El pasado sábado día 30
de noviembre tuvo lugar el último de los viajes guiados
de ARTEGUIAS programados para el año 2013, teniendo como
destino, en esta ocasión, una serie de poblaciones segovianas
en cuyas iglesias parroquiales, si bien no muy conocidas, se conservan
una serie de capiteles y canecillos románicos que ilustran
de manera muy gráfica diversos aspectos de la vida y la
sociedad rural medieval.

Pese al frío reinante propio de estas fechas
y que a nadie pilló de sorpresa, salimos puntuales desde
la madrileña Plaza de Castilla en dirección norte,
aprovechando el viaje para presentar el itinerario a recorrer,
así como para contextualizar histórica y artísticamente
los monumentos a visitar.

Así pues, tras una breve parada para desayunar
en Santo Tomé del Puerto, llegamos a nuestra primera parada
temática de la ruta, que no era otra que la iglesia de
Nuestra Señora de la Asunción de Sequera de Fresno,
un templo que, pese a no ser de los más famosos del románico
segoviano, sí puede considerarse uno de los ábsides
más armónicos, elegantes e interesantes de la provincia.

Frente a ella nos detuvimos un buen rato admirando
e interpretando tanto su colección de canecillos, como
sus originales ventanales, todos ellos dotados de interesantes
repertorios escultóricos de carácter costumbrista.

Desde Sequera nos dirigimos en dirección oeste
rumbo a la minúscula población de El Olmo, cuya
humilde iglesia parroquial atesora también una llamativa
colección de canecillos figurados además de una
preciosa portada polilobulada y trasdosada por una moldura de
triple baquetón en zigzag, un elemento bastante recurrente
en comarcas centrales y orientales de la provincia de Segovia
y sobre cuyo probable simbolismo tuvimos la oportunidad de debatir
frente a ella.

Tras contemplar sus capiteles interiores, regresamos
al autobús para, en pocos minutos, dirigirnos a la localidad
de Perorrubio, sin duda, uno de los puntos de mayor interés
de la ruta.

La iglesia de San Pedro Advíncula de Perorrubio
sorprendió a los asistentes tanto por su magníficamente
conservada galería porticada abierta a los lados sur y
oeste del templo, como por los variados programas figurativos
que adornan el propio pórtico, el interior y la cabecera,
dónde se combinan representaciones costumbristas con seres
del bestiario imaginario románico.

La jornada de mañana tuvo su dignísimo
colofón visitando la iglesia porticada de San Pedro de
Gaíllos. Además de una imponente cabecera y bonita
puerta de ingreso, lo más notable de este monumento es
su preciosa galería porticada románica.

Justo enfrente de la iglesia se encuentra el restaurante
"El Caserón", donde pudimos degustar un suculento
y típicamente segoviano menú compuesto por judiones
de La Granja y cordero asado.

Por la tarde, nos acercamos en primer lugar a la
cercana población de Santa Marta del Cerro, donde gracias
a la amabilidad de su párroco Don Félix pudimos
admirar tanto su cuidado interior, como de nuevo, el rico muestrario
de canecillos de tipo costumbrista que ornan los aleros de su
cabecera.

Apurando al máximo las escasas horas de luz
natural que caracterizan las tardes otoñales, nos acercamos
al disperso núcleo de Ventosilla y Tejadilla, cuya modesta
iglesia parroquial, además de sugerentes canecillos en
la línea de los ya contemplados durante toda la jornada,
atesora en su interior sendos capiteles de rudísima talla
en los que se contraponen a un lado una Epifanía, y al
otro una llamativamente explícita alusión a algún
tema vinculado al sexo.

Desde Tejadilla y tras una breve parada en Cerezo
de Abajo para recuperar fuerzas, emprendimos camino de regreso
a Madrid, llegando a nuestro destino en la Plaza de Castilla según
el horario previsto.
Muchas gracias a todos los asistentes y esperamos
vernos en nuevos viajes guiados ya durante 2014. ¡Felices
Fiestas!