Arte
Mudéjar en Madrid
El
contexto medieval del arte y la arquitectura mudéjar en Madrid
La
provincia de Madrid se encuentra en una peculiar situación
geográfica con respecto a los avatares históricos de
la reconquista y repoblación cristiana de los siglos XI, XII
y XIII.
Madrid vivió aquellos siglos situado entre dos polos bien diferenciados:
los territorios cristianos norteños dominados desde por los
reinos de León y Castilla y por otro, las tierras tradicionalmente
musulmanas de Toledo, que aunque ya en manos castellanas desde 1085,
cuenta con una población mudéjar mayoritaria.
Esta situación peculiar
trae consigo que el románico y mudéjar que llega a estas
tierras durante los siglos XII y XIII lo hace arrastrado por dos fuerzas
de sentido opuesto y que convergen en Madrid.
Por un lado, procedente de Segovia y Ávila y en sentido norte-sur
llega el románico a las sierras del norte. En la provincia
de Madrid se conservan iglesias de este estilo de diferente tipología:
la misteriosa y primitiva iglesia del Monasterio de San Antonio de
la Cabrera, los templos concejiles de Talamanca y Venturada, y la
monumental cabecera del monasterio cisterciense de Valdeiglesias.
También, de la Castilla
Vieja procede el arte románico reconvertido en su variante
mudéjar que denominamos "mudéjar castellanoleonés".
Esta arquitectura está muy cercana al románico y la
influencia musulmana es relativamente pequeña salvo por los
materiales de construcción.
Simultáneamente, desde
Toledo asciende a los territorios de Madrid otra variante del mudéjar,
el toledano, que aunque conserva todavía relaciones estructurales
inequívocas con el románico y el incipiente gótico,
presenta una decoración mucho más islamizada.
Como cabría esperar
tras esta explicación, en la mitad norte de la provincia predominan
el románico y el mudéjar castellanoleonés, mientras
que en la mitad meridional el protagonista absoluto es el mudéjar
toledano.
Representación
del Mudéjar Castellanoleonés en Madrid
Este mudéjar, nacido
en Castilla y León a partir del románico pero que adquiere
identidad propia por su material y decoración, se le ha denominado
de diversas maneras: "románico de ladrillo", "románico
mudéjar" y "primer mudéjar castellanoleonés".
Se trata de un "Invento"
probablemente consumado en Sahagún (León) extendiéndose
hacia el sur, a tierras llanas y con escasas canteras de piedra (Zamora,
Salamanca, Valladolid, Ávila y Segovia) llegando a alcanzar
a las provincias de Madrid y Guadalajara.
La planta y volumen arquitectónicos
son muy semejantes al románico, y constan de una nave rectangular
engarzada a la cabecera de aspecto semicircular (aunque poligonal
en sentido estricto) de menor diámetro. La cabecera, tiene
tramo recto abovedado con medio cañón (en ocasiones
apuntado) y rematado en hemiciclo con bóveda de cuarto de esfera
al modo románico habitual.
Para
decorar los muros exteriores e interiores de la cabecera, sobre zócalo
de mampostería, se superponen las franjas o cuerpos superpuestos
construidos con ladrillo de arcos ciegos de medio punto, normalmente
doblados y sin separación de impostas salientes como ocurre
en el mudéjar toledano.
Las portadas también
imitan las de la arquitectura románica de piedra, aunque suelen
ser algo más pequeñas, disponiendo de varias arquivoltas
planas de ladrillo (entre tres y seis), con perfil semicircular o
algo apuntado, siempre apoyadas sobre impostas de ladrillos cortados
en perfil de nacela. El conjunto habitualmente es recuadrado por alfiz
y completado con frisos decorativos en su parte superior, especialmente
de esquinillas.
En la provincia de Madrid
encontramos las cabeceras mudéjares de estilo castellanoleonés
en Camarma de Esteruelas y la ermita de los Milagros de Talamanca
de Jarama. Portadas como las descritas las tenemos en poblaciones
norteñas de la Sierra: Prádena del Rincón, Paredes
de Buitrago, Montejo de la Sierra, El Berrueco y Manjirón.
Representación
del Mudéjar toledano en Madrid
Desde que en 1187 se construye
el ábside que cierra la mezquita califal de Bab Al Mardum y
poco después la cabecera de San Román, ambos en Toledo,
el mudéjar del foco toledano o "Primer mudéjar
toledano" se extiende por la provincia de Toledo, Ciudad Real,
algunos lugares de Guadalajara y Extremadura y el sur de Madrid.
Se diferencia del anterior
en que la decoración es mucho más islamizada, siendo
las arquerías de sabor musulmán, especialmente almohade
(a base de arcos túmidos, de herradura, etc.)
Con frecuencia las portadas
se alejan de los cánones románicos y góticos
y se conforman a base de arcos de herradura, lobulados,
En Madrid, tenemos la cabeceras
de Cubas de la Sagra y Móstoles y la portada de la ermita del
cementerio de Carabanchel Bajo. El caso de Valdilecha es mucho más
sencillo.
La
arquitectura más popular
En zonas pobres, rurales y
normalmente serranas de Madrid, encontramos un tipo de arquitectura
muy popular, pobre y tardía (siglo XIII avanzado e incluso
al XIV)
Dada la sencillez estructural
y decorativa de esta arquitectura religiosa no es fácil adscribirla
a una u otra familia pura del románico o el mudéjar
antes descritas, sino más bien a un tipo simplificado, funcional
y sumario de todas ellas.
Las cabeceras, que son los
restos conservados, tienen planta semicircular y muros lisos sin decoración
pétrea ni arquerías de ladrillo que sería la
fundamental referencia para asociarlas al románico o al mudéjar,
La fábrica es de humilde encofrado de calicanto encintado por
hileras dobles de ladrillos tendidos. Lo habitual es que entre hilada
e hilada se dispongan tres o cuatros piezas de piedra mampuesta. En
su momento, estas iglesias se ennoblecían con enlucidos que
mejoraban el aspecto exterior.
Algunos ventanales conservados
podrían forzar -por el perfil de sus arcos- alguna relación
con lo toledano o con lo castellanoleonés, pero como hemos
citado anteriormente, creemos que debe considerarse como una arquitectura
propia resumen de otras tendencias artísticas más ricas
y urbanas.
Son, por otro lado, los restos
más numerosos de la arquitectura de tradición románica
y mudéjar presentes en Madrid. Citaremos aquí las cabeceras
de Carabanchel, ermita de la Virgen de Patones (VER IMAGEN SUPERIOR),
San Mamés de Navarredonda, Torremocha, Guadarrama, Chinchón,
Boadilla del Monte, Navas de Buitrago, Villavieja de Lozoya, etc.
Algunas
iglesias mudéjares de Madrid Madrid.
Iglesia
de San Nicolás
En
Madrid capital hay importantes restos mudéjares de la remota
época medieval en que tras la reconquista cristiana se construyó
en este estilo mestizo entre el románico y gótico de
los vencedores del norte y el arte islámico de los vencidos.
Los campanarios de las iglesias de San Nicolás y San Pedro
son de estilo mudéjar.
La torre de
San Nicolás pertenece posiblemente al siglo XIII y es
la más espectacular gracias a las arquerías, polilobuladas
unas y de herradura otras, sobre esbeltas columnas que muestra en
sus muros.
Madrid.
Iglesia de San Pedro
La
alta y esbelta torre-campanario de San Pedro pudo ser levantada
en el siglo XIV y es homóloga a los campanarios mudéjares
de Segovia, Ávila o Guadalajara que a su vez están muy
influidos por la arquitectura románica castellana.
La fábrica
de esta torre de San Pedro de Madrid es completamente de ladrillo.
Es de gran
altura y sobriedad, sobre todo en la parte inferior que sólo
se anima con algunos ventanales rodeados de arco túmido y alfiz.
En el cuerpo
superior presenta dos vanos de medio punto rodeados de arcos dobles
y a su vez enmarcados por alfiz bajo el cual corren frisos de ladrillos
en esquinillas.
Móstoles
La cabecera
de la antigua iglesia parroquial de Nuestra señora de la
Asunción de Móstoles está muy relacionada
con el mudéjar toledano aunque muy influido por el románico
tardío del siglo XIII (ábside de semitambor seccionado
en cuerpos horizontales).
El ábside
es de tambor y tiene un alto zócalo de mampostería encintada
sobre el que se superponen dos pisos de ladrillo mediante decoración
típicamente mora como demuestran los arcos apuntados de herradura
enmarcados por alfiz.
Camarma
de Esteruelas
La iglesia de San Pedro
de Camarma de Esteruelas, tiene una magnífica cabecera
románica-mudéjar probablemente edificada en el siglo
XIII. Presenta la clásica estructura dividida entre el presbiterio
de planta rectangular y el ábside de menor anchura y altura,
de planta semicircular.
Exteriormente,
la cabecera se asienta sobre un zócalo de mampostería.
Por encima, se construyeron tres cuerpos superpuestos con arcos doblados
ciegos de medio punto. De estos tres cuerpos el intermedio presenta
mayo altura.
Valdilecha
Valdilecha
posee una de las iglesias medievales más interesantes de la
provincia de Madrid. Lo mejor conservado es el ábside, que
podríamos clasificarla dentro de la tradición del mudéjar
toledano, por la fisionomía de los ventanales, y datable entre
los siglo XIII y XIV. Lo primero que salta a la vista es el material
de su fábrica, principalmente mampostería con verdugadas
de ladrillo dispuestas horizontalmente y de manera equidistante.
Originalmente
tenía tres aspilleras rodeadas de ladrillo formando un arquillo
de medio punto, que a su vez está rodeada por dos arcos ciegos
apuntados polilobulados y de herradura.
El alero del
ábside se extiende al muro presbiterial, convirtiéndose
en un friso de ladrillos en esquinilla. En el muro meridional del
presbiterio también se aprecia un ventanal con doble arco de
medio punto construido con ladrillos.
Con todo,
lo más importante es el interior, de una sugerente belleza,
donde se combina el equilibrio románico de sus pinturas murales
con la suntuosidad oriental de su decoración
El arco triunfal deja paso a un tramo presbiterial muy complejo y
ornado con bóveda del ábside de perfecto cuarto de esfera,
donde se han descubierto pinturas murales tardías pero indudablemente
románicas.
Lamentablemente
se encuentran es mal estado. Por lo conservado se trata de unas excelentes
pinturas en las que Cristo en Majestad está sentado en el trono
celestial dentro de la Mandorla Mística, rodeado por el Tetramorfos.
Son precisamente las figuras del león, el buey y el águila,
de tres de los Evangelistas, las mejor conservadas.
Prádena
del Rincón
Prádena del Rincón
tiene una de las muestras de arquitectura religiosa medieval más
interesantes de la Comunidad de Madrid. Originalmente fue dedicada
a Santo Tomé, pero en 1529 cambió de advocación
a favor de Santo Domingo de Silos.
El ábside semicircular
es de mampostería concertada y labrada por lo que se podría
considerar sillarejo. La lisura del muro se anima con una corona de
canecillos muy sencillos con algunos motivos geométricos, como
bolas.
El tramo rectangular del presbiterio
soporta una torre con cuatro troneras en su costado oeste y este más
dos en los lados norte y sur. El material de la torre es mampostería
con los arcos de las troneras de ladrillo y podrías ser de
la época de la erección del templo. Para subir se emplea
una escalera de caracol situada al exterior de la Iglesia.
El arco de embocadura al ábside
es apuntado y doblado y la bóveda que lo cubre de cuarto de
esfera apuntada.
El elemento de mayor valor
es su magnífico pórtico mudéjar de ladrillo,
adosado a su muro septentrional. En su costado se abre una puerta
central más dos vanos a cada lado respectivamente. Todos los
arcos son doblados y de medio punto y recuadrados con alfiz. En los
costados también se abren puertas de similar factura.
A pesar de que este tipo de
estructura arquitectónica, hermana de la galería románica
pura, debió ser muy frecuente en Segovia y Ávila, como
lo prueban las conservadas en Fuentepelayo y Cuéllar (Segovia)
y Orbita (Ávila), sin duda la madrileña galería
de Prádena del Rincón es la más completa y mejor
conservada de todas, por lo que tiene un valor histórico enorme.
Al penetrar en la galería
se aprecian la antigua entrada al templo que era, como cabía
esperar, una excelente portada de estilo mudéjar castellanoleonés,
formada por tres roscas semicirculares enmarcadas por alfiz.
Talamanca
de Jarama
De la Ermita
de los Milagros de Talamanca de Jarama sólo queda la cabecera,
formada por presbiterio recto y ábside semicircular.
A pesar del
deterioro, es un magnífico ejemplo de construcción románico
- mudéjar muy relacionado con el que se construye en otras
provincias de Castilla y León fundamentalmente en el siglo
XIII.
El juego de
pisos con arquerías ciegas y dobladas de medio punto es típico
del mudéjar de Salamanca, Ávila, Valladolid y Segovia.
Otros
restos mudéjares
Aunque nos hemos
propuesto pasar de largo por el mudéjar, no resistimos la tentación
de citar, aunque sea muy brevemente, algunos hitos del mudéjar
mdrileño.
En el norte encontraremos
la presencia predominante del mudéjar castellanoleonés,
como en Montejo de la Sierra, cuya iglesia de San Pedro en
Cátedra de Antioquia conserva restos del pórtico y la
portada de arquivoltas de ladrillo.
En Paredes
de Buitrago, la iglesia parroquial dedicada a la Inmaculada Concepción
tiene restos mudéjares de los siglos XIII o XIV puestos en
valor tras la reciente y completa restauración recibida. Como
su arco triunfal y la portada de cuatro arquivoltas de ladrillo.
La iglesia de
Santo Tomás Apóstol de El Berrueco también
conserva una portadita mudéjar de tres arquivoltas de ladrillo
de medio punto.
De la iglesia
mudéjar de Santiago Apóstol de Manjirón,
perteneciente al municipio de Puentes Viejas, sólo se conserva
una bonita puerta de ladrillo, protegida por un porche moderno acristalado.
El "Castillo
Nuevo" de Manzanares el Real fue iniciado en el siglo
XV embutiendo y reformando la antigua iglesia mudéjar del siglo
XIII de Santa María de la Nava en la fortaleza. La cabecera
original ha sobrevivido y tiene el habitual ábside de tambor
con bóveda de horno apuntada de ladrillo y un tramo presbiterial
abovedado con cañón apuntado.
La antigua iglesia
parroquial de Guadarrama hoy es dedicada a Centro de Actividades
Culturales. Está en lo alto de la población y conserva
un ábside mudéjar semicircular de mampostería
con hiladas de ladrillo y un arco en el muro septentrional del presbiterio.
En La Dehesa de
la Oliva, en el camino que sube a la cueva del Reguerillo, a 4 Km.
de Patones están las lamentables ruinas de la Ermita
de Nuestra Señora de la Oliva. Se conserva todavía en
estado recuperable parte de la nave y la cabecera de ábside
de semitambor. Su fábrica es de mampostería con hiladas
dobles de ladrillo. Los restos de la nave tenían bóveda
apuntada, al igual que el presbiterio, mientras que el ábside
se cubre con la habitual bóveda de cuarto de esfera.
Santiago fue una
población medieval cercana a Gargantilla de Lozoya que
debió desaparecer antes del siglo XVI. Su antigua iglesia parroquial,
convertida en cementerio, tiene una puerta de ladrillo, con una arquivolta
de ladrillo ligeramente apuntada, con un ancho friso de ladrillos
en esquinilla y el alfiz.
La iglesia de
San Simón Apóstol de Piñuécar conserva
una cabecera de ábside semicircular de tradición románica
y en su interior se guarda un magnífico Cristo románico
y la Virgen sedente de "las Candelas", todo de los siglos
XII-XIII.
La parroquial de la Inmaculada de Villavieja de Lozoya atestigua su
origen medieval por su ábside románico de planta semicircular
muy rehecho y enfoscado.
En una hospedería
de Villavieja de Lozoya hay restos de lo que debió ser
un edifico mudéjar con arco de herradura.
En Collado
Mediano quedan restos de la iglesia de la Virgen del Rosario reutilizada
como capilla del cementerio viejo. Se puede considera obra del románico
popular muy tardío, del siglo XIII. La bóveda es de
sillarejo y el arco triunfal es apuntado y apoyado sobre columnas
cilíndricas de pequeños capiteles con figuras humanas.
Es posible que
las iglesias de San Pedro de Olmeda de las Fuentes, San Bartolomé
de Navalafuente, Santa Cruz de Navas de Buitrago e Inmaculada
Concepción de Bustarviejo pudieran tener humilde origen
románico o mudéjar popular por algunos elementos arquitectónicos,
como sus ábsides.
La mitad sur y
sureste de la Comunidad de Madrid está marcada por el mudéjar
de influencia toledana, especialmente, al sureste de la línea
del río Henares.
De gran interés
es la iglesia del cementerio de Carabanchel Bajo (antigua iglesia
de Santa María la Antigua) que es un templo de ábside
con planta semicircular de mampostería con hiladas de ladrillo
y ventanal de arco túmido de ladrillo muy bien conservado.
La cornisa está soportada por canecillos de perfil de nacela
formada por ladrillos cortados. Otro elemento muy importante es su
preciosa portada meridional de tres arquivoltas ligeramente abocinadas.
La interior es de medio punto y es superada por otra angrelada de
12 lóbulos. La tercera arquivolta vuelve a ser de medio punto.
Los apoyos, al modo mudéjar habitual, son ladrillos cortados
en forma de nacela que encabezan las jambas en degradación.
En el interior, el arco de triunfo es túmido y trasdosado por
otro polilobulado. El presbiterio está abovedado con medio
cañón y el ábside con bóveda de horno.
La iglesia de
San Andrés de Cubas de la Sagra muestra un interesante
ábside con una parte original del mudéjar toledano,
de los siglos XIII o XIV. Lleva un piso baja de arcos doblados de
medio punto y otro superior con arquitos túmidos trasdosado
por arcos polilobulados apuntados. Todo del más genuino estilo
mudéjar toledano.
En Santorcaz,
la parroquial de San Torcuato, adosada al castillo, posee una cabecera
mudéjar de triple ábside, restaurada. Destaca el ábside
principal de gran volumen construido con mampostería e hiladas
horizontales de ladrillo. En
el interior del ábside se han encontrado restos de pinturas
murales románicas.
La Ermita de San
Polo de Aldea del Fresno es una iglesia mudéjar arruinada
y condenada a la desaparición que se conserva en una finca
particular. Tan sólo quedan partes del muro del mediodía
y de la cabecera. Afortunadamente, todavía se conserva bien
su portada mudéjar de cuatro arquivoltas apuntadas de ladrillo.
La iglesia de
San Cristóbal de Boadilla del Monte fue casi destruida
durante la Guerra Civil pero conserva el ábside de semitambor
del primitivo templo del siglo XIII con fábrica es de mampostería
con hiladas de ladrillo con tres aspilleras rodeadas por arcos doblados
de ladrillo. Por encima corre una corona de almenas.
En Chinchón
la ermita de San Antón, antes dedicada a San Esteban, tiene
un ábside mudéjar de semitambor y una corona de canecillos
de ladrillo. El resto fue reconstruido en el siglo XVIII.
La iglesia de
Nuestra Señora de la Asunción de Valdelaguna
