Durante el primer fin de semana
de junio tuvo lugar la primera edición del Viaje Guiado
ARTEGUIAS "Ruta por las Mejores Portadas del Románico
Burgalés", un itinerario temático que nos llevó
a recorrer buena parte del centro y norte de la provincia burgalesa
al encuentro de algunas de las más interesantes portadas
de estilo románico de su territorio.
Tal y como estaba previsto y con un calor de justicia
más propio de julio y agosto que nos acompañaría
durante todo el fin de semana, el autobús partió
puntual el sábado desde la Plaza de Castilla para, tras
la parada técnica de rigor en Aranda de Duero, llegar a
la primera de las portadas románicas a visitar: la de Madrigal
del Monte.
La iglesia de San Miguel Arcángel de Madrigal
del Monte es una construcción tardogótica que supo
conservar la portada original de su primitiva parroquia románica
y, dada su cómoda accesibilidad desde la autovía
A-2, constituyó una más que idónea toma de
contacto con las maravillosas portadas burgalesas.
Desde Madrigal del Monte y tras circunvalar la capital
burgalesa, nos adentramos en el Valle de Santibáñez,
una de esas tan inesperadas como maravillosas sorpresas que oculta
la provincia burgalesa y que poco a poco, gracias en especial
a la incansable labor de su alcaldesa, trata de abrirse un más
que merecido hueco entre las rutas turísticas de la provincia.
Atractivos monumentales, como pudimos comprobar, no le faltan.
Fue precisamente su alcaldesa María del Amor
junto a su hijo Eloy quienes ejercieron de inmejorables anfitriones
con nosotros, facilitándonos en todo momento la visita
tanto a la iglesia de Santibáñez-Zarzaguda como
a la de la cercana Miñón de Santibáñez.
En Santibáñez-Zarzaguda quedamos maravillados
ante la parroquia de San Nicolás de Bari, templo de dimensiones
casi catedralicias que, si bien no conserva una portada al uso,
sí pueden admirarse en su interior varios fragmentos escultóricos
de la que pudo ser la riquísima portada de una primitiva
parroquia o los restos procedentes de algún cenobio cercano.
Tras reponer fuerzas en un restaurante del propio
Santibáñez-Zarzaguda, recorrimos los escasos kilómetros
que separan de Miñón para visitar su iglesia de
San Pedro, fotogénica como ella sola en medio de una verde
ladera sobre el caserío.
Pese a ampliaciones posteriores, se enorgullece de
conservar una de las puertas románicas más interesantes
de Burgos, dotada de relieves zoomorfos, músicos y escenas
sociocostumbristas que hicieron las delicias de los visitantes.
A continuación tomamos rumbo noreste para,
tras una necesaria parada técnica en Cernégula,
acercarnos a la población de Escóbados de Abajo
para visitar su ermita de Nuestra Señora de la Oliva, también
muy fotogénica al emplazarse exenta coronando una de las
laderas que flanquean la población.
Tanto al exterior como al interior e la ermita fuimos
comentando tanto capiteles como canecillos, centrándonos
además de en su iconografía, en su grado de parentesco
con los talleres silenses, un estudio que fuimos repitiendo en
la práctica totalidad de templos visitados.
Como más que digno colofón a la jornada
de tarde, adentrándonos ya en tierras burebanas camino
de nuestro hotel de Briviesca tuvimos la ocasión de visitar
la localidad de Lences de Bureba a la que se entra por un pintoresco
puente medieval donde realizamos una de nuestras fotos de grupo.
La iglesia de Santa Eugenia de Lences, otra construcción
profundamente reformada en época tardogótica, conservó
en parte su magnífica portada románica, dándose
la curiosidad de que, en su proceso de desmontaje y readaptación
a su nuevo espacio, sus arquivoltas quedaron algo achatadas y
con numerosos desajuestes.
Dentro del horario previsto llegamos a nuestro hotel
de Briviesca para, tras asignar habitaciones y asearnos tras la
calurosa jornada, proceder a cenar y descansar.
La jornada de domingo estaba llamado a ser el día
fuerte del fin de semana, y no defraudó. Nuestra primera
visita fue la iglesia parroquial de Santa María la Mayor
de Abajas, conservada esta vez sí casi íntegra y
en cuya portada son patentes los retazos de los talleres silenses.
Desde Abajas y tras una parada técnica de
nuevo en Cernégula (una de las pocas poblaciones con área
de servicio en muchísimos kilómetros a la redonda),
nos adentramos en el precioso valle de Sedano que además
lucía aún su colorido más primaveral para
visitar una de sus joyas: la iglesia de San Pedro y San Pablo
de Gredilla.
Además de buena parte de su fábrica
original, conserva esta iglesia una de las portadas románicas
más admiradas de todo el románico burgalés,
con su arquivolta polilobulada y con un elegante tímpano
con la escena de la Anunciación flanqueada por los santos
titulares de la iglesia como protagonistas, todo ello labrada
por manos de maestros de clara raigambre silense.
Tras la comida en un restaurante del cercano Valle
de Valdivielso, iniciamos nuestra aproximación a Madrid
no sin antes visitar la iglesia de La Asunción de Nuestra
Señora de Ahedo del Butrón, precioso pueblecito
encaramado en uno de los lugares más aislados de la provincia.
La portada de Ahedo del Butrón es, para la
mayoría de los estudiosos, una de las más sobresalientes
no solo de Burgos, sino de todo el románico castellano.
La maestría de su tímpano y de sus capiteles denotan
un grado de parentesco cercanísimo al segundo taller de
Silos, pudiendo haber intervenido incluso las manos del propio
taller.
Desde Ahedo, continuamos en dirección sur
para llegar, no sin algunas dificultades dada la estrechez de
su carretera a la que fue más que sobresaliente guinda
del pastel: la iglesia de San Esteban de Moradillo de Sedano,
cuya iglesia, conservada en bastante buen estado a excepción
de la zona de cabecera que fue reformada en siglos posteriores,
conserva la que quizás es la mejor portada del románico
burgalés tanto plástica como iconográficamente.
Desde Moradillo retornamos a la carretera general
para dirigirnos a Madrid no sin antes hacer la última parada
técnica del viaje en un moderno área de servicio
de Sotopalacios donde, además de tomar un refrigerio para
mitigar el calor, quien así lo deseó pudo hacer
acopio de productos típicos como la afamada morcilla burgalesa
para llevar a casa.
Muchísimas gracias a todos por acompañaros
en este viaje y hasta una próxima ocasión.