El segundo
viaje guiado de Arteguías del 2011 había de llevarnos
al encuentro de la ciudad zamorana de Toro, por lo que, puntuales
a la cita, partimos de la Plaza de Cristo Rey de Madrid para,
en seguida, tomar la carretera de La Coruña.

Pese a que
una vez cruzado el túnel de Guadarrama el cielo continuaba
mostrando el mismo tono gris que en su vertiente madrileña,
el optimismo y las ganas de todos continuaba intacto, de manera
que, después de una breve parada para desayunar y dentro
del horario previsto, llegamos a nuestro destino, donde nos esperaba
Begoña, guía oficial de la provincia de Zamora y
que nos acompañaría durante toda la mañana.

El primer
punto de interés que visitamos en Toro fue la Iglesia de
San Lorenzo el Real, una armónica construcción mudéjar
a la que no siempre es fácil acceder y que constituyó
un aperitivo perfecto de cara a las muchas sorpresas que nos esperaban
durante toda la mañana.

El punto culminante
de la visita a la ciudad toresana era, sin lugar a dudas, la colegiata
de Santa María la Mayor, considerada de manera unánime
una de las construcciones románicas más importantes
de Castilla y León. En su exterior, sobre todo en la zona
de su fotogénica cabecera, pudimos contemplar el magnífico
cimborrio que corona el crucero, hallando sus diferencias formales
respecto a sus hermanos de Plasencia, Zamora y Salamanca, bien
conocidos por muchos de los asistentes.

Ya en el interior
de la colegiata, las explicaciones se centraron en los soportes
y las bóvedas, cuya particular concepción hace que
sean perfectamente distinguibles las manos de los dos maestros
arquitectos que participaron en su erección, el primero
más audaz y el segundo mucho más conservador.
Como perfecto
colofón, la visita a la colegiata toresana concluyó
en la soberbia Portada de la Majestad, sobre la cual, todo fueron
elogios.
El último
de los monumentos visitados por la mañana fue la iglesia
de San Salvador de los Caballeros, cuyo exterior hace perfectamente
comprensible las genuinas características del mudéjar
toresano y en cuyo interior, ha sido habilitado un pequeño
museo de arte sacro cuyas imágenes, la mayoría medievales,
hicieron las delicias de todos los presentes.

Después
de una agradable comida en un céntrico restaurante de la
ciudad de Toro, nos despedimos de la provincia de Zamora para,
siempre a la vera del río Duero y con el sol queriendo
hacer acto de presencia, adentrarnos en la provincia de Valladolid
para visitar dos iglesias relacionadas con la Orden Sanjuanista
y bastante desconocidas para el gran público.

La primera
de ellas era la de Castronuño, una construcción
para la que, pese a encontrarse en una comarca donde predomina
el ladrillo, fue empleado un material pétreo de buena calidad.
Después de admirar sus considerables proporciones exteriores
y su coqueto interior, no quisimos despedirnos de Castronuño
sin antes asomarnos al precioso mirador habilitado junto a la
iglesia, desde el cual es posible contemplar amplias panorámicas
de la ribera del Duero.

El último
de los monumentos a visitar era la iglesia de San Juan Bautista
de Fresno el Viejo, un templo en el que llamó la atención
de todos el hecho de que fuese iniciada en sillería de
magnífica calidad pero que, a partir de un cierto punto
y posiblemente motivado por las dificultades a la hora de trasladar
los bloques de piedra, fue concluida en ladrillo, una circunstancia
bastante anómala que se repite en unos pocos templos más,
entre ellos, el celebérrimo de San Tirso de Sahagún
de Campos.

Tras un breve
repaso terminológico de los elementos más recurrentes
del románico mudéjar presentes en su fachada principal,
accedimos al interior, recientemente restaurado de manera muy
acertada y en el que es posible contemplar un magnífico
compendio de arquitectura, escultura y pintura.
Así
pues, una vez concluida la jornada y tras un revitalizante café
en uno de los bares del propio Frenso el Viejo, emprendimos camino
de regreso hacia Madrid, donde nos despedimos hasta el próximo
viaje, que tendrá como escenario el precioso románico
rural de Atienza y de la montaña de Guadalajara.