Durante el pasado fin de semana
del viernes, 6, sábado 7 y domingo 8 de abril tuvo lugar
la segunda edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS "Ruta
de las Órdenes Militares en el Maestrazgo de Castellón",
un viaje planteado como repetición del realizado el mes
de marzo dado el enorme interés suscitado y con el fin
de que ninguna persona interesada pudiera quedarse sin plaza.
Tal y como estaba previsto, el viernes el autobús
salió de la madrileña Plaza del Conde de Casal a
las 8:00 en punto de la mañana para, tras una parada técnica
a mitad de camino y las pertinentes explicaciones introductorias
durante el trayecto, llegar a nuestra primera parada temática,
que no era otra que la población de Buñol, situada
cerca de Valencia y que nos permitía aligerar algo el largo
trayecto de ida.

En Buñol, de la mano de su guía oficial
Pepe Medard, visitamos el recinto del castillo; una fortaleza
muy desconocida para el turismo convencional pero que conserva
entre sus encantos el hecho de conservar aún varias de
las viviendas adheridas a sus lienzos murales.

Tras visitar sus diferentes espacios musealizados
y ascender a sus torres, regresamos hacia el autobús por
las calles que han hecho internacionalmente célebre a esta
población valenciana gracias a la famosa "tomatina"
de Buñol.
Llegados a Onda y tras la comida, iniciamos acompañados
de su guía oficial Amir un paseo por los lugares más
interesantes de la vieja población medieval como son la
Iglesia de la Sang, la Plaza del Almudí, la iglesia parroquial
y el antiguo trazado de la muralla medieval.

Tras ello, y a través de estrechas callejas
de claro sabor árabe, accedimos al castillo, donde visitamos
su zona musealizada en primer lugar, y la zona arqueológica
que corona el cierro sobre el que se asienta y desde el que se
aprecian magníficas vistas de toda la Comarca de La Plana
de Castellón.

Desde Onda, de vuelta al autobús, emprendimos
camino hacia nuestro hotel en la playa de Peñíscola
para, una vez asignar las habitaciones, cenar y descansar de cara
a la jornada de sábado.
El sábado día 7 madrugamos con la idea
de aprovechar lo más posible el día, adentrándonos
de inmediato por el corazón del Maestrazgo hasta llegar
a una de las puntos más esperados del fin de semana, la
población de Morella, que nos recibió sumida en
una intensa niebla.

En Morella, en compañía de su guía
oficial Ramiro, recorrimos sus calles visitando el Ayuntamiento,
la judería, la llamada Plaza Mayor o la basílica
arciprestal de Santa María, una de las construcciones del
gótico mediterráneo más importantes y mejor
conservadas de la Comunidad Valenciana, con su maravilloso coro
al interior y sus dos portadas abiertas al costado sur.
Desde ella, accedimos a las ruinas del convento de
San Francisco para admirar los restos del claustro, la sala capitular
con sus singularísimas pinturas murales que ilustran la
danza de la muerte, y por supuesto su iglesia gótica, punto
de partida para acceder al cerro en el que se acomodan los restos
del castillo y al que accedieron los más valientes.

Finalizada la visita a Morella con unos minutos de
tiempo de libre disposición para hacer acopio de productos
típicos y recuerdos, regresamos al autobús para
dirigirnos a los confines del Maestrazgo castellonense y comer
en la hospedería del Santuario de La Balma.

Tras la comida, de la mano de su amable santero ermitaño,
tuvimos la ocasión de visitar tan singular monumento, literalmente
colgado sobre el peñasco rocoso y con una dilatadísima
historia devocional que tuvimos la ocasión de conocer de
primera mano.
Desde La Balma, descendimos hacia el sector menos
montañoso del Maestrazgo al encuentro de la última
sorpresa de la jornada, la población de Sant Mateu, histórica
capital del Maestrazgo que ha sabido conservar buena parte de
su patrimonio histórico y monumental.

En compañía de Javi, guía de
la Oficina de Turismo local, recorrimos los principales monumentos,
empezando por el principal; la iglesia arciprestal con su portada
románica (una de las escasas conservadas en la Comunidad
Valenciana) y su suntuoso interior gótico.

Desde ahí, recorrimos su Plaza Mayor, el Ayuntamiento,
el Palacio Barrul, el horno comunal, la muralla, los lavaderos
públicos y la iglesia de San Pedro, otro buen ejemplo de
esa arquitectura llamada de reconquista a caballo entre el románico
y el gótico.
La mañana del domingo amaneció mucho
más benévola en lo climatológico, tomando
el autobús con el fin de dirigirnos al pie mismo del centro
histórico de Peñíscola, al que accedimos
a través de sus pintorescas callejas.

Ya en el castillo de Peñíscola, tuvimos
la ocasión de introducir históricamente a través
de paneles habilitados en la zona de caballerizas el origen y
el devenir de la orden templaria para, posteriormente, acceder
al patio de armas del castillo y visitar sus diferentes estancias
como el Salón Gótico, la iglesia románica
o el Salón del Cónclave.
Finalizada la visita, quien así lo deseó
accedió a sus torres más elevadas del castillo para
disfrutar de las vistas antes de descender a través del
muy cinematrográfico Portal Fosc a la zona baja de la localidad
para degustar de un menú típicamente valenciano
a base de mejillones y paella.

Ya de camino de regreso hacia Madrid y con la idea
de que el trayecto no se hiciese demasiado largo, planteamos una
de las paradas técnicas en la ciudad de Requena, la cual,
conserva buena parte de su primitivo trazado urbano muy desconocido
para el gran público y en el que destacan las suntuosas
portadas góticas de las iglesias de Santa María
y del Salvador.

Posteriormente, tras una parada reglamentaria
más durante el viaje, llegamos a nuestro destino en Madrid
dentro del horario previsto, despidiéndonos hasta una próxima
ocasión.
Muchas gracias a todos los asistentes por vuestra compañía.