Durante el fin de semana del viernes
17, sábado 18 y domingo 19 de mayo tuvo lugar la primera
edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS titulado "Huellas
Medievales en la Sierra de Aracena", una ruta que nos condujo
al extremo sur de la provincia de Badajoz y al norte de la de
Huelva siempre con el Parque Natural de la Sierra de Aracena y
Picos de Aroche como hilo conductor y majestuoso telón
de fondo.
Como estaba estipulado, el autobús salió
puntualmente de la Plaza de España de Madrid el viernes
17, realizando dos paradas técnicas durante nuestro recorrido
para evitar que el trayecto se hiciera excesivamente largo y aprovechando
entre ambas para las habituales explicaciones histórico
y artísticas de carácter introductorio de cara a
familiarizarnos con las visitas que nos esperaban durante el fin
de semana.

Llegados a los confines de Extremadura, a la altura
de Calera de León y comenzando ya a ver las primeras granjas
porcinas a cada lado de la carretera, ascendimos a la Sierra de
Tentudía, punto más alto de la provincia de Badajoz
donde nos esperaba primero una reconfortante comida y, a continuación,
la primera visita del fin de semana: el Monasterio de Santa María
de Tentudía.
Enclavado en un espectacular paraje que en días
claros permite vislumbrar hasta la propia ciudad de Sevilla, el
antiguo monasterio de Tentudía fue una encomienda santiaguista
fundada en el siglo XIII, de ahí los aires fortificados
de su construcción.

Al interior sin embargo llamó la atención
además de su coqueto claustro y la personalísima
estructura de las capillas funerarias, el finísimo trabajo
azulejero obra del afamado artista Niculoso Pisano que adorna,
a modo de retablos, tanto el presbiterio como las citadas capillas
martiriales.

Desde el Monasterio de Tentudía descendimos
a tierras más bajas para, en dirección oeste, llegar
a la animada población de Fregenal de la Sierra, que además
de servirnos de "campamento base" para el resto de visitas,
aprovechamos para visitar su patrimonio monumental, empezando
por su característica plaza mayor y continuando por su
castillo, de origen templario y que, más recientemente,
acoge en su perímetro murado un mercado de abastos y una
plaza de toros, confiriéndole al conjunto un aspecto de
lo más pintoresco.

Para rematar la jornada de viernes, a apenas 5 kilómetros
de Fregenal ascendimos al Santuario de los Remedios, de enorme
devoción para toda la comarca y que nos sirvió para
explicar las diferencias entre el concepto de ermita castellana
que estamos más acostumbrados a visitar y ermitas-santuario
andaluzas o extremeñas.

A continuación nos dirigimos a nuestro hotel
en la propia población de Fregenal para asignar habitaciones,
cenar y descansar de cara a la intensa jornada de sábado
que nos esperaba.

La mañana del sábado nos sirvió
de primera incursión en territorio onubense, desplazándonos
en dirección sur a la población de Aracena, capital
de la comarca cuya serranía le da nombre y que alberga
un interesante patrimonio monumental del que pudimos disfrutar
detenidamente.
Accedimos en primera instancia a la espectacular
Gruta de las Maravillas, sin duda, una de las cuevas más
interesantes de España por sus dimensiones, su cómoda
accesibilidad y por la riquísima variedad de formaciones
kársticas, lagos subterráneos, estalactitas y estalagmitas.

Desde la misma boca de la gruta ascendimos al castillo,
primitivo emplazamiento de la localidad y que en la actualidad
conserva los restos de la fortaleza y la inmensa iglesia mayor
prioral, la cual combina en perfecta armonía elementos
góticos y mudéjares de clara inspiración
almohade.

Por último, no podíamos dejar Aracena
sin visitar su famoso Museo del Jamón, en el cual nos fue
explicado a través de diversos paneles y vitrinas diferentes
aspectos sobre el producto estrella que ha hecho mundialmente
conocida la Sierra de Aracena: el cerdo ibérico y sus productos
derivados.
Por la tarde, tras la comida en un mesón cercano
a Cortegana, ascendimos con el autobús a pies del castillo
de la propia población, una fortaleza de carácter
señorial mucho más recogida y abarcable que otras
de la zona y que nos fue detenidamente explicado por sus entusiastas
guías Raquel y Vanessa.

Como última etapa de la jornada de sábado
nos acercamos muy cerca de la frontera portuguesa para admirar
el binomio monumental que confirman las ruinas de la no hace mucho
descubierta ciudad romana de Arucci-Turobriga y la ermita medieval
de San Mamés, levantada sobre ella.

En la ermita de San Mamés descubrimos una
interesantísima construcción de tradición
románica-mudéjar -estilo tan poco frecuente en estas
latitudes- cuajada en su interior de pinturas murales del gótico
lineal, mientras que en el yacimiento arqueológico tuvimos
la fortuna de disfrutar de las precisas explicaciones de su arqueóloga
Nieves.

La última jornada del viaje salimos de nuestro
hotel en Fregenal de nuevo hacia tierras de Huelva para visitar
el que, sin duda, era uno de los atractivos más esperados
del fin de semana, que no era otro que la antigua mezquita rural
de Almonaster la Real.

Emplazada junto a los menguados restos de una fortaleza
en el punto más elevado de la preciosa y cuidadísima
población, la de Almonaster la Real es probablemente la
mezquita rural mejor conservada de la Península Ibérica
ya que, tras la conquista cristiana, fue respetada casi en su
totalidad su fisionomía original pese a la adaptación
al nuevo culto. Allí, los más aficionados a la fotografía
pudieron recrearse tanto con la belleza del propio monumento como
del espectacular entorno natural que lo circunda.

Desde Almonaster tomamos rumbo este para ir ganándole
kilómetros al viaje de regreso y, de paso, conocer un último
punto de interés de la Comarca como es Santa Olalla del
Cala, aunque antes de acercarnos a su patrimonio monumental, hicimos
una más que necesaria parada en una afamada fábrica
de embutidos con venta directa para poder adquirir los diferentes
productos ibéricos símbolo de la comarca.
Ya en Santa Olalla, ascendimos a su enorme fortaleza
deteniéndonos por supuesto en la iglesia de Nuestra Señora
de la Asunción, construcción gótica asentada
a pies del castillo.

Tras una deliciosa comida al aire libre en
una terraza de Santa Olalla del Cala, iniciamos nuestro viaje
de retorno a Madrid, por supuesto con las paradas preceptivas
y reglamentarias antes de llegar a nuestro destino. Muchas gracias
por acompañarnos y hasta la próxima.