Guía
de la Iglesia de San Pedro de Olite, Navarra
Introducción
Hablar de Olite es hacerlo de una de las localidades
de mayor sabor medieval de España y de antiguos aromas
regios del reino de Navarra (ya que fue residencia real durante
el reinado del gran monarca Carlos III el Noble, en el siglo XIV).
Olite, además de por su encantador entramado
urbano, es conocida por el famoso castillo-palacio y, en menor
medida, por las iglesias de Santa María (gótica)
y San Pedro (románica y gótica).
La iglesia de San Pedro -ubicada en la plaza homónima-
es la de mayor antigüedad de las conservadas en Olite. Es
un edificio de los siglos XII y XIII, menos la cabecera que fue
sustituida en tiempos del barroco. Se reconoce desde bastantes
puntos de la población gracias a su espigado campanario.
Exterior
La fachada occidental
El hastial oeste es la fachada más espectacular
de esta iglesia. Tiene una gran portada de tradición románica
aunque de estética más bien gótica de la
que nos ocuparemos ampliamente en un apartado posterior.
Por encima, se abrió un gran rosetón
circular netamente gótico con tracerías formando
doce grandes vanos. A los lados también hay dos pequeños
óculos trebolados. Un gran arco apuntado envuelve el conjunto.
La portada occidental
En el exterior de la iglesia, en su fachada occidental,
se halla una espectacular portada románica, formada a base
de cinco amplias arquivoltas de ancho baquetón. Tiene esta
puerta un tímpano con tres personajes (San Pedro, San Andrés
y Santiago) bajo una arquería, flanqueados por una pareja
de ángeles.
De máximo interés es el dintel bajo
dicho tímpano porque aparece un rico programa iconográfico
sobe los momentos más importantes de la vida y el santo
titular de la iglesia: San Pedro.
A la izquierda del espectador aparece la entrega
de Cristo, coronado y con nimbo crucífero, de las llaves
del Cielo.
La
figura de San Pedro, que desgraciadamente tiene la cabeza desparecida,
toma la llave mientras el resto del Colegio Apostólico
contempla el acontecimiento con expectación. Ha sido instaurado
el primer vicario de Jesús y el que será primer
Papa.
En el centro de este dintel, Jesús está
frente de una embarcación que navega en aguas repletas
de peces. En la embarcación había varios personajes
pero sólo se ha conservado en buen estado uno de ellos.
Podemos estar ante el pasaje de la Pesca Milagrosa o el momento
en que Cristo camina sobre las aguas y llama a hacer lo mismo
a Simón Pedro.
Por último tenemos a la derecha la muerte
de Pedro de Roma, rodeado de sus verdugos que lo crucifican cabeza
abajo por no sentirse digno de sufrir la misma muerte de su Maestro.
La escultura del tímpano y dintel parece bastante
más tardía que el resto de la puerta, siendo prácticamente
de estilo gótico (siglo XIII avanzado o XIV), mientras
que los capiteles de la misma son románicos.
Los dos externos del lado izquierdo según
el observado son vegetales mientras que el interior es una soberbia
cesta figurada. Un infante guerrero resguardado tras un gran escudo
gotiforme ribeteado detalladamente en su contorno que alancea
en la cabeza a un enorme dragón.
La forma en que el escultor talló al símbolo
zoomorfo de Satanás no tiene desperdicio. Su cuello y parte
del cuerpo está repleto de mechones como de león,
la cola serpentiforme escamada hace varios bucles acaracoladamente
y las patas terminan en garras con grandes uñas puntiagudas.
El dragón en el último suspiro de su vida todavía
tiene impulso para atacar al "Miles Christi" con su
pata izquierda.
Del lado derecho de la portada hay que admirar otra
cesta también figurada. Muestra un centauro sagitario de
tronco desnudo con esquemática musculatura que va armado
de arco y flecha apuntando a una arpía situada a su derecha.
Las mochetas que soportan el dintel son también
figuradas. En una de ellas observamos a una de las prefiguraciones
habituales en el arte románico internacional: Sansón
montando sobre el león para matarlo desquijarándolo.
Lamentablemente, la cabeza del juez de Israel se encuentra completamente
perdida y la del león bastante fragmentada.
En la otra mocheta lo que se esculpió fue
la escena simbólica del hombre armado con escudo y vestido
de cota de malla -en este caso de pie- enfrentado a un gran oso
también erguido, símbolo de la muerte. De nuevo,
las esculturas han perdido sus dos cabezas.
A los lados de esta portada se encastraron dos grandes
esculturas de águilas atrapando pequeñas presas,
probablemente liebres o conejos.
La puerta sur
También hay que mencionar la sencilla portada
del muro sur de gran sencillez, compuesta por dos arquivoltas
planas con una pareja de columnas cuyos capiteles son vegetales.
Torre campanario
A la altura del transepto, en el lado sur, se levanta
una gran torre de más de una cincuentena de metros de altura,
singular de la arquitectura gótica de Navarra, y que es
uno de los iconos de Olite junto al castillo y a la portada gótica
de la iglesia de Santa María.
Ha sido restaurada hace unos pocos años habiendo
quedado impecable. Está conformada por varios cuerpos de
32 metros de altura. La aguja superior es de sección octogonal,
con ventanales rectangulares de arcos en punta y unas ventanillas.
Claustro
Otra parte interesante de esta iglesia de San Pedro
aunque no demasiado conocida es su claustro. Del siglo XIII se
conservan hasta tres pandas que se nos antojan muy restauradas.
Una ojeada rápida nos puede hacer pensar que se trata de
un claustro románico porque está constituido arquitectónicamente
por amplios arcos de medio punto dovelados y de aristas vivas
que se apoyan sobre dobles columnas de fuste separados. Pero la
observación de los capiteles, casi todos de sencillas y
grandes hojas de higuera o parra muy carnosas nos remiten a un
momento tardío por su estética gótica. Aunque
muy deteriorados también conserva algunas tallas figuradas.
Interior
Puesto que la cabecera de la iglesia de San Pedro
de Olite fue reemplazada, hay que fijarse más bien en el
cuerpo de las naves. Comprobamos que su alzado, apoyos, arcos
y bóvedas nos remiten a la iglesia abacial cisterciense
de Santa María de La Oliva.
En efecto, estamos ante un templo propio de la arquitectura
hispanolanguedociana que tanta presencia tuvo en los reinos cristianos
hispanos entre finales del siglo XII y mediados del siglo XIII:
amplios y anchos arcos apuntados, bóvedas de crucería
con nervios de aristas vivas apoyos en soportes con dobles columnas
en las caras más otra acodillada, capiteles vegetales,
etc.