Guía de la iglesia de San Marcos, Salamanca
Introducción
Salamanca,
la antigua Helmantiké celtibérica y Salmantica romana
es una ciudad llena de historia y de arte.
Tras siglos de esplendor, durante la etapa
de dominio árabe de la Península Ibérica,
la ciudad quedó prácticamente despoblada, en tierra
de nadie, asolada por las campañas guerreras entre el Emirato
de Córdoba y el Reino de Asturias.
Aunque en el siglo X hubo una inicial recuperación
cristiana, no fue hasta el reinado de Alfonso VI de León
y de Castilla cuando se acomete un trabajo sistemático
de repoblación.

Tras la conquista de Toledo por este monarca en 1085,
los reinos de taifa andalusíes llamaron a los almorávides,
señores del Magreb que entraron en la Península
Ibérica y derrotaron a los cristianos en la batalla de
Sagrajas.
Este revés, consecuencia de la entrada de
un nuevo pueblo musulmán muy aguerrido y con ansias de
expansión, llevó a dicho monarca a reforzar las
fronteras de sus reinos mediante la repoblación organizada
de antiguas ciudades despobladas al norte del Sistema Central,
como Salamanca, Ávila o Segovia.

Dicha tarea tan importante de crear una "muralla
humana" contra las potenciales expediciones almorávides
hacia el corazón de su territorio se la encargó
a su yerno, el conde Raimundo de Borgoña, esposo de su
hija Urraca.
El noble francés recogió gentes de
muy diversa procedencia: mozárabes, serranos, toreses,
portogaleses, bragancianos, francos, gallegos, judíos,
etc. y los condujo hasta la antigua urbe a la ribera del río
Tormes. Corría el año de 1102,

Los repobladores se asentaron el interior de la antigua
cerca celtibérica y romana creando numerosos barrios, cada
uno con su propia iglesia parroquial, pero también extramuros
naciendo diversos arrabales.

Se cuenta que Salamanca llegó a tener en la
Edad Media un total de cuarenta iglesias, la mayoría de
las cuales -si no todas- serían románicas. Una de
las más importantes e interesantes por sus peculiaridades
es la de San Marcos.
La iglesia de San Marcos
La iglesia románica de San Marcos de Salamanca
se ubica al norte del casco antiguo salmantino, muy cerca de la
primera muralla interior que tuvo la ciudad, junto a la puerta
septentrional de la misma que la comunicaba con Zamora, de ahí
el nombre de dicha entrada: Puerta de Zamora.

El rey Alfonso XI de León habría entregado
una iglesia en 1202 a la Corporación de Clérigos
Salmantinos que se llamaría Clerecía de San Marcos
y posteriormente -a partir del siglo XIV- Real Clerecía
de San Marcos.

Nuestra iglesia románica fue sede de esta
corporación de sacerdotes hasta el año 1769 cuando,
coincidiendo con la expulsión de los jesuitas, se les dio
la iglesia que estos tenían en la ciudad, por lo que actualmente
se le llama a esta enorme iglesia barroca "La Clerecía".
Entonces, San Marcos se convirtió en simple
templo parroquial, función que continúa desarrollando
en la actualidad.

En tiempos contemporáneos, San Marcos ha gozado
de algunas importantes restauraciones que han buscado dejar el
edificio en su estado románico original. En las obras de
1966 y 1967 aparecieron notables obras artísticas como
las piezas integrantes de mesas de altar, pinturas murales bajomedievales
y hasta un Cristo gótico.
Cabe decir que San Marcos es monumentos histórico-artístico
de carácter nacional desde 1931.
Arquitectura y función
Sin duda, el aspecto más relevante es su planta
completamente circular al exterior, caso único en España,
pues aunque hay algunas iglesias similares en Cataluña
(Sant Pere el Gros y Sant Miquel de Lillet), se diferencian en
que éstas tienen un ábside oriental que rompe su
completa circularidad.

Además, aunque haya varias iglesias poligonales
españolas (Segovia, Eunate y Torres del Río) que
se asemejan a formas circulares, tienen planta centralizada a
imitación del Santo Sepulcro de Jerusalén (y, por
tanto, de función principalmente funeraria), mientras que
San Marcos es de planta basilical con tres naves orientadas y
tres ábsides, todo inscrito en el círculo perimetral.

