Tras varios meses de obligatoria inactividad
debido a las restricciones sanitarias y con el fin del Estado
de Alarma, el pasado fin de semana del 28 al 30 de mayo tuvo lugar
el primer y esperadísimo viaje del año 2021, el
cual tuvo como destino, tras quedar aplazado el año pasado,
las históricas comarcas oscenses del Sobrarbe, el Somontano
y una breve pero interesantísima incursión en la
zona de los Monegros.

Como estaba previsto y siempre cumpliendo
estrictamente tanto las recomendaciones como los protocolos sanitarios,
la expedición, con autobús nuevo además,
salió de la Avenida de América para, tras dos paradas
protocolarias, adentrarnos en territorio altoaragonés,
más concretamente en la conocida Sierra de Guara, puerta
de entrada al Somontano de Barbastro.

Tras la comida en una bucólica
hostería de Bierge, nos dirigimos a pie a la ermita de
San Fructuoso de la misma localidad, antigua parroquia hasta la
construcción de una más moderna y que conserva un
interesantísimo programa pictórico del gótico
lineal magníficamente conservado y que tuvimos ocasión
de desgranar al detalle.

Desde allí, a través de
carreteras de precioso trazado y paisajes impresionantes llegamos
a la localidad monumental de Alquézar, donde tras un tiempo
de asueto frente a un espectacular mirador con vistas al conjunto
monumental, iniciamos el ascenso hasta su colegiata.

Dividiéndonos en grupos tal y
como marca la normativa, la mitad del grupo accedió al
interior de la iglesia de la colegiata mientras la explicación
para la otra mitad se centró en los interesantísimos
capiteles figurados de la panda norte de su claustro.

Desde allí, a través de
las pintorescas calles de la localidad regresamos al autobús
para dirigirnos al hotel de Barbastro para, tras distribuir las
habitaciones, cenar e ir a descansar.


La visita de la mañana del sábado
la iniciamos precisamente en Barbastro, donde de nuevo con el
fin de ceñirnos a la normativa sanitaria, dividimos el
grupo en dos, accediendo el primero de ellos a la catedral, y
el segundo al Museo Diocesano para el posterior intercambio.

Desde Barbastro, unos pocos kilómetros
en dirección sur y llegamos a la ciudad de Monzón,
donde iniciamos nuestra visita en el espectacular y encumbrado
castillo templario, en cuyo recinto se conservan varios restos
de interés amén de disfrutarse de impresionantes
vistas tanto de la localidad como de buena parte del Somontano.
Descendiendo del castillo y ya camino
del restaurante, nos detuvimos en la Concatedral de Santa María
del Romeral, normalmente cerrada pero que nosotros no podíamos
dejar pasar por alto ya que conserva buena parte de su estructura
interior original.

Tras la comida en un agradable restaurante
montisonense, abandonamos el Somontano para adentrarnos en la
histórica comarca del Sobrarbe para visitar su capital
histórica, que no es otra que la villa de Aínsa,
donde de nuevo, divididos en dos grupos, recorrimos su castillo,
su inconfundible plaza mayor, sus callejas y, de remate, la preciosa
iglesia románica de Santa María con su famosa cripta.

Justo antes de finalizar la última
de las visitas y emprender camino de regreso al hotel fuimos testigos
de una espectacular tormenta que, aunque por fortuna no supuso
impedimento alguno para la visita, quedará en el recuerdo
de todos como una simpática anécdota.

Tras recorrer tanto Sobrarbe como Somontano
en los dos días precedentes, la jornada de domingo la dedicamos
a una comarca oscense que generalmente suele quedar bastante apartada
de las rutas monumentales aún conservando monumentos de
notable interés, empezando por la iglesia de Santa María
de Chalamera, una espectacular construcción románica
emplazada en medio de un desolado páramo que llamó
poderosamente la atención de toda la concurrencia.


Desde allí, ya ganándole
kilómetros al viaje de regreso, tuvimos ocasión
de visitar la exposición de los bienes del Monasterio de
Sijena recientemente devueltos desde Cataluña a Aragón
y que se muestran en una de las alas anexas rehabilitadas del
histórico cenobio.
Desde allí, tras comer en la localidad de Sariñena,
iniciamos nuestro viaje de regreso a Madrid para, tras las dos
paradas reglamentarias, llegar a nuestro destino dentro del horario
previsto.

Muchas gracias a todos y todas por vuestra
compañía. Hasta la próxima cita.