Entre los días 15 y 18 de julio
tuvo lugar el esperadísimo Viaje Guiado ARTEGUIAS "Ruta
por el románico de los Valles de Boí, Arán
y la Alta Garona Francesa", un itinerario en el que, durante
cuatro días, recorrimos algunas de las zonas más
emblemáticas desde el punto de vista del románico
de los Pirineos, tanto en su vertiente catalana como francesa.

De acuerdo a lo establecido y con una
puntualidad digna de agradecer, el viaje salió a la hora
prevista de la Avenida de América para, tras las dos paradas
técnicas obligatorias para viajes de este kilometraje,
llegar a la misma puerta del Prepirineo para comer en Puente de
Montañana y, de ahí, a través de unos paisajes
que a nadie dejaron indiferente, llegar a la primera etapa de
la ruta: el Valle de Boi.
Declaradas Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco desde el año 2000, el Valle de Boí
atesora una serie de iglesias románicas de especial interés,
de las cuales, por cuestiones logísticas, en la jornada
de jueves visitamos dos de ellas.

En primer lugar la iglesia de Sant Joan
de Boí, donde explicamos sus particularidades exteriores
y el programa iconográfico de lo que queda de sus pinturas
murales, unas estupendas réplicas de lo conservado dado
que las originales fueron trasladadas al Museo Nacional de Arte
de Cataluña en Barcelona.

Tras una parada técnica en los
bares y cafeterías del precioso pueblito de Boí,
nos dirigimos en apenas 5 minutos a su vecino Erill la Vall, donde
el espectacular campanario lombardo de su iglesia de Santa Eulalia,
así como la réplica del famoso grupo escultórico
del Descendimiento hicieron las delicias de los asistentes.

Desde Erill la Vall dijimos un hasta
luego al Valle de Boí (regresaríamos el domingo)
y tomamos rumbo norte hasta llegar a nuestro hotel, situado en
el corazón del Valle de Arán, concretamente en su
capital Viella.

La jornada del viernes 16 la dedicamos
íntegra a la vertiente francesa de la ruta, siempre con
el río Garona y su valle como protagonista. La primera
visita una vez rebasada la frontera francesa fue la población
de Saint Bertrand de Comminges, con toda justicia, incluido en
la red de pueblos más bellos de Francia.

Allí, además de su espectacular
conjunto urbano medieval, nos recreamos con su catedral de Santa
María, muy especialmente en su portada occidental y en
su encantador claustro con vistas a las cumbres pirenaicas.

Desde Saint Bertrand, en apenas tres
minutos llegamos a la basílica de Saint Just de Valcabrère,
levantada casi en su totalidad aprovechando sillares romanos de
un yacimiento vecino.

Esta iglesia presenta, además,
el valor añadido de conservar una espectacular portada
con estatuas columnas con los santos niños Justo y Pastor,
mártires cristianos de la ciudad romana de Complutum (Alcalá
de Henares).

Desde Valcabrère nos desplazamos
hacia Saint Gaudens, una de las localidades más populosas
del valle del Garona, donde tras la comida en una agradable terraza
situada frente a su ábside, visitamos la Colegiata dedicada
a Saint Pierre et Saint Gaudens, donde todos los objetivos de
las cámaras se centraron en los capiteles tanto del interior
como de su coqueto claustro.

Para finalizar la jornada nos adentramos
unos pocos kilómetros en el Departamento del Ariege para
visitar la Catedral de Saint Lizier, donde sus pinturas murales
atribuidas al círculo del Maestro catalán de Pedret,
así como su claustro románico, nos dieron para comentar
largo y tendido. Finalizada la visita, cruzamos de nuevo la Cordillera
Pirenaica para regresar a nuestro hotel.

El sábado 17 con un día
espléndido que amaneció y que hacía más
espectacular si cabe el paisaje, dedicamos monográficamente
la ruta a las iglesias románicas del Valle de Arán,
empezando por la de Sant Andreu de Salardú, un templo con
todas las características propias del románico aranés.

Apenas a un kilómetro de Salardú,
la iglesia de Santa Eulalia de Unha presenta la particularidad
de presentar una cabecera típicamente lombarda, amén
de los restos de pinturas murales tras el retablo.

Para rematar la jornada de mañana,
visitamos la preciosa y florida población de Arties, cuya
iglesia de Santa María es una de las más monumentales
del valle.

Tras una comida típicamente aranesa
en un restaurante de Viella, visitamos la iglesia de Sant Miqueu,
centrando la explicación en su portada de transición
y en el veneradísimo Cristo de Mig Arán, que no
es sino el busto de Cristo crucificado procedente de un grupo
escultórico de un Descendimiento, vinculado al admirado
dos días antes en Erill la Vall.

Tras Viella, también muy cerca,
visitamos la iglesia de Sant Esteve de Betrén que conserva
una bonita cabecera de tres ábsides poligonales, un interesante
grupo escultórico en uno de sus ventanales y la interesante
puerta norte, de muy parecida iconografía estilo que la
de Viella.

ahí, desplazarnos al punto más
septentrional del valle y disfrutar de la iglesia de la Purificación
de Bossost, cuyos tímpanos de sus portadas norte y sur,
hicieron las delicias de todos los viajeros.

Desde allí, en apenas veinte
minutos, regresamos al hotel para descansar y encarar la recta
final nuestra ruta.

Ya el domingo y aprovechando para ganarle
kilómetros al viaje de regreso, nos reencontramos con el
Valle de Boí para visitar sus dos joyas de la corona, empezando
por la icónica iglesia de Sant Climent de Taüll, en
cuyo interior nos fue proyectado un maravilloso videomapping audiovisual
que reproduce el programa pictórico cuyos originales se
encuentran en el Museo de Barcelona.

Desde Sant Climent nos encaminamos al
centro mismo de la población de Taüll para ponerle
la guinda a la ruta con la iglesia de Santa María, donde
también han sido instaladas unas magníficas réplicas
de las pinturas murales románicas trasladadas al museo.

Desde Santa María, regresamos
hacia el autobús pasando de nuevo frente a Sant Cliement
y tomamos dirección sur para, tras comer de nuevo en El
Puente de Montañana, regresar a Madrid dentro de la hora
prevista.

¡Muchas gracias a todos por acompañarnos
y hasta el próximo viaje!