Tras la gran demanda que siete días
antes tuvo la tercera edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS
"Ruta por el Toledo subterráneo y oculto" y con
el fin de que nadie se quedase con las ganas de acompañarnos
en esta interesante visita, el sábado día 30 de
enero repetimos idéntica ruta por la capital toledana,
cumpliéndose por lo tanto ya su cuarta edición.

Este itinerario fue planteado con la intención
de dar a conocer esos atractivos históricos y monumentales
de Toledo, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, que suelen quedar
fuera de los principales circuitos turísticos bien por
falta de tiempo, por desconocimiento o por simple dificultad para
acceder a ellos sin conocerlos.
Con este objetivo, el autobús partió
de la madrileña Puerta de Toledo para, tras una hora escasa
de trayecto en la que aprovechamos para exponer una breve introducción
histórica y artística de los lugares a visitar,
llegar a la ciudad imperial, concretamente al oeste de la misma
y desembarcar frente al Puente de San Martín.

Tras explicar el citado Puente y evocar varias de
las leyendas que tienden a contextualizarse en torno a él,
iniciamos el ascenso al cogollo principal de la ciudad, aprovechando
las cafeterías en torno al Monasterio de San Juan de los
Reyes para desayunar y hacer acopio de energía de cara
a la intensa jornada que nos esperaba.

De nuevo reunificado el grupo y tras presentar a
Margarita Ruiz, guía oficial de Toledo que nos acompañaría
a lo largo de todo el día, nos aproximamos a nuestra primera
visita del recorrido, que no era otra que la Sinagoga de Santa
María la Blanca.
En el interior de tan irrepetible escenario, recientemente
remozado y dotado de una efectista iluminación que resalta
aún más su encanto, aprovechamos para explicar el
edificio además de para poner en común varias ideas
acerca del papel y la convivencia de la comunidad judía
con cristianos y musulmanes en el Toledo medieval.

A continuación ascendimos por las intrincadas
calles de la judería para desembocar frente a la iglesia
de Santo Tomé, conocida por albergar una de las obras más
famosas de El Greco, pero que a nosotros nos interesaba por su
interesante campanario mudéjar cuajado además de
piezas reaprovechadas visigodas.
Pasando por delante del Palacio de Fuensalida, nos
dirigimos hacia el núcleo central de la ciudad con el objetivo
de visitar una antigua Casa Árabe del siglo X aparecida
en los sótanos de un inmueble anejo a la catedral. Este
espacio, desconocido por muchos visitantes nos permite conocer
la fisionomía de una antigua vivienda árabe.

A continuación, tras explicar brevemente la
portada occidental de la propia catedral, nos dirigimos a la Plaza
Amador de los Ríos para conocer otra de esas sorpresas
que poco a poco van aflorando del subsuelo toledano.
Nos referimos a las Termas Romanas y a varias de
las conducciones de agua que las alimentaban, hoy en día
puestas en valor en lo que es la sede del Consorcio de Toledo,
entidad gestora de la mayoría de monumentos históricos
artísticos de la ciudad.

Muy cerca de las Termas Romanas y como colofón
a la jornada de mañana, accedimos a las también
desconocidas para el gran público Cuevas de Hércules:
una monumental cisterna romana que posteriormente albergó
una iglesia visigoda, una mezquita islámica y por fin,
una iglesia cristiana dedicada a San Ginés de la que apenas
se conservan vestigios.

Desde allí, llegamos al restaurante Los Arcos
para recuperar fuerzas y, para a continuación, comentar
brevemente su anejo ábside mudéjar de la iglesia
de San Justo y Santa Rufina, una más de la infinidad de
parroquias medievales de Toledo que en otro lugar sería
un monumento muy visitado pero que en esta ciudad de tantísima
densidad monumental, pasa totalmente desapercibido.
Continuamos la jornada de tarde visitando la parroquia
del Salvador, que pese a su emplazamiento en el corazón
comercial de Toledo, es relativamente poco conocida pese a que
su interior alberga varias sorpresas sobresalientes como una arquería
de una antigua mezquita, una sorprendente pilastra visigótica
ricamente esculpida y, en un patio tras la cabecera, los restos
de una arquería aparecida de manera casual y que suele
relacionarse con un jardín islámico asociado al
propio edificio de culto.

Junto a la parroquia del Salvador y a través
de una trampilla que de no conocerse nadie imaginaría la
sorpresa que oculta, descendimos al llamado Pozo del Salvador,
otra infraestructura de abastecimiento de aguas medieval, aparecida
de la manera más casual cuando hace pocas décadas
se acometían obras de adecuación del servicio de
recogida de residuos en la ciudad.
Desde el Pozo del Salvador iniciamos un tendido descenso
hacia el llamado barrio de Curtidores situado al sur de la ciudad
y que, pese a su cercanía respecto al corazón monumental,
es visitado por poquísimos turistas.

Pasamos en primer lugar por la antigua parroquia
de San Bartolomé, deteniéndonos ante su majestuoso
ábside mudéjar y, pocos metros más abajo
y casi a la altura del río Tajo, accedimos a la antigua
mezquita hoy iglesia de San Sebastián, una auténtica
joya desconocida para el gran público por encontrarse normalmente
cerrada pero que en su interior puede admirarse perfectamente
su primitiva disposición de mezquita de naves paralelas
posteriormente reaprovechada para culto cristiano.

Por último, muy cerca de San Sebastián
y situados en un privilegiado balcón junto al río,
nos acercamos ya atardeciendo a los Baños de Tenerías.
Desde los Baños de Tenerías y pasando
por delante del Palacio de las Cortes de Castilla la Mancha, con
su precioso mirador sobre el Tajo y el Puente de San Martín
como telón de fondo, nos dirigimos de nuevo al entorno
del monasterio de San Juan de los Reyes para recuperar fuerzas,
hacer las compras pertinentes y poner rumbo todos hacia el autobús
para regresar a Madrid dentro del horario previsto.

Muchas gracias a todos por acompañarnos
y hasta una próxima ocasión.