interpretación de los Picos de Europa de Sotama.

Domingo por la mañana: Centro de Visitantes de Sotama

Desde allí, de nuevo afrontamos Piedrasluengas para abandonar Cantabria y regresar a la Montaña Palentina, dándonos su más cálido recibimiento con la antigua Colegiata de San Salvador de Cantamuda, uno de los símbolos del románico palentino y que lucía especialmente bella tras su recientísima restauración.

Foto de familia ante la iglesia románica de San Salvador de Cantamuda

A continuación llegamos a Cervera de Pisuerga, también engalanada por su Feria de Ramos para comer y, desde allí y ya ganándole terreno al viaje de regreso, visitar otros dos monumentos imprescindibles del románico palentino.

Magnífico aspecto de la cabecera de San Salvador de Cantamuda

En primer lugar, la iglesia de Moarves de Ojeda, con su espectacular friso escultórico con el apostolado flanqueando al Cristo en Majestad, que nos permitió establecer una comparativa formal con las iglesias de Pisón y Traspeña visitadas el viernes.

Ante la magnífica fachada de la iglesia palentina de Moarves de Ojeda

Y como "fin de fiesta", terminamos la ruta en la encantadora ermita de San Pelayo de Perazancas, la obra considerada más antigua del románico palentino y en la que tuvimos ocasión de contextualizar su cronología, así como saborear los restos de pinturas murales conservados en su interior, algo bastante infrecuente en el románico de Palencia.

Ermita de San Pelayo de Perazancas de Ojeda

Desde allí, en este caso con dos paradas técnicas, emprendimos viaje de regreso a Madrid, llegando dentro del horario previsto.

Muchas gracias por acompañarnos.

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