Crónica e imágenes del Viaje Guiado:
Románico en Vall de Boí y Val d'Aran, 21, 22 y 23/08/15
Como estaba previsto, la expedición partió
el viernes 21 las 8:00 de la mañana en dirección
nordeste para, tras las dos paradas técnicas preceptivas
durante el viaje y tras atravesar fantásticos paisajes
prepirenaicos, llegar a comer la localidad de El Pont de Suert,
punto de entrada a la Vall de Boí.

La primera de las visitas del mundialmente conocido
románico de la Vall de Boí, declarado Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco, fue la iglesia de Sant Joan de
Boí, interesantísima construcción cuyo interior
albergaba una rica colección de pinturas murales al fresco
que, pese a ser arrancadas a principios del siglo XX y trasladadas
al Museu Nacional d'Art de Catalunya, fueron sustituidas por unas
muy logradas réplicas que, además para explicar
su iconografía, hicieron las delicias de todos los asistentes.


Desde Boí, tras un breve trayecto llegamos
a la pintoresca población de Erill la Vall, ante cuya fotogénica
iglesia de Santa Eulalia tuvimos la oportunidad de comentar las
particularidades de las esbeltas torres lombardas que caracterizan
a varios de los templos de esta comarca catalana.

Ya en el interior del templo, la atención
se centró en el espectacular conjunto escultórico
del Descendimiento de Cristo que preside la cabecera, réplica
exacta del original expuesto en la actualidad también en
el Museo de Barcelona.

Para rematar la jornada antes de llegar al hotel,
situado en el resort de la estación invernal de Boí-Taüll,
hicimos una breve parada frente a la iglesia de Sant Climent de
Taüll con la intención de fotografiarla aprovechando
las sugestivas luces del atardecer.
La jornada del sábado la dedicamos íntegramente
al románico del cercano Valle de Arán, para lo cual,
salimos temprano del hotel para, tras atravesar el celebérrimo
"Túnel de Vielha", llegar a la capital del valle
y recoger a Encarna, guía oficial de Aran Culturau que
nos acompañó durante todo el día.

La primera visita del día tuvo como escenario
la pintoresca población de Arties, frente a cuya iglesia
de Santa María tuvimos una primera toma de contacto con
el románico aranés, si bien muy cercano geográficamente
al del Valle de Boí, mucho más influido por las
corrientes constructivas y decorativas del románico internacional.

Desde Arties, aguas arriba del río Garona,
llegamos a la población de Unha, cuya iglesia de Santa
Eulalia, encaramada en lo alto del caserío, es un interesante
ejemplo en que las citadas corrientes lombardas e internacionales
de funden conformando una interesante simbiosis, presentando el
aliciente, además, de ser el único templo del valle
en el que sobreviven restos pictóricos románicos.

A un kilómetro escaso de Unha, descendimos
hacia la populosa Salardú, cuya iglesia de Sant Andreu,
de enormes dimensiones, visitamos detenidamente antes de dejar
un breve tiempo de descanso para recuperar fuerzas y visitar un
gracioso mercado de quesos y productos típicos que se celebraba
esos días en la localidad.

En Vielha, tras la comida en uno de los restaurantes
de la localidad, no podíamos dejar pasar la oportunidad
de visitar su iglesia de Sant Miquel (Sant Miqueu en lengua aranesa),
que si bien fue muy reformada en fechas tardías, conserva
además de una portada apuntada de variada iconografía,
el famoso Cristo de Mijarán, único resto de un conjunto
escultórico del Descendimiento similar al que contemplamos
el día anterior en Erill la Vall.

Muy cerca de Vielha, casi absorbido por su expansión
urbana, en el pueblo de Betrén visitamos su iglesia de
Sant Esteban (Sant Esteue), templo también de transición
al gótico que destaca por su portada principal, hermana
gemela de la de Vielha, y por su armónica cabecera triabsidial.


Para rematar la jornada, ya en el Bajo Arán
y muy cerca de los límites con la vecina Francia, tuvimos
la ocasión de visitar la iglesia de la Purificación
de Bossost, donde los ábsides lombardos y sobre todo sus
dos portadas dotadas de tímpanos escultóricos, hicieron
las delicias de todos nuestros amigos.

Acabada la visita y por fortuna ya al resguardo del
autobús, comenzó a arreciar la lluvia que durante
toda la jornada quiso respetarnos, de manera que, tras dejar a
nuestra guía Encarna cerca de Vielha, llegamos al hotel
para cenar y descansar con vistas a apasionante jornada que nos
esperaba para el domingo.

Precisamente el domingo, tras abandonar el hotel
y dejar las maletas en el autobús, nos esperaba uno de
los auténticos platos fuertes del fin de semana, que no
era otro que la universalmente conocida iglesia de Sant Climent
de Taüll.

Frente a ella, tras explicar sus características
y admirarla desde todos y cada uno de sus puntos de vista posibles,
accedimos al interior para comentar y analizar lo que queda de
sus pinturas murales, cuyos originales también se encuentran
en el Museu Nacional d'Art de Catalunya pero que, en su lugar
y desde hace pocos años, se proyecta un interesantísimo
y vistoso "mapping" audiovisual reproduciendo el programa
pictórico original, el cual causó una magnífica
impresión a todos los asistentes.

Rematada la explicación de Sant Climent, ascendimos
por la calle principal de la población al encuentro de
la otra obra maestra de la localidad: la iglesia de Santa María,
en cuyo interior pueden admirarse nuevas réplicas de su
programa pictórico original presidido por la efigie de
María en Majestad en el cascarón absidial.


Resistiéndonos a abandonar Taüll sin
sacar la última imagen de la fotogénica iglesia
de Sant Climent, regresamos al parking para, con el autobús,
descender hacia Barruera, centro neurálgico del Valle de
Boí en el que, antes de comer en uno de los restaurantes
de la población, visitar la iglesia de Sant Feliú,
que aún no gozando de la fama de sus vecinas, su visita
resulta imprescindible.

Tras la comida, iniciamos el viaje de regreso hacia
Madrid, realizando las dos paradas reglamentarias y llegando a
destino en horario previsto.
Muchas gracias a todos por vuestra asistencia y hasta
la próxima.