Crónica e imágenes del Viaje Guiado:
Románico en Ourense y la Ribera Sacra, 19, 20 y 21/06/15
El pasado fin de semana del viernes 19 al domingo
21 de junio, en ARTEGUIAS dimos la bienvenida al verano con un
interesante viaje guiado que, durante tres días, nos llevó
a conocer el interesantísimo románico de la ciudad
de Ourense y de su vecina y legendaria Ribeira Sacra.
Con un tiempo totalmente veraniego que no nos abandonó
en ningún momento durante todo nuestro itinerario, la expedición
partió puntual el viernes día 19 desde la madrileña
Glorieta de Cristo Rey en dirección noroeste para, tras
dos paradas técnicas durante el recorrido para estirar
piernas y tomar algo, llegar a la hora de comer a nuestro primer
destino temático, que no era otro que la monumental villa
de Allariz.
Tras una agradabilísima comida en una terraza
junto al río Arnoia en la propia villa, nos citamos con
Beatriz Pérez, guía oficial de "Mais que Románico"
que nos acompañaría durante toda la jornada de tarde,
comenzando el recorrido por un breve paseo por la propia localidad
de Allariz que culminó con la visita a su iglesia parroquial
de Santiago.
Tras este fantástico aperitivo nos encaminamos
al autobús para acercarnos al santuario de Santa Mariña
de Augas Santas, un lugar cargado de magia y misterio e íntimamente
ligado a la figura de la santa mártir Mariña, de
gran devoción en todo el territorio gallego.
Pero además de todo su halo legendario, Augas
Santas conserva una de las construcciones más interesantes
del románico ourensano, cuyas características tuvimos
la oportunidad de desgranar tanto frente a su monumental cabecera,
como ya en su interior, donde analizamos la existencia del mal
llamado "falso triforio", sin duda, el elemento más
característico de este templo.
A continuación, a escasos kilómetros
de Augas Santas, nos dirigimos a la localidad de Xunqueira de
Ambía, cuya colegiata de Santa María, prima hermana
de la anterior, nos permitió contemplar un segundo ejemplo
de "falso triforio" amén de una explosión
escultórica tanto en sus dos fachadas como en su cabecera.
Desde Xunqueira de Ambía, en aproximadamente
media hora llegamos a la capital ourensana, donde tras repartir
las habitaciones, asearnos y relajarnos un rato en el hotel, dirigirnos
a un cercano restaurante para cenar.
A la mañana siguiente, fue María Abuín
quien tomó el relevo de su compañera Beatriz y nos
acompañó durante toda la jornada a través
de los preciosos y en ocasiones recónditos monasterios
de la Ribeira Sacra del río Sil.
Así, el itinerario temático sabatino
comenzó en el icónico monasterio de Santa Cristina
de Ribas de Sil, encaramado sobre una vertiginosa y casi inaccesible
ladera a orillas del río homónimo y que, debido
a lo dificultoso de su emplazamiento, tuvimos que valernos de
un microbús previamente contratado para poder acceder al
mismo en dos tandas.
En Santa Cristina, tanto su bucólica situación
en medio de un frondoso bosque de robles como su sólida
construcción románica en tan apartado lugar hicieron
las delicias de todos los asistentes, que no dieron tregua a sus
cámaras fotográficas recreándose principalmente
en su portada, en la cabecera y, por supuesto, en su pintoresco
claustro adosado.
Tras ascender de nuevo con el microbús hasta
las cercanías de Parada de Sil, nos dirigimos a través
de una sinuosa pero paisajísticamente soberbia carretera
en dirección a Santo Estevo de Ribas de Sil, no sin antes
aprovechar para hacer una breve parada en el Mirador de Cabezoás
para deleitarnos con una espectacular panorámica del Cañón
del río Sil.
Ya en Santo Estevo de Ribas de Sil, un breve paseo
en descenso nos condujo desde el parking hasta las mismas puertas
del antiguo cenobio, convertido hoy en un comodísimo parador
de turismo.
La visita a Santo Estevo la iniciamos por su monumental
cabecera, donde llama poderosamente la atención el hecho
de que sus absidiolas laterales son de mayor altura que el central,
circunstancia totalmente anómala en el románico.
A continuación accedimos al interior, donde el interés
de centró en un retablo o frontal pétreo de Cristo
coronado rodeado por los apóstoles que allí se expone.
Tras un breve recorrido por sus tres claustros, prestando
especial atención al único románico de ellos,
denominado "de los Obispos", nos encaminamos de nuevo
al autobús con el fin de dirigirnos a la población
de Luintra, donde nos esperaba una reconstituyente comida.
El recorrido de tarde lo iniciamos en el antiquísimo
monasterio de San Pedro de Rocas, también escondido en
el fondo de un remoto vallejo boscoso que rápidamente nos
transportó a todos los presentes a aquellos tiempos altomedievales
de eremitas y ascetas, germen del posterior monacato colectivo
y reglado aún vigente
El monasterio de San Pedro de Rocas es una sorprendente
construcción rupestre semiexcavada en un gran peñasco
que sobresale en una suave ladera, horadándose en él
su característica estructura triabsidial. Junto a él,
además, los viajeros más aventureros aprovecharon
para descender unos metros más hacia el fondo del valle
hasta llegar a la llamada Fuente de San Bieito, a cuyas aguas
le son atribuidas tradicionalmente propiedades curativas.
Desde San Pedro de Rocas pusimos de nuevo rumbo a
la ciudad de Ourense para aprovechar el resto de la tarde en conocer
su catedral y varios de sus monumentos más señeros.
El recorrido urbano por la ciudad de Ourense comenzó
por su catedral románica, una construcción clave
en los contextos artísticos medievales gallegos pese a
que, en ocasiones, bien por quedar algo encajonada entre viviendas
o bien por el poder de atracción que ejerce la universal
seo compostelana, suele pasar en ocasiones injustamente desapercibida.
En la catedral ourensana, como no podía ser
de otra forma, la atención de todos los asistentes se centró
en su Pórtico del Paraíso, antigua fachada occidental
hoy solo apreciable desde el interior y que, pese a sus reformas,
nos remite de inmediato al Pórtico de la Gloria de la Catedral
de Santiago, con la particularidad además de haber conservado
en relativamente buen estado su policromía original.
Después de comentar detalladamente la iconografía
y el estilo del Pórtico del Paraíso y tras un breve
receso para reponer fuerzas y tomar un refrigerio, rodeamos la
catedral con el fin de explicar sus portadas laterales y su monumental
cúpula; para, a continuación, a través de
pintorescas calles animadas con las interesantes explicaciones
de María, desembocar frente a las Burgas, otro de los iconos
monumentales de la ciudad de Ourense.
Tras explicar la historia y las características
de las Burgas romanas y no sin antes probar con nuestras propias
manos la altísima temperatura a la que brotan sus aguas,
nos dirigimos a través de la comercial Rúa do Paseo
hacia el hotel para prepararnos para cenar y descansar.
La mañana del domingo abandonamos tierras
ourensanas para, ya en la vecina provincia de Lugo, dedicar la
jornada de nuevo en compañía de nuestra guía
María a varios de los monasterios más renombrados
de la Ribeira Sacra del Miño.
El primero de ellos y uno de los más esperados
del fin de semana fue el de Santo Estevo de Ribas de Miño,
al que de nuevo su recóndito y casi inaccesible emplazamiento
nos obligó a abordarlo tras un breve pero agradabilísimo
paseo rodeado de viñedos y con el encajonado río
Miño como telón de fondo.
En Ribas de Miño, como no podía ser
de otra forma, la atención se centró en su preciosa
fachada occidental, que si bien resulta muy difícil de
fotografiar en su conjunto debido a la angostura de su emplazamiento,
cuenta con un repertorio iconográfico sobresaliente.
Tras desandar el camino en dirección al autobús,
poco después llegamos al antiguo monasterio de San Miguel
de Eiré, el cual, en la actualidad solo conserva su encantadora
iglesia románica coronada por su singular torre románica
sobre la nave, una disposición que, más que a Galicia,
parece remitirnos más a contextos castellanos como Las
Merindades burgalesas.
Como digno colofón a tres días cargados
de emociones románicas e inigualables paisajes, el itinerario
temático concluyó en el monasterio de Santa María
de Ferreira de Pantón, único cenobio cisterciense
femenino aún activo en tierras gallegas.
En Ferreira de Pantón llamó poderosamente
la atención entre la concurrencia el hecho de que, pese
a su adscripción cisterciense, su ábside se presentase,
en contra de los dictados de la orden, cuajado de de escultura
monumental; circunstancia que se explica en que su construcción
es algo anterior a que entrase en órbita cisterciense.
Desde el monasterio de Ferreira de Pantón,
no sin antes proveernos de los deliciosos dulces artesanos que
preparan sus hermanas bernardas moradoras, llegamos a Monforte
de Lemos, capital de la Ribeira Sacra Lucense y donde pudimos
disfrutar de una agradable comida antes de emprender camino de
regreso a Madrid, donde, tras las pertinentes paradas técnicas,
llegamos dentro del horario previsto.
¡Muchas gracias a todos por vuestra asistencia
y feliz verano!