El pasado sábado día 1
de febrero tuvo lugar la segunda edición del viaje guiado
de ARTEGUIAS "Ruta por el Toledo oculto y subterráneo",
en el cual, repetimos el recorrido realizado tan solo 7 días
antes con el fin de que ninguno de nuestros amigos se quedase
sin disfrutar de tan interesante ruta una vez se habían
agotado las plazas disponibles para la visita del 25 de enero.

Así pues, con puntualidad, salimos desde la
madrileña Puerta de Toledo en dirección sur para,
tras apenas una hora de recorrido, llegar a las inmediaciones
del Puente de San Martín, situado al oeste de la capital
toledana.
Pese a que durante el trayecto en autobús
descargaron varios chaparrones, tuvimos la fortuna de que, una
vez en Toledo, la lluvia no hizo acto de presencia en ningún
momento, permitiéndonos disfrutar de la intensa jornada
con total comodidad. Incluso, en bastantes momento pudimos disfrutar
del sol.
Tras una breve explicación del citado Puente
de San Martín y un tonificante café en torno al
monasterio de San Juan de los Reyes, se unió a nosotros
Margarita Ruiz, guía oficial de Toledo y profunda conocedora
de cada rincón de la ciudad.

Así, el primero de los monumentos visitados
fue la antigua sinagoga de Santa María la Blanca, una de
las once con que contó la ciudad durante los siglos medievales
y única junto a la del Tránsito llegada a nuestros
días prácticamente intacta.
Tras ella, continuamos recorriendo la antigua judería
hasta llegar a los sótanos de la llamada Casa del Judío,
cuyo interior visitamos en sustitución a las Cuevas de
Hércules, cerradas por mantenimiento durante esta semana.

A continuación, nos adentramos en el corazón
comercial de la urbe toledana, donde tuvimos la oportunidad de
comentar, camino a nuestra siguiente parada temática, el
campanario mudéjar de la iglesia de Santo Tomé.

Junto a la fachada sur de la catedral, nos adentramos
divididos en dos grupos en la llamada "Casa Árabe
de la calle Cardenal Cisneros", una de las numerosísimas
sorpresas que oculta Toledo y cuya existencia resulta desconocida
incluso para muchos de sus habitantes.


Desde este lugar, y tras comentar brevemente la portada
occidental de la catedral primada, ascendimos en dirección
a la plaza Amador de los Ríos, donde se hallan los restos
de las antiguas termas romanas, hoy habilitadas como oficina del
Consorcio de Toledo.
Explicadas las termas, así como las infraestructuras
hidráulicas conservadas junto a ellas, visitamos un tradicional
patio toledano para, sin solución de continuidad, dirigirnos
al restaurante "Los Arcos", situado, como no podía
ser de otra forma, junto al ábside de la iglesia de las
santas Justa y Rufina, una más de las aproximadamente treinta
parroquias con restos mudéjares con que contó Toledo.

Tras la comida y un breve comentario sobre la portada
norte de la catedral, llegamos a la plaza del Salvador, donde
visitamos en dos grupos el Pozo de El Salvador, así como
la cercana iglesia de Santa Úrsula.

Uno de los platos fuertes de la jornada constituyó
la visita a la iglesia de El Salvador, que si bien no es de las
más conocidas de Toledo, sí resulta ser una de las
que mayor interés histórico y arqueológico
atesora.

En ella, además de su famosa pilastra visigoda
reaprovechada junto a distintos capiteles para la construcción
de una mezquita árabe, pudimos adentrarnos en sus entrañas
para descubrir los restos de una galería perfectamente
conservada en su trasera, donde de nuevo es posible distinguir
soportes de acarreo, capiteles reaprovechados y arcos enjarjados
enmarcados en alfices totalmente hispanomusulmanes.

Tras El Salvador, descendimos rumbo a la parte sur
de la urbe, pasando por delante de la interesantísima iglesia
de San Bartolomé, y llegando a la misma orilla del Tajo,
en cuyo barrio de curtidores se hallan los restos de los Baños
Árabes de Tenerías y la iglesia de San Sebastián.
La antigua parroquia de San Sebastián es
otra construcción cristiana cuyo interior sorprende al
afortunado visitante que puede acceder debido a sus características
propias de una mezquita; en definitiva, una joya desconocida.

A una cincuentena de metros se encuentran los Baños
Árabes de Tenerías, donde explicamos las diversas
partes que afloran a la vista: vestíbulo, letrinas, sala
templada, sala caliente, caldera, etc. que fue un perfecto colofón
a una jornada de lo más intensa.

Desde allí, atravesando la sede de las Cortes
de Castilla - La Mancha junto a su privilegiado mirador sobre
el río Tajo, nos dirigimos al autobús, no sin antes
tomar un refrigerio y, quién así lo deseó,
proveernos de los productos típicos toledanos.

Llegamos a Madrid dentro del horario previsto,
despidiéndonos hasta una próxima ocasión.
Muchas gracias a todos por vuestra asistencia.