Durante un tiempo se pensó que esta forma
geométrica circular de San Marcos era el resultado de haberse
aprovechado para su construcción una de las torres semicilíndricas
de la muralla. En la actualidad esta posibilidad ha quedado completamente
descartada puesto que hay un plano del siglo XIX que sitúa
nuestra iglesia próxima a la muralla medieval pero independiente
de ésta.

Además, el arquitecto Simón Gavilán
Thomé, durante un reconocimiento pericial de la iglesia
realizado en el siglo XVIII señalaba cómo por el
norte estaba:
La hipótesis que más adeptos ha generado
es que tan peculiar planta se eligiese para emplear la iglesia,
no sólo como templo, sino también como establecimiento
de reuniones de los sacerdotes -al estilo de la sala capitular
de los canónigos de una catedral- donde se debatirían
circunstancias que atañesen a sus labores.

Exterior
San Marcos, exteriormente es, como se ha dicho, un
edificio cuya planta es una circunferencia de unos 20 metros de
diámetro. Los muros de sillería no pueden ser más
austeros porque su lisura sólo es interrumpida por cinco
aspilleras, de las cuales dos se abren en los husillos que conducen
a la espadaña. Por otro lado, aparecen numerosas marcas
de cantero en los sillares.

Los canecillos que soportan el alero son mayoritariamente
geométricos aunque hay algunos con cabezas humanas o de
animales de bastante rudeza escultórica.

En el sur se ubica la pequeña puerta de ingreso.
El vano de entrada está rodeado por arquivoltas muy apuntadas
que se apoyan sobre las jambas. Se suele indicar que es posterior
a la construcción del resto. Encima hay un escudo de los
Austrias y el Toisón de Oro.

En el siglo XVIII se levantó la espadaña
barroca actual sobre el arco triunfal central, lo que obligó
a un reforzamiento de dicho arco.

Interior
El muy oscuro interior sorprende aún más
que el exterior. Como decíamos, en la Europa cristiana
medieval, sin ser muy numerosas, sí existieron iglesias
poligonales y circulares, pero su eje es vertical, de planta centralizada
y no basilical con tres naves paralelas como encontramos en San
Marcos de Salamanca.

La cabecera está formada por tres ábsides
con sus tramos presbiteriales precedentes, con bóvedas
de cuarto de esfera para los primeros y de medio cañón
para los segundos (sin apuntamiento).

Las tres naves, sin embargo, se separan mediante
muy apuntados arcos formeros que surgen de grandes columnas con
cimacios octogonales.

Las cubiertas de dichas naves son de madera. El tramo
más cercano a la cabecera de la nave central se techa con
una interesante cubierta de par y nudillo del siglo XV.
Para varios autores, la cabecera -muy románica-
sería de una etapa bastante anterior al resto del templo
cuya construcción parece mucho más tardía.
Una posibilidad es que cuando el rey leonés
entregara la iglesia a los clérigos existiera ya la cabecera
triabsidal románica de la iglesia y posteriormente se edificara
el cuerpo de naves y se envolviera con un muro perimetral circular
Como ya indicamos, la restauración de los
años sesenta del siglo pasado fue rica en descubrimientos
sobresalientes. Aparecieron los diferentes elementos que conforman
los altares de los ábsides central y septentrional, con
sus correspondientes columnitas románicas.

También apareció la imagen de un Cristo
gótico (siglo XIV) de madera (quizás el llamado
"Cristo del Castillo" que se cita a comienzos del siglo
XX) enterrado bajo el suelo con los brazos pegados al cuerpo,
como un enterramiento humano. Una vez restaurado se ha colgado
en el ábside central.

También se recuperaron algunas pinturas murales
al temple del siglo XIV (gótico lineal). En los muros opuestos
del ábside central aparecen San Gabriel y la Virgen María
componiendo el pasaje de la Anunciación.
También hay en el muro meridional del absidiolo
meridional un grupo pictórico formado por cuatro escenas.
La superior es la más grande y representa la Coronación
de la Virgen junto a varios ángeles.

Las tres escenas inferiores -mucho más pequeñas-
aluden a:
-
Descendimiento a los infiernos
(al Hades o Seno de Abraham)
-
Cristo o una santa con la
ostia
-
Prendimiento de una santa
Junto a la puerta norte el gran panel de pintura
mural que podemos observar corresponde con el habitual San Cristóbal
con el Niño.

Por último, queda por reseñar que se
conserva una pila bautismal de no muy gran tamaño que pudiera
ser medieval.
