Durante el pasado fin de semana
del sábado 22 y domingo 23 de febrero tuvo lugar la segunda
Edición del Viaje Guiado ARTEGUIAS "Ruta por la Zaragoza
Universal", un itinerario que nos condujo a través
de la riquísima y variada historia y arte de la capital
aragonesa, y que tuvo su colofón en el recientemente reabierto
Monasterio de Nuestra Señora de Rueda.
A la mañana del sábado y con una puntualidad
digna de agradecer por parte de todos nuestros amigos, salimos
desde la Avenida de América para, tras una parada técnica,
llegar a la ciudad de Zaragoza, donde aprovechamos para hacer
una primera parada a modo de toma de contacto para sacar la inconfundible
foto de la Basílica del Pilar con el Ebro a sus pies desde
el Puente de Santiago.
A continuación, ya en compañía
de nuestra fantástica guía Asunción, nos
adentramos en el corazón de Zaragoza para visitar el exterior
de la iglesia de La Magdalena, que luce magnífica tras
su reciente y dilatada restauración y en la que expusimos
las características de ese mudéjar aragonés
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Muy cerca de La Magdalena desembocamos junto al antiguo
teatro romano de Caesaraugusta, hoy musealizado y perfectamente
explicado gracias a didácticos paneles y maquetas.
Tras una agradable comida en un restaurante junto
al Paseo Independencia, iniciamos la jornada de tarde visitando
la interesante Catedral de Zaragoza, popularmente conocida como
"La Seo" y que, si bien en ocasiones queda eclipsada
por la universal Basílica del Pilar, se trata de una de
las construcciones más interesantes del arte medieval aragonés.
Iniciamos la visita por su exterior, comentando su
cabecera románica y la suntuosidad decorativa mudéjar
de la llamada "parroquieta". A continuación,
accedimos a su magnífico y luminoso espacio interior donde
explicamos su retablo y sus capillas laterales más interesantes.
Por último, accedimos al museo catedralicio
donde nos recreamos con la belleza de su maravillosa colección
de tapices.
Tras un tiempo de libre disposición para reponer
fuerzas y hacer acopio de productos típicos en torno a
la Plaza del Pilar, continuamos la visita por el Museo del Foro
de Cesaraugusta, un espacio también musealizado en el propio
subsuelo de la plaza donde además de restos aparecidos,
se explica el urbanismo de la importante ciudad romana.
A continuación, visitamos La Lonja de los
Mercaderes, edificio ranacentista que fue construido para albergar
las reuniones, gestiones y acuerdos entre comerciantes del pujante
territorio aragonés del siglo XVI.
Luego, accedimos a la Basílica del Pilar,
donde además del retablo y algunas piezas de sumo interés
en ella albergadas como los frescos de Goya, explicamos al detalle
la historia de la construcción, la segunda de mayor tamaño
de España y una de las primeras de toda la Cristiandad.
Acabada la jornada, regresamos al autobús
pasando de nuevo por el Puente de Santiago e inmortalizando la
estampa nocturna de la Basílica antes de dirigirnos al
hotel para repartir las habitaciones, cenar y descansar.
La jornada del domingo, que amaneció soleada
y especialmente luminosa, la iniciamos visitando otro de los monumentos
claves de la capital maña: el Palacio Taifa de La Aljafería,
obra clave del arte hispanomusulmán peninsular.
Tras comentar desde el exterior sus particularidades
arquitectónicas y los diferentes procesos de restauración,
accedimos a su interior, donde nos maravillamos con la elegancia
de sus patios. A continuación fuimos recorriendo sus diferentes
salones.
Finalizada la visita, regresamos al autobús
para poner rumbo al restaurante, ya en la Ribera Baja del Ebro,
concretamente en la localidad de Escatrón.
Desde Escatrón, en apenas diez minutos llegamos
a uno de los monumentos clave del viaje, que no era otro que el
monasterio cisterciense de Nuestra Señora de Rueda, que
tras años cerrado al público por diferentes razones,
ha vuelto a abrir sus puertas para deleite de visitantes.
Se trata de un monasterio ciertamente aislado y alejado
de la mayoría de rutas artísticas, pero bien merece
la pena una visita; empezando por su sugestiva noria fluvial aprovechando
las aguas del Ebro.
Tras visitar la noria y la cabecera desde el exterior,
accedimos al recinto monacal propiamente dicho, empezando nuestro
recorrido por su suntuosa iglesia, acorde al cien por cien con
los preceptos de la Orden del Císter.
Continuamos la visita por su claustro y las diferentes
estancias articuladas en torno a él y en el que, muy especialmente,
llamaron la atención de nuestros acompañantes la
sala capitular, de las mejores de España, y el refectorio
con su particular púlpito.
Finalizada la visita, emprendimos nuestro viaje de
regreso a Madrid. Muchas gracias por acompañarnos.