El pasado sábado día 4 de febrero tuvo
lugar el primero de los viajes guiados ARTEGUIAS programados para
este año 2017; y como ha venido siendo habitual últimamente,
el destino elegido para inaugurar la temporada fue la ciudad de
Toledo, en este caso con la ruta "Toledo: Ciudad de las Tres
Culturas y los Cinco Artes Medievales", que cumplía
ya su cuarta edición.

Como estaba previsto, la expedición partió
puntual desde la madrileña Glorieta Puerta de Toledo, aprovechando
el corto trayecto de una hora hasta nuestro destino para contextualizar
histórica y artísticamente los monumentos a visitar
en nuestro destino.

Llegados a Toledo, desembarcamos del autobús
frente al Puente de San Martín, en el sector oeste de la
ciudad, desde donde, tras comentar dicho puente, ascendimos al
cogollo central de Toledo, frente al Monasterio de San Juan de
los Reyes, donde se dejó media hora de libre disposición
para desayunar.
Tras reunirnos con nuestra guía oficial Margarita,
iniciamos el itinerario monumental por las intrincadas calles
de la judería toledana, desembocando ante la llamada Sinagoga
del Tránsito, actualmente sede del Museo Sefardí
y, junto a la de Santa María la Blanca, las únicas
construcciones de culto hebreo conservadas en Toledo de las numerosas
con que debió contar.

En la Sinagoga del Tránsito la explicación
se centró en las particularidades históricas y constructivas
de tan interesante inmueble, el cual fue mandado edificar por
parte del influyente judío Samuel Ha Leví, con el
beneplácito del rey cristiano Pedro I, y por medio de constructores
(alarifes) musulmanes; de manera que encarna perfectamente ese
"Toledo de las Tres Culturas" llamado a ser el leitmotiv
de nuestra ruta.

A continuación, siempre a través de
la judería, alcanzamos la iglesia de Santo Tomé,
frente a la cual nos detuvimos para comentar brevemente su maravilloso
campanario en el que, de nuevo, conviven elementos visigóticos
con fórmulas decorativas de la más pura tradición
hispanomusulmana.
Desde Santo Tomé llegamos a la iglesia de
San Román, actual sede del Museo de los Concilios y, pese
a ser uno de los templos más interesantes de Toledo, en
ocasiones suele quedar al margen de las principales rutas turísticas.

Además de en la valiosa colección de
piezas visigóticas custodiadas y expuestas en su interior,
nuestra atención se concentró en la inigualable
colección de pinturas murales que enriquecen sus muros
interiores, las cuales, en convivencia con esos arcos de herradura
bícromos tan islamizantes, confieren al espacio una personalidad
casi única amén de simbolizar de nuevo esa convivencia
de estilos que caracteriza al arte medieval toledano.

Desde San Román, y pasando frente al monumento
a Garcilaso de la Vega, cuya apasionante biografía y relación
con Toledo tuvimos la ocasión de comentar, llegamos al
céntrico restaurante en el que nos aguardaba una reconfortante
comida.
Ya por la tarde, iniciamos nuestro recorrido por
la Catedral, ante la cual, gracias al sol que se empeñó
en desafiar las a priori pesimistas previsiones climatológicas,
nos hicimos nuestra tradicional foto de familia antes de detenernos
a comentar su fachada occidental.

Tras ello, ingresamos en el espacio catedralicio
por su portada sur, iniciando nuestro recorrido por los pies,
donde se expone la suntuosa custodia de Arfe. Desde ahí,
recorrimos las diferentes capillas de la seo deteniéndonos
por supuesto frente al altar mayor, en la sillería del
coro y en el trasparente del deambulatorio, concluyendo en la
sacristía, donde se exponen algunas obras de El Greco.

A la salida, por supuesto, nos detuvimos a explicar
la llamada Puerta del Reloj, la más antigua y quizás
iconográficamente más interesante de las portadas
catedralicias.

Nuestra siguiente parada temática fue la llamada
Ermita del Cristo de la Luz o Mezquita de Bab-al-Mardum; una humilde
mezquita califal probablemente de carácter privado que,
una vez la ciudad cayó en manos cristianas, en lugar de
ser destruida fue cristianizada, siendo de nuevo llamativa esa
convivencia espacial de arcos de herradura, bóvedas califales
y pinturas murales tardorrománicas.

Desde los jardines de Bab-al-Mardum, además,
no desaprovechamos la ocasión de admirar la interesante
panorámica urbana que se contempla, con la Puerta del Sol
en primer término.

Llegados ya a la zona del Arrabal, aprovechamos para
reponer fuerzas en uno de los hoteles con más solera de
Toledo para, a continuación, visitar la iglesia de Santiago
del Arrabal, popularmente conocida como "Catedral del Mudéjar
Toledano".

Finalizada la visita al exterior de Santiago del
Arrabal, dejamos unos minutos para unas últimas compras
de productos típicos en las tiendas populares que rodean
al templo para, desde ahí, desplazarnos unos pocos metros
hasta la Puerta de Bisagra Antigua, donde el autobús nos
recogió para regresar a Madrid dentro del horario previsto.
Dado el interés suscitado por este viaje guiado
y con el fin de que ninguno de nuestros amigos interesados en
hacerla se quedase sin su plaza, este próximo sábado
día 11 de febrero repetiremos el viaje con idéntico
itinerario.