Ledesma
es una de las localidades con mayor historia y patrimonio de la
provincia de Salamanca, habiendo sido declarada Conjunto Histórico-Artístico
y una de las localidades de la Asociación de los Pueblos
más Bonitos de España.
Se sitúa al norte de la capital, en un cerro
granítico a 780 metros sobre el nivel del mar. Al este
de la población corre el río Tormes poco antes de
adentrarse en la provincia de Zamora y desembocar en el río
Duero.
En la actualidad, cuenta con una población
de algo más de 1.500 habitantes, siendo preocupante la
pérdida demográfica sufrida durante el último
lustro.
Historia
Se piensa que Ledesma estuvo poblada desde tiempos
prehistóricos y luego se convirtió en un castro
vetón conocido con el nombre de Bletisama. Probablemente
el topónimo actual de Ledesma obedezca a la evolución
de este antiguo nombre: Bletisama -> Letisma -> Letesma
-> Ledesma.
Ledesma fue una ciudad romana de cierta importancia
y se han hallado algunos restos importantes.
Alfonso I, primer rey de Asturias atacó la
Ledesma musulmana a mediados del siglo VIII, llevándose
a la población cristiana en sus campañas de despoblación
de la Meseta para crear el llamado «Desierto Estratégico»
entre Al-Andalus y su reino y, a la vez, concentrar la máxima
población cristiana posible en sus territorios de la Cornisa
Cantábrica.
De esta primera época de dominio musulmán
de la Península Ibérica surgió la leyenda,
de gran arraigo en esta villa, del martirio de San Nicolasín
en el año 745. Se cuenta que el gobernador árabe
de Ledesma, mandó degollar y quemar a su hijo Alí
(que se había convertido al cristianismo siendo bautizado
con el nombre de Nicolás o Nicolasín) junto a los
clérigos que lo bautizaron.
Ramiro II de León la repuebla tras la gran
victoria sobre las tropas de Abderramán III en la célebre
batalla de Simancas (año 939). Sin embargo, poco duró
su desarrollo pues fue asolada por dos razzias protagonizadas
por el caudillo del Califato, Almanzor, en los años 978
y 979.
Un siglo después, Alfonso VI rey de León
y de Castilla conquista la taifa de Toledo, lo que desencadena
la entrada en Al-Andalus del pueblo berebere de los almorávides
que van a vencer en varias e importantes batallas a leoneses y
castellanos. Por esta amenaza almorávide, Alfonso manda
repoblar una serie de localidades al norte de la Cordillera central
como Salamanca, Ávila, Segovia, etc. En esa coyuntura,
Ledesma pudo ser someramente repoblada, si bien el gran protagonismo
de este territorio recaerá en la capital salmantina.
León y Castilla van a ser divididas nuevamente
tras la muerte del Alfonso VII. El rey de León -Fernando
II- la repuebla en 1158 y concede fuero a Ledesma en el año
1161, convirtiéndola en villa. Es a partir de este momento
cuando se produce el auge de la localidad.
Sabemos que en la Edad Media hubo seis parroquias
o iglesias para diferentes barrios. Presumiblemente todas ellas
fueron de estilo románico, aunque en la actualidad, sólo
se conservan las de Santa Elena y San Miguel (ésta con
transformaciones) y algunas partes de la de Santa María.
Durante la Baja Edad Media, la villa de Ledesma siguió
siendo tierra de Realengo salvo algunos momentos más o
menos puntuales, lo que permitió a los pobladores desarrollar
con bastante libertad su prosperidad económica y social.
Pero en 1462 el rey Enrique IV dona la localidad a don Beltrán
de la Cueva, duque de Alburquerque, que se convierte en el primer
conde de Ledesma. Esta situación de señorío
nobiliario se consolidará hasta el siglo XIX.
Ledesma: monumentos extramuros
De los monumentos reseñables de Ledesma ubicados
fuera de su casco antiguo y muralla tenemos dos puentes medievales
y la iglesia románica de Santa Elena.
Puente Viejo (Puente medieval sobre el río
Tormes)
Al este de la localidad y desde los hermosos miradores
que existen en el casco antiguo, podemos disfrutar de las vistas
del río Tormes. Lo salvan dos puentes, uno de obra moderna
y el otro, muy interesante de origen medieval.
Este último pudo tener, incluso, origen romano
y románico, pero la mayor parte se debe a la construcción
del siglo XV cuando se cobraba pontazgo a quienes quería
atravesarlo en beneficio del conde de Ledesma. De esta época
son los dos arcos apuntados centrales. Los otros tres -irregularmente
semicirculares- son del siglo XVI y XIX.
Puente Mocho
Es un encantador puente ubicado a 3 kilómetros
al norte de la villa, en la calzada romana que unía Bletisa
con Zamora. Tiene cinco arcos de medio punto. De probable origen
romano, la estructura actual es básicamente medieval.
Iglesia románica de Santa Elena
La iglesia extramuros de Santa Elena es la mejor
conservada de estilo románico en Ledesma. Fue construida
como templo parroquial para un importante barrio ubicado fuera
de la muralla. Es un templo rural de una sola nave con cabecera
formada por tramo presbiterial recto engarzado a un ábside
de planta semicircular.
A pesar de su sencillez y escasas muestras decorativas,
su visión es agradable por lo limpio y rotundo de sus volúmenes.
Es reseñable la perfecta sillería de roca granítica
de su fábrica y los magníficos canecillos de su
cornisa (para ello se empleó un tipo de roca más
blanda: arenisca), la mayoría que representa cabezas humanas
donde se aprecian ya los aires góticos por su naturalismo
y elegancia.
También dispone de dos puertas de ingreso.
La del costado norte tiene varias arquivoltas de medio punto sobre
columnas de arenisca cuyos capiteles son fitomórficos con
hojas acogolladas con motivos que asemejan flores de lis invertidas.
El resto de la construcción es sobria y sólida
por estar hecha de buena sillería granítica.
Curiosamente, la altura de la nave es inferior a
la de la cabecera, lo que resulta contrario a los cánones
románicos. Esta anomalía pudo causarse bien porque
se recreciera la altura de la cabecera o porque se redujese la
de la nave cuando se cubrió con techumbre de madera.
Ledesma intramuros
Como es de esperar, los monumentos más importantes
de Ledesma se concentran en el espacio de la villa que estuvo
rodeado por la muralla, como el castillo, las iglesias de Santa
María y San Miguel, así como diversos palacios.
Castillo
Es tras el mimo con que el monarca leonés
Fernando II trata a la villa ledesmina cuando se rodea de una
muralla y se construye el castillo en el extremo suroeste del
caserío, precisamente, en la zona llana no defendida por
los barrancos del Tormes que se localizan en el extremo opuesto.
No obstante casi la totalidad de la fortificación
que nos ha llegado hasta la actualidad es obra de Don Beltrán
de la Cueva, del siglo XV.
Este castillo ledesmino conocido como La Fortaleza,
cuenta con una planta irregular asemejándose a un trapecio.
El aspecto exterior más monumental se aprecia desde el
oeste al poderse contemplar sus dos torres (este castillo carece
de torre del homenaje), la meridional troncocónica (planta
circular) y la norte prismática (planta pentagonal).
En el interior tenemos los adarves y el patio de
armas, además de algunas estancias abovedadas en piedra
de aspecto muy recio.
Bajo el castillo se descubrió hace pocos años
un complejo sistema de canalización de agua, pozos y caballerizas.
Muralla
Del recinto amurallado se conserva en buen estado
la Puerta de San Nicolás, cuyo nombre es debido a ser el
lugar donde la tradición ubica el martirio de San Nicolasín.
Verraco
En la Plaza de la Fortaleza, espacio ajardinado y
de ocio de Ledesma, junto al castillo, se encuentra el verraco
celtibérico.
Ayuntamiento
El edificio del ayuntamiento se encuentra en la Plaza
Mayor, enfrente de la iglesia de Santa María. Sus iniciales
obras datan de 1484 y ha tenido diferentes funciones: Casa del
Corregidor, Sala de Audiencias y Prisión Real.
Lo más interesante es su patio interior cuadrado
con columnas góticas sosteniendo zapatas de madera y por
encima el piso habitable. También es notable la balconada
superior de estilo renacentista, con sus cuatro arcos sobre columnas
toscanas.
Iglesia gótico renacentista de Santa María
la Mayor
La iglesia de Santa María la Mayor es, junto
al castillo y el puente viejo el principal monumentos de la villa.
Su origen es románico, seguramente de principios del siglo
XIII.
De está época queda la puerta occidental
(aunque ésta también sufrió transformaciones
como los casetones renacentistas en una de las arquivoltas) que
se abre a una torre-pórtico cuyo primer cuerpo también
es románico, como demuestran sus ventanales.
El pasadizo bajo de dicho campanario tiene bóveda
de medio cañón apuntado con arcos fajones. El resto
es ya renacentista y barroco.
A finales del siglo XV debió iniciarse una
nueva edificación gótico-renacentista por los pies,
motivo por el cual, la citada puerta está descentrada.
La nueva nave es de grandes dimensiones y está cubierta
por bóveda estrellada. La cabecera es semicilíndrica
con altos contrafuertes escarpados. Cuenta al interior con una
bóveda de cuarto de esfera con casetones.
En el muro meridional se encuentra la otra puerta
de acceso, de estilo gótico isabelino (flamígero),
cuyo vano está rodeado por un arco carpanel sobre jambas.
Todo decorado con las célebres bolas isabelinas. Por encima,
tenemos un arco mixtilíneo con cardinas y el conjunto es
flanqueado por unos pináculos adosados.
Iglesia románica de San Miguel
San Miguel es junto a Santa Elena el mejor representante
del románico en Ledesma. De esta época es la cabecera
con sus presbiterio y ábside rectangular y parte de la
nave.
El material, como en Santa Elena es una buena sillería
de piedra berroqueña. La dureza del material es el más
que probable motivo de que no tengamos apenas decoración;
ni columnas ni cenefas. Tan solo, los canecillos que sostienen
el alero cuyo perfil es de nacela.
En 1784 se amplió la nave hacia los pies del
templo debido al aumento de la población. Es en esta fecha
cuando se construye la espadaña sobre la fachada occidental
y la puerta neoclásica actual con arco de medio punto rodeado
por pilastras con sillares almohadillados, todo coronado por el
entablamento y frontón triangular.
En el interior, apreciamos de época románica
el arco triunfal que es doblado de medio punto y se alza sobre
jambas. La nave se cubre con techo de madera con cerchas, a dos
aguas.
En la actualidad la iglesia de San Miguel alberga
el Centro de Interpretación Histórica de Ledesma
«Bletisa», compuesto por un intrincado recorrido por
paneles informativos e interactivos.
Hospital de San José
El Hospital de San José se fundó en
el siglo XV como una institución benéfica fundada
situada cerca del pasadizo que hay bajo la torre campanario de
de la iglesia parroquial de Santa María. En el siglo XVIII
fue trasladado a su emplazamiento actual, junto al barranco del
cañón del río Tormes. Este edificio de fachada
clasicista tiene los escudos de los fundadores y una grupo escultórico
de la Sagrada Familia.