Iglesia de Bercedo (Burgos)
Introducción
Bercedo es una pequeña localidad de la Merindad
de Montija, todavía en la provincia de Burgos, aunque son
apenas 10 km. los que la separan de Cantabria y otros tantos de
Vizcaya.

De
algún modo se puede considerar a Bercedo como uno de los
lugares de entrada hacia el Valle de Mena que se despliega a muy
escasa distancia en dirección a oriente. Su iglesia parroquial
dedicada al Arcángel San Miguel es un sencillo edificio románico
levantado en el siglo XII en mampostería, con una única
nave rematada en un ábside semicircular, que se precede de
un tramo recto.
Como veremos a continuación, de este templo
burgalés nos interesará especialmente la imaginativa
escultura de sus puertas e interior.

Exterior
El exterior es sencillo. La cabecera está construida
con mampostería sobre la que se añadió -como
era habitual- varias capas de enfoscado.

Se remata en la parte superior por una cornisa con
una franja de billetes sostenida por canecillos muy deteriorados,
aunque en algunos todavía puede verse decoración de
bolas o de elementos geométricos y figurativos.

En el ábside hay dos pequeñas ventanas
que contribuían a dotar de luz natural a la cabecera, aunque
en la actualidad la que se encuentra en el eje central esta cegada
debido al retablo barroco que la oculta en el interior, mientras
que la situada en el costado meridional del presbiterio continúa
cumpliendo su cometido original.

Las dos presentan una estructura similar: arco de medio
punto con una chambrana decorada con billetes, flanqueado por dos
columnillas con capiteles decorados con motivos vegetales, sobre
la cual se encuentra una imposta también con decoración
de billetes.

En el siglo XVIII se construyó la sacristía,
adosada al muro sur.
Las puertas
El templo cuenta con dos puertas de acceso románicas,
situadas la principal en el lado de la epístola y la secundaria
en los pies del edificio.

La puerta que se sitúa en el costado meridional
es de las más decoradas del románico septentrional
burgalés. Se abre en un pequeño antecuerpo situado
en el centro del muro. La estructura se conforma por un arco ligeramente
apuntado realizado posteriormente y sin decoración, que se
enmarca por tres arquivoltas que apean en otras tantas jambas escalonadas,
a las cuáles se adosan columnas con capiteles decorados con
formas vegetales y figurativas (cabezas humanas, leones, arpías
y dragones).

Los fustes de las columnas interiores tienen decoración
de cestería, los centrales son lisas, y los externos llevan
relieves de leones intercalados entre roleos vegetales.

Las dos arquivoltas de los extremos también
presentan decoración figurada, mientras que la central tiene
un relieve de dientes de sierra.

En concreto, la arquivolta interior muestra toda una
colección de bestias reales y fantásticas en ocasiones
difíciles de identificar. En algunos casos lo representado
parecen grifos y dragones aunque todos llevan cola de serpiente.

En el salmer derecho, un simpático león
porta un arco en disposición inversa a la habitual, un posible
lapsus del escultor.
Pos su parte, la arquivolta externa comprende un conjunto
de relieves bastante más variados. Aparecen bustos humanos,
un infante luchando espada y escudo en mano contra un dragón.

También aparecen dos personajes que podrían
corresponder a San Pedro (por las llaves) y San Pablo (con un libro),
además de un ángel y la figura de un hombre encadenado.

No cabe duda que la puerta sur de la iglesia de Bercedo
presenta directas relaciones con otras portadas del románico
de las Merindades y la Bureba de Burgos, como Soto de Bureba, Almendres
e, incluso, la occidental de Vallejo de Mena.

Las ventanas del muro sur
En este mismo muro, en el primer y tercer tramo, se
conservan dos pequeños pero muy interesantes ventanales.
El que se sitúa hacia los pies del edificio tiene un arco
ligeramente apuntado, en donde pueden verse dos parejas de aves
con largos cuellos entrelazados y una cabeza de toro junto a la
clave.

En el tímpano se representa una figura de un
jinete a caballo. La estructura se flanquea por dos pequeñas
columnas con capiteles con motivos vegetales y una cabeza de lo
que podría ser un león.


La otra ventana, situada en el tercer tramo de la nave,
tiene una estructura similar, con un arco también ligeramente
apuntado, decorado con motivos vegetales.

Se rodea de una arquivolta con tres rostros monstruosos
tipo gloutons, que apea en dos capiteles. En el de la izquierda
hay una representación de unas aves, habiendo desaparecido el fuste
y la basa de la columna que lo sostendría. En el de la derecha pueden
verse elementos vegetales.

Interesante es el relieve del timpanito fracturado
que muestra un perfecto green man.

La portada situada en el muro de poniente es menos
monumental, y se encuentra parcialmente oculta por la torre, que
se construyó en el siglo XX, al igual que el pórtico
que protege la portada del muro sur. Esta formada por arco de medio
punto rodeado de una arquivolta sostenida por dos columnas que rematan
en capiteles con decoración figurada, siendo éstos
los elementos más interesantes de esta estructura. En el
lado izquierdo todavía pueden distinguirse dos esfinges afrontadas,
mientras que en el derecho se representa a dos figuras monstruosas
y en el centro, un rostro humano con largas barbas.
Por encima de esta portada puede verse también
una ventana románica, que también queda prácticamente
oculta por la torre. Esta formada por un arco de medio punto decorado
con puntas de di-amante y rodeado de una chambrana que se apoya
en dos pequeñas columnas que flanquean el vano.
Interior
Interior

En el interior, aunque con bastantes reformas, se aprecia
la original estructura románica con nave abovedada por medio
cañón sobre fajones y cabecera con ábside semicilíndrico
tapado parcialmente por un pequeño retablo.

Interesan los capiteles de las columnas que recogen
los fajones y los de unos arcos ajimezados de los muros laterales,
pues algunos son historiados con escenas variadas.

En uno de ellos aparece el combate de un caballero
contra un león de enormes patas. La temible bestia choca
una de sus garras delanteras contra el escudo circular del guerrero.

Uno de los capiteles más expresivos tiene una
gran cabeza demoníaca desfigurada situada entre un grifo
y una sirena ave.


En otra de estas cesas aparecen unos relieves rudos
y erosionados que podrían corresponder a arpías o
sirenas.

(Autores del texto del artículo
de ARTEGUIAS:
Víctor López Lorente y David de la Garma)
