Guía
de la iglesia de Serantes, Ourense
Introducción
En
un entorno de singular belleza perteneciente también al
término de Leiro, la parroquia de Santo Tomé de
Serantes es una de las joyas más interesantes y desconocidas
del románico rural gallego, amén de constituir un
claro ejemplo que constata el hecho de que la riqueza del románico
gallego no se circunscribe en exclusiva a fundaciones monacales,
sino también a modestas feligresías locales.
Pese a su gallarda apariencia exterior, nos encontramos
ante una construcción que responde a la prototípica
estructura del románico rural gallego de una sola nave
rectangular con cabecera también rectangular.
Exterior
Cabecera y nave
A diferencia de otras iglesias románicas,
el exterior de la cabecera -en este caso de testero plano- no
ofrece demasiado interés. Por su parte, los muros laterales
de la nave son distintos. El norte se encuentra en su estado primitivo,
con sus contrafuertes rítmica y escalonadamente situados.
Por contra, el meridional ha sido más modificado,
especialmente por la sacristía adosada en el siglo XVIII
y por un arcosolio funerario.
Fachada occidental
Mucho mayor interés concentra en todo su conjunto
la fachada occidental. El remate del imafronte, como suele ser
habitual en el románico gallego, está ocupado por
una cruz antefija. Rápidamente nos llama la atención
el monumental rosetón de tracería románica
que corona el imafronte con un hueco central circular conectado
a seis lóbulos, rodeado por tracerías que componen
un total de doce huecos de forma aproximadamente elíptica.
Para mayor embellecemiento, el taller constructor
rodeó este rosetón con una arquería como
si se tratase de una portada: arquivoltas de medio punto y gardapolvos
cuyos soportes -seis columnas- se proyectan hasta la sobresaliente
cornisa que protege el vano de ingreso.
La portada propiamente dicha, ligeramente apuntada
y protegida por un breve tejaroz sostenido por los ya recurrentes
arquillos ciegos sobre canecillos, despliega un prominente guardapolvo
y tres arquivoltas apeadas sobre columnillas acodilladas. Dos
de los capiteles son fitomórficos mientras que la pareja
restante muestra temas figurados.
En uno de ellos apreciamos dos aves picoteando una
espiga de cereal o los frutos de una flor de aro mientras atrapan
con sus patas sendos animalillos. En el otro, de más complicada
iconografía, aparecen tres personajes humanos con extraños
movimientos de sus extremidades.
En el tímpano encontramos una gran inscripción
en que aparece citada la era de 1208, que trasladada a nuestro
actual calendario, serviría para datar la construcción
de la iglesia en torno a 1170:
Presidiendo el tímpano se aprecia una cruz
flordelisada flanqueada por las figuras de María y San
Juan Evangelista, es decir, la representación del Calvario.
En los extremos hay dos árboles (¿El árbol
de la vida y del conocimiento del bien y del mal?).
Por su parte, las mochetas también están
esculpidas. La izquierda muestra la cabeza muy probablemente de
un león que lleva entre sus fauces otro animal que podría
ser una cría de su misma especie. En la derecha se esculpió
una cabeza de bóvido.
Puerta sur
Al costado sur, asomando a un espacio cementerial,
abre el ingreso lateral, constituido por arquivoltas ligeramente
apuntadas con diversa decoración geométrica, entre
la que destaca un grueso sogueado. Tiene un tímpano con
una extraña cruz que parece pometeada sobre dos pequeños
objetos que seguramente son árboles como en la puerta occidental.
Este tímpano labrado está sostenido
por dos mochetas en las que aparecen cabezas humanas de morfología
un tanto deforme.
Los capiteles de las dos columnas de apoyo son figurados.
En uno se esculpió a un hombre que introduce la mano en
la boca de un león. En el capitel opuesto, bastante desgastado,
un personaje parece sujetar por el cuello a un ave de gran tamaño.
Canecillos y otros relieves de las cornisas
Encontramos a lo largo de los muros sur y norte y
en el tejaroz de la puerta oeste de la iglesia de Santo Tomé
de Serantes el recurso de enriquecimiento de cornisas a partir
de profundos arquillos ciegos apeados sobre canecillos figurados,
presentándose la particularidad de que, en lugar de metopas
entre canes, son los propios arquillos los que acogen bajo su
intradós distintas figuraciones.
Además del habitual muestrario de formas geométricas
(especialmente los ubicados en el muro septentrional) más
o menos complejas, son los seres humanos y los animales los grandes
protagonistas.
Personajes
Personas en diversas actividades y movimientos encontramos
en los aleros, desde un espinario hasta un hombre itifálico,
una mujer desnuda con las piernas abiertas, pasando por otros
que portan instrumentos musicales (incluido un dolio que se suele
confundir con un barril) o un libro o hacen piruetas propias de
los contorsionistas.
Abundan del mismo modo, como es habitual en el románico,
cabezas humanas.
Temática zoomorfa
Como no podría ser de otra manera, los animales
campan por buena parte de los canecillos de Santo Tomé
de Serantes. No faltan las cabezas de fieras, preferentemente
leones, aunque los hay de cuerpo entero y alguna serpiente.
Interior
La nave, alta y bastante austera, se cubre con cubierta
de madera a dos aguas. En cuanto a la cabecera, se comunica con
la nave mediante un arco triunfal apuntado y doblado sobre semicolumnas.
La bóveda es de medio cañón con un arco fajón
en el centro que se apoya también en columnas embebidas.
El capitel más interesante es el que muestra
a unos personajes que parecen sujetar cuencos o cálices
de donde beben grandes aves.
También se conserva una pila bautismal románica
además de una pila de agua bendita. Más notable
es el baldaquino gótico del siglo XV trabajado ornamentalmente
con gran pericia y en donde se esculpieron a los apóstoles
Pedro y Santiago el Mayor.