La iglesia de San Vicente de Serrapio está
declarada monumento histórico-artístico desde 1983.
Se encuentra en un altozano desde donde se divisan bellos paisajes
del concejo de Aller al que pertenece la aldea de Serrapio.
El lugar donde se construyó esta iglesia románica
de finales del siglo XII o comienzos del siglo XIII debió
existir un asentamiento romano según una inscripción
de la que luego nos ocuparemos. Es una posibilidad que este lugar
fuera después cristianizado en época paleocristiana.
Otra lápida epigráfica nos remite a una construcción
del siglo X que probablemente fuera una iglesia prerrománica
anterior a la que vemos actualmente.
El templo que contemplamos ahora fue iniciada bajo
planteamiento románico -aunque probablemente influido por
formas prerrománicas- del que queda la cabecera y parte
de los muros laterales, si bien fue modificada en los tramos occidentales
en siglos posteriores.
Exterior
Todo el templo se encuentra enjalbegado salvo las
esquinas y partes esculpidas -como se hacía en la Edad
Media- lo que provoca un bello contraste con respecto al paisaje
verde que lo rodea.
La
cabecera está constituida por tres ábsides. El principal
es semicilíndrico aunque se une al cuerpo de iglesia por
un tramo rectangular presbiterial que se una al ábside
sin solución de continuidad. El hemiciclo es de gran sobriedad.
No dispone de columnas entregas y el ventanal central no dispone
de molduras ni columnas.
Los absidiolos laterales son rectangulares probablemente
por influencia de la herencia prerrománica anterior. Los
ventanales en estas capillas laterales son sencillas aspilleras.
El perfil rectangular de los absidiolos laterales
se ha vinculado a la iglesia de la colegiata de Arbás del
Puerto, incluso a las cabeceras cistercienses. En todo caso, no
es descartable, como apuntamos anteriormente, su relación
con la arquitectura prerrománica. Incluso, pudiera darse
que se hubieran aprovechado los ábsides laterales de la
basílica prerrománica del siglo X que existía
anteriormente.
Los canecillos de esta cabecera presentan motivos
geométricos sencillos salvo un par de ellos, Uno de ellos
es un atlante que parece soportar el peso del canecillo y de la
cornisa, cuyos atributos sexuales han sido ulteriormente lisiados.
El otro tiene dos cabezas de gemelas mirando en sentidos opuestos
(¿Un Jano bifronte?)
La fachada occidental está presidida por un
porche moderno soportado por pilares de madera y por la espadaña
que cobija las columnas.
Interior
Cuando penetramos en el interior, observamos el carácter
diáfano de la única nave actual. Desde ella se nos
aparece majestuoso el conjunto de los tres arcos triunfales que
rápidamente nos traen a la mente la estructura de muchos
arcos conmemorativos romanos. Como ya se evidenciaba en el exterior,
el ábside central es mucho más grande que los laterales.
Las pinturas absidales
Los tres ábsides conservan pinturas de tradición
gótica tardía muy popular que pudieron ser realizadas
en el siglo XVI aunque es evidente que han sido repintadas posteriormente,
razón por la cual aparecen con vivos colores. Iconográficamente,
en el ábside central se aprecian pasajes del Ciclo de la
Pasión de Jesús, como el Calvario o una Piedad.
La escena principal es la de Cristo en la Parusía o venida
en Gloria al final de los tiempos para el Juicio Final.
Los capiteles románicos del arco triunfal
Desde el punto de vista románico, lo más
notable del interior de la iglesia de San Vicente de Serrapio
es el conjunto de capiteles del arco triunfal principal.
El capitel norte está protagonizado por el
pasaje veterotestamentario de Sansón desquijarando al león.
Un soldado medieval aparece delante y una arpía en lado
posterior.
Más complejo e interesante es el capitel meridional
del arco triunfal central. Está protagonizado por una nereida
o sirena-pez de doble cola que amamanta a otra sirena de menor
tamaño. Flanquean tan curiosa representación otros
dos animales del bestiario fantástico como son un grifo
y un basilisco.
A los lados de la cabeza de la nereida principal
aparecen dos cabezas, una humana y la otra de una bestia de difícil
interpretación, aunque pudiera ser la de un león
o un dragón.
Otras estancias
En una estancia de la esquina noroeste del templo
encontramos la pila bautismal que pudiera ser medieval. La copa
está constituida por formas octogonales alargadas con semicírculos
y una cenefa sogueada en el extremo superior.
La sacristía es un espacio también
románico cubierto con bóveda de medio cañón
que se comunica con una sacristía moderna que conserva
empotradas un conjunto de piezas pétreas con interesantísimas
inscripciones.
Citamos de ellas la que indica de origen romano dedicado
al dios Júpiter, mientras que la otra es de la Alta Edad
Media y se trata de una inscripción fundacional con el
siguiente texto latino traducido al castellano: