Guía de la iglesia de San Saturnino de
Artajona, Navarra
Introducción
La
iglesia de San Saturnino es el monumento más importante
de la villa de Artajona y junto con su muralla o cerco
forman una estampa medieval de lo más bello que podemos
hallar en la Comunidad Foral de Navarra.
El origen de la fundación de la actual iglesia
de San Saturnino o San Cernín hay que relacionarlo con
la intención de reyes y eclesiásticos hispanos de
renovar la organización eclesiástica local para
acomodarla a la Reforma Gregoriana.
En este contexto, a finales del siglo XI llegaron
a los reinos hispanos numerosos clérigos procedentes de
Francia. Uno de ellos fue Pedro de Roda que se convertirá
en obispo de Pamplona. Era un hombre experimentado cuyo curriculum
estaba vinculado a importantes santuarios del sur de Francia.
Había sido formado en Sainte-Foy de Conques y monje de
Saint-Pons de Thomières. Además asistió a
la ceremonia de consagración de la basílica de Saint-Sernin
de Toulouse de 1096.
Por consejo del rey Sancho Ramírez, Pedro
de Roda donó en el año 1084 una pequeña iglesia
consagrada a San Juan a los canónigos de Saint Sernin de
Toulouse. Al mando de la misma quedaba un prior que se encargaba
-entre otros fines- de recaudar diezmos. Es ésta la razón
por la que el monumento del que se ocupa este artículo
estuvo siempre vinculado a la política, sociedad y arte
de la capital de Occitania.
Pronto, la antigua iglesia de San Juan de Artajona
pasó a llamarse de San Sernín, San Cernín,
San Cerní o San Saturnino.
San Saturnino de Artajona ha sido una de las iglesias
navarras que mayor número de estudios académicos
ha provocado. Se han ocupado de ella -entre otros- Pedro de Madrazo,
Tomás Biurrun, Torres Balbás, Jimeno Jurío,
Mª Carmen Lacarra o Javier Martínez Aguirre.
Las conclusiones a las que llegan estos diferentes
autores son diversas en lo relativo a la cronología y etapas
constructivas del edificio. Siguiendo uno de los estudios monográficos
más modernos, el de Martínez Aguirre, la actual
iglesia gótica de San Saturnino de Artajona comenzaría
a ser construida donde había una anterior románica
entre 1260 y 1280 para ser finalizada en el siglo XIV, siendo
lo más tardío la edificación del campanario.
El templo había llegado en un estado de abandono
deplorable al siglo XXI pero, para nuestra alegría, no
hace muchos años gozó de una completa restauración
que ha permitido extraer casi toda la belleza que este edificio
ofrecía a sus visitantes desde la Baja Edad Media.
Su estilo es gótico "a la francesa"
pero no el que estamos acostumbrados a ver en las grandes catedrales
del norte del país vecino (Isla de Francia), sino un gótico
propio del Mediodía francés, donde sin renunciar
a la altura, los maestros constructores se preocupaban menos de
la desmaterialización de los muros mediante vidrieras,
por lo que las superficies de vanos no son tan generosas como
en el norte. Es más que probable que los talleres que se
ocuparon de la obra fueran originarios de la Francia meridional.
Interior
Aunque el aspecto espigado del templo observado cuando
se contempla desde fuera ya anuncia la verticalidad del edificio,
es en el momento de entrar a su interior cuando verdaderamente
apreciamos la altura de la nave, mucho mayor que la cabecera que
es de modestas dimensiones.
En efecto, es una iglesia de una sola nave de cinco
tramos, cubierta por bóveda de crucería cuatripartita
engarzada a un ábside más bajo y estrecho de forma
poligonal (cinco lados). Los arcos perpiaños y cruceros
de la nave surgen de pilares fasciculados con cinco finas semicolumnas
en cada uno.
Por desgracia, los furores neoclasicistas del siglo
XVIII destruyeron los capiteles de estos apoyos a excepción
de los que se encontraban cubiertos por la sillería y el
coro. También se salvaron varias claves de bóveda.
Los capiteles que han llegado hasta nosotros inciden
en temática vegetal y zoomorfa con especial predilección
por los dragones que interactúan entre sí.
El ábside, que es poligonal tanto por el interior
como por el exterior, se cubre también con bóveda
de crucería. En los apoyos quedan relieves escultóricos
interesantes.
Pero lo más importante es que hasta 1944 se
encontraban in situ pinturas murales góticas en el interior
de la cabecera que en ese año fueron trasladadas al Museo
de Navarra donde se exponen actualmente, aunque en fragmentos
diferenciados y en salas distintas. El principal muestra la parte
inferior del cuerpo de Cristo con la cruz que muestra las llagas
de los pies y a su lado dos ángeles con los instrumentos
de la Pasión.
Procedente del paño nordeste del ábside
también se expone en el citado museo un fragmento de pinturas
que muestra a un grupo de personajes nimbados y sedentes en actitud
de orar y que corresponde a un grupo de bienaventurados en el
Juicio Final. Estas pinturas debieron ser creadas entre los años
1270 y 1280.
En los laterales de la cabecera, un maestro llamado
Roque pintó ya en el siglo XIV -sin conexión con
las pinturas anteriores- un programa referido a la vida de San
Saturnino y San Exuperio. También fueron arrancadas en
1944 y reinstaladas en el Museo de Navarra.
Exterior
La cabecera
La cabecera poligonal tiene uno de los lados tapado
por el campanario adosado tardíamente. No obstante, se
puede ver el resto de paños entre contrafuertes en los
vértices y algunos ventanales distintos entre sí,
alguno de tradición románica.
Las puertas
La puerta norte está reconstruida en la restauración
pero supo recuperar parte de los relieves que anteriormente se
encontraban en otros lugares de la iglesia. Sus arquivoltas son
apuntadas y tiene un total de doce columnas con seis capiteles
originales con el protagonismo de dragones.
Los relieves de la arquivolta exterior y la chambrana
inciden básicamente en la representación de cabezas
humanas con distinta gesticulación. Una de ellas es negroide.
Mucho más célebre es la portada de
la fachada occidental que se encuentra enmarcada por un gran rosetón
y dos arquerías ciegas a los lados de seis arcos apuntados
con intradós trilobulado y rematados por gabletes, que
probablemente estarían pensados para albergar esculturas
de los apóstoles.
La citada puerta se encuentra en bastante buen estado
de conservación. Sus arquivoltas apuntadas están
ornadas con motivos geométricos y vegetales menos una donde
se encastraron figuras de cabezas humanas rodeadas de todo tipo
de hojarasca vegetal.
Lo más relevante es el conjunto formado por
el tímpano y el dintel. Se cuenta en ellos que una mujer
es exorcizada por San Saturnino y sale de su cabeza un demonio
con forma de dragón. A los lados, dos reyes genuflexos
y un escudo. Éstos se han identificado de forma diversa.
Lo habitual es encontrar referencias donde se indica que se trata
de la representación de los monarcas de Navarra en el momento
de ser esculpida la puerta.
Torre campanario
El ya mencionado campanario se edificó tardíamente
en el siglo XIV tapando uno de los paños del ábside
con su correspondiente ventanal, quedando sus ejes descentrados
con respecto a los de la iglesia. Es austero, contando sólo
con un cuerpo de campanas, el superior, abierto por dos troneras
de arco apuntado en cada cara.
Esta torre no tenía entrada desde el nivel
del suelo porque su función era también defensiva
y, además, sirvió de cárcel.
Cubiertas y pasos de ronda
Uno de los alicientes mayores de la visita a la iglesia
de San Saturnino de Artajona es la subida a las cubiertas de la
nave rodeada por pasos de ronda al haberse elevado los muros laterales
más que el nivel del abovedamiento.
Además, la propia cubierta está construida
por lajas de piedra que descansan sobre los plementos de la bóveda
de crucería, adoptando una forma sinuosa que permite conducir
las aguas de lluvia al exterior mediante gárgolas y canales
de piedra a un aljibe que hay bajo el pavimento del último
cuerpo de la iglesia.