Durante el fin de semana del 17
y 18 de noviembre tuvo lugar el último de los Viajes Guiados
de ARTEGUIAS del año 2018, teniendo como destino la Ruta
de los Nazaríes a su paso por la provincia de Jaén.
Desde nuestro punto de encuentro en la madrileña
Glorieta de Puerta de Toledo, el autobús partió
puntual en dirección sur, realizando la pertinente parada
técnica en la encantadora y pintoresca Venta de Don Quijote,
en la población de Puerto Lápice.
Apenas rebasado el estratégico paso de Despeñaperros,
nuestra primera visita tuvo como escenario la localidad de Baños
de la Encina, más concretamente su fastuoso Castillo de
Burgalimar, situado en uno de los extremos del casco urbano y
con amplísimas vistas sobre las campiñas aledañas
cuajadas de olivares.
De la mano de una de las guías locales del
castillo, comenzamos la visita por su exterior, accediendo a continuación
a su inmenso patio de armas en el que nos fue explicada el origen
y la funcionalidad de los restos arqueológicos aparecidos
en él.
Finalizada la visita, los más audaces ascendieron
a su torre del homenaje y a los adarves, desde donde pudieron
contemplar espectaculares panorámicas tanto del casco urbano
como del entorno.
Desde Baños de la Encina y en poco más
de diez minutos llegamos a Guarromán, donde disfrutamos
de una reconfortante comida en un restaurante cuya curiosísima
decoración no dejó indiferente a nadie.
La jornada de tarde se centró en el importantísimo
yacimiento íbero-romano de Cástulo, primero sobre
el propio terreno y a continuación en el Museo monográfico
instalado en Linares.
De esta manera y aprovechando la agradable luz del
atardecer, recorrimos los diferentes espacios del enorme yacimiento
de Cástulo, deteniéndonos con especial atención
como no podía ser de otra forma en su obra clave: el Mosaico
de los Amores, descubierto hace pocos años y protegido
por una cubierta que lo pone a salvo de las inclemencias meteorológicas.
De regreso al autobús y tras una breve parada
técnica en el Centro de Recepción de Visitantes
del yacimiento, nos dirigimos a la cercana ciudad de Linares con
el fin de visitar el interesantísimo Museo monográfico
allí habilitado, cuya colección se compone en su
totalidad de piezas extraídas de las ruinas de la ciudad
íbero romana.
Tras un exhaustivo recorrido por sus salas, regresamos
al autobús para dirigirnos a nuestro hotel, situado a las
mismas puertas de la capital jiennense.
La mañana del domingo tal y como vaticinaban
las predicciones meteorológicas amaneció totalmente
encapotada, aunque afortunadamente durante la primera parte de
nuestro recorrido por la capital del Santo Reino la lluvia nos
respetó.
Frente al teatro Infanta Leonor, que vendría
a coincidir con el extremo norte del casco viejo, iniciamos el
largo periplo por la capital jienense.
Tras comentar la muralla y algunos inmuebles históricos
de interés en el entorno, nos detuvimos en primera instancia
frente a la actual parroquia de La Magdalena, antigua mezquita
que conserva su fotogénico patio de abluciones así
como el alminar hinspanomusulmán.
Desde ahí, apenas a pocos metros, accedimos
a uno de los monumentos más renombrados de la capital jiennense,
concretamente al Palacio de Villardompardo, en cuyos sótanos
se conservan uno de los Baños Árabes más
completos y mejor conservados de España.
A la salida y a través de la calle Maestra
nos encaminamos hacia la Catedral, cuya visita iniciamos por el
interior deteniéndonos en sus capillas más importantes,
en la sillería del coro y, por supuesto, en la sacristía
o sala capitular.
Tras unos minutos de tiempo libre para reponer fuerzas
o hacer compras en las calles comerciales del centro de la ciudad,
terminamos de comentar la fachada principal de la seo y nos dirigimos
hacia el autobús con el fin de llegar hasta el Museo Provincial.
El Museo Provincial de Jaén es uno de esos
museos de pequeñas capitales que suelen ser injustamente
ignorados en las principales rutas turísticas pero que
merecería ser visita obligada para cualquier amante de
la historia y del arte.
En él, iniciamos la visita en el pabellón
adyacente en el que se exponen las principales obras de arte íbero
procedentes de Porcuna, piezas que en pocas fechas terminarán
en el enorme y aún semi vacío Museo íbero.
A continuación, y ya en la colección
principal, fuimos deteniéndonos en las piezas más
valiosas prestando especial atención a varias esculturas
y al magnífico sarcófago paleocristiano de Martos.
La visita por la ciudad de Jaén culminó
con el ascenso al castillo de Santa Catalina y a su magnífico
mirador popularmente conocido como "de la Cruz", cuyas
vistas de la ciudad no se quiso perder una acompañante
inesperada: la lluvia, que arreció con especial fuerza
en ese momento.
Desde Jaén, en apenas media hora de trayecto
nos desplazamos a la población de Porcuna, donde nos esperaba
la comida en un céntrico restaurante.
La visita a Porcuna se centró en los restos
de la muralla de su antigua alcazaba y en la llamada Torre Nueva
o Torre de Boabdil, construcción encargada por la Orden
de Calatrava y en la que, según la tradición, estuvo
preso el último rey nazarí Boabdil el Chico tras
ser hecho prisionero por los Reyes Católicos e la Batalla
de Lucena.
En la actualidad la Torre de Boabdil acoge un pequeño
museo en el que se exponen piezas procedentes de los distintos
yacimientos íberos del término municipal de Porcuna,
disfrutándose desde su terraza almenada superior de unas
vistas dignas del esfuerzo que supone ascender.
Finalizada la visita a Porcuna y tras despedirnos
de su amable guía local, emprendimos el viaje de regreso
a Madrid, donde llegamos tras la parada técnica de rigor
dentro del horario previsto, despidiéndonos y citándonos
-no sin antes felicitarnos el año- hasta el próximo
viaje ya en 2019. Muchas gracias por acompañarnos.