Solo siete días después
de nuestra visita a Salamanca del 7 de marzo y con la intención
de que ninguno de nuestros amigos que se habían quedado
sin plaza para esa fecha, quedasen sin disfrutar de este interesantísimo
itinerario, organizamos para el sábado siguiente, día
14, la que sería cuarta edición de la Visita Guiada
ARTEGUIAS titulada "La exquisitez del románico de
Salamanca".

Así, con un día soleado pero fresco el autobús
partió puntual de la Glorieta de Cristo Rey para, tras
las explicaciones histórico-artísticas en el trayecto
de ida y la consabida parada técnica para desayunar, llegar
a la capital salmantina aproximadamente a las 11:15, dejándonos
el autobús junto a la iglesia de Santo Tomás Cantuariense,
primera visita prevista de la jornada y donde nos esperaba nuestra
guía oficial Inés Carreto.

En Santo Tomás, tras admirar su armónica
cabecera, accedimos al interior gracias a la amabilidad de su
sacristán Don Felipe, aprovechando para explicar sus cubiertas
y sus interesantes capiteles.
Desde Santo Tomás, en agradable paseo a través
del corazón renacentista de la urbe, nos aproximamos hasta
el conjunto monumental catedralicio, adentrándonos a través
de la torre de la Catedral Nueva con el fin de ascender a sus
cubiertas, balcón privilegiado tanto de la ciudad, como
mirador idóneo para contemplar desde cerca el elemento
más icónico de la seo salmantina, que no es otro
que la llamada "Torre del Gallo" de la Catedral Vieja.

Una vez abajo de nuevo, accedimos al interior de
la Catedral Vieja, aprovechando para explicar detenidamente tanto
el propio cimborrio que previamente habíamos admirado desde
el exterior, como por supuesto, la riquísima iconografía
de los capiteles interiores.

Tras una incursión en el claustro y la sala
capitular, así como un breve vistazo a la Catedral Nueva,
a través de la Rúa Mayor de la ciudad y dejando
atrás su señera Plaza Mayor que visitaríamos
con detalle a la tarde, nos aproximamos al norte del casco histórico
con el fin de conocer la parroquia de San Marcos el Real.
Esta singular parroquia fue una de las que más
sensación causó entre los visitantes, principalmente
por su perfectamente circular planimetría exterior que,
una vez dentro, se torna totalmente canónica en su distribución
de triple nave rematada en sus correspondientes ábsides
no manifestados en planta.

Finalizada la jornada de mañana nos acercamos
al restaurante, situado muy cerca de esta última parroquia
para disfrutar de una agradable comida, tras la cual, recibimos
a Roberto, también guía oficial de Salamanca y que
nos acompañaría durante la jornada de tarde.
Iniciamos el recorrido vespertino aproximándonos
a la parroquia de San Cristóbal, una de las más
desconocidas de la ciudad pero que atesora una interesante colección
de canecillos románicos, la cual, nos permitió ponernos
al día en conocimientos iconográficos.

A continuación, tras explicar las muy particulares
características de la piedra procedente de las canteras
de Villamayor con la que se erigieron la mayoría de monumentos
de la capital charra, pasamos frente a la iglesia de San Julián
y Santa Basilisa, muy reformada pero que, a su costado norte,
conserva una interesante portada románica presidida por
un monumental león escultórico.

Desde allí, accedimos a la celebérrima
Plaza Mayor de Salamanca, donde aprovechamos para dar una serie
de apuntes sobre su historia y sus características para,
a continuación, detenernos frente a la también románica
fachada de la iglesia de San Martín, levantada en uno de
los vértices de la plaza y que, debido a las numerosas
viviendas que la rodean, suele pasar desapercibida para la mayoría
de visitantes.

Tras unos minutos libres para tomar un refrigerio
o realizar compras de productos típicos, nos desplazamos
hacia la zona oeste del casco histórico para poner punto
y final al recorrido visitando la iglesia de San Juan Bautista
de Barbalos, iglesia de un antiguo hospital que atesora en su
interior uno de los cristos románicos más importantes
de la imaginería medieval española.
Por último, tras reponer fuerzas en
las cafeterías cercanas a San Juan, el autobús nos
recogió en el Paseo de las Carmelitas para emprender viaje
de regreso a Madrid.