El sábado día 23 de enero
tuvo lugar el primero de los viajes guiados programados por ARTEGUIAS
para este año 2016, teniendo como destino la ciudad de
Toledo y, más concretamente, lo que hemos venido denominando
como "Ruta por la arquitectura subterránea y desconocida
por la ciudad de Toledo".
Esta ruta, a diferencia de la también por
nosotros propuesta del "Toledo de las Tres Culturas y cinco
artes medievales" que recorre en profundidad los monumentos
más señeros de la ciudad imperial, propone una visita
a esos otros encantos históricos y artísticos toledanos
que, bien por falta de tiempo o simplemente por desconocimiento
o dificultades de acceso, suelen pasar desapercibidos para la
mayoría de visitantes.

Tal y como estaba previsto, la expedición
partió puntual desde la Glorieta Puerta de Toledo de Madrid
para, en apenas una hora de trayecto, llegar a la ciudad de Toledo,
dejándonos el autobús en la zona oeste de la ciudad,
concretamente junto al monumental Puente de San Martín,
el cual no dejamos pasar la oportunidad de explicar tanto en su
vertiente arquitectónica como, por supuesto, histórica
y legendaria, y es que son varias las leyendas ligadas a la historia
de la urbe toledana que tienden a situarse en torno a este puente
sobre el Tajo.
Desde el Puente de San Martín ascendimos hacia
la plaza de San Juan de los Reyes, donde tras dejar unos minutos
para desayunar en las cafeterías colindantes, recibimos
y presentamos a nuestra guía Margarita Ruiz para iniciar
junto a ella la visita propiamente dicha.

El primero de los monumentos que visitamos fue la
Sinagoga de Santa María la Blanca, junto a la de El Tránsito,
uno de los dos grandes espacios de oración conservados
del antiguo Toledo judío. Nos recibió Santa María
la Blanca recientemente restaurada, sirviéndonos su interior
para poner de manifiesto la convivencia cultural que caracterizó
al Toledo Medieval entre judíos (usuarios del espacio),
musulmanes (constructores y alarifes) y cristianos (al mando de
la ciudad en el momento de su construcción).
Desde Santa María la Blanca ascendimos a través
de las estrechas callejas de la judería hasta llegar a
la iglesia de Santo Tomé: templo muy conocido por albergar
en su interior una de las obras más señeras de El
Greco, pero que a nosotros en esta ruta nos interesaba por su
campanario mudéjar, heredero de un viejo alminar árabe
y que en sus muros reaprovecha varios elementos de acarreo visigóticos.

Llegados frente a la catedral, nuestro interés
se centró en la llamada "Casa Árabe",
antigua vivienda califal aparecida en los sótanos de los
inmuebles adyacentes, cuyo guía nos explicó en detalle.

Tras un breve comentario sobre la suntuosa fachada
occidental de la catedral primada toledana, nos dirigimos al complejo
de las Termas Romanas, en la actualidad sede del Consorcio de
Toledo y entre cuyos muros han sido recuperados y puestos en valor
los restos de unas termas de época romana además
de las conducciones de agua que lo alimentaban.

Muy cerca de las Termas, rematamos la jornada de
mañana visitando las llamadas Cuevas de Hércules:
una gran cisterna romana subterránea sobre la cual se erigió
primero una mezquita musulmana con restos visigodos reaprovechados
y, a continuación, un templo cristiano dedicado a San Ginés
hoy desaparecido.

Tras una edificante comida en un céntrico
mesón de la ciudad, la jornada de tarde empezó con
la visita a la iglesia del Salvador, templo que, pese a estar
en el mismo corazón comercial de Toledo, suele pasar desapercibida
para la mayoría de visitantes.

En la iglesia del Salvador, antigua mezquita como
tantas otras parroquias toledanas, tuvimos la oportunidad de admirar
la incomparable pilastra visigoda escultórica reaprovechada
en los arcos de la mezquita, los restos arqueológicos aparecidos
y puestos en valor en su subsuelo y, por supuesto, las arcadas
árabes descubiertas de manera casual en su patio trasero
y que parecen estar en relación con un gran jardín
islámico asociado a una mezquita.

Tras ello, descendimos a su anexo "Pozo del
Salvador", un enorme aljibe subterráneo y abovedado
aparecido también de manera casual cuando se acometían
una serie de obras en infraestructuras urbanas.

Desde el Pozo del Salvador iniciamos un rápido
descenso hacia el sector sur de la ciudad, zona esta muy poco
frecuentada por el turismo convencional pese a atesorar interesantísimos
monumentos como el convento de Santa Isabel o la parroquia de
San Bartolomé, heredero también de una antigua mezquita
y que conserva uno de los ábsides más monumentales
del mudéjar toledano.

Ya a la altura del río Tajo, en el llamado
Barrio de Curtidores, visitamos la antigua mezquita convertida
después en iglesia cristiana de San Sebastián, una
de las parroquias que más claramente permite vislumbrar
su pasado hispanomusulmán y que, por lo general y a su
indiscutible interés, queda totalmente al margen de recorridos
turísticos.

Ya por último, a modo de despedida, no podíamos
dejar pasar la oportunidad de acercarnos y comentar, también
junto al río Tajo, los restos de los llamados Baños
Árabes de Tenerías.

Desde allí, a través de los jardines
del monumental edificio sede de las Cortes de Castilla la Mancha,
desde el que además pueden admirarse preciosas vistas sobre
el río y el Puente de San Martín al atardecer, regresamos
al entorno de San Juan de los Reyes para, tras tomar un refrigerio
y quién así lo deseó realizar algunas compras,
descender de nuevo al autobús para poner rumbo a Madrid.
Dado el enorme interés que ha suscitado esta
ruta por el Toledo desconocido y subterráneo y con el fin
de que nadie quede sin disfrutarla, el próximo sábado
día 30 de enero repetiremos la misma ruta en lo que será
ya la cuarta edición de este singular Viaje Guiado de ARTEGUIAS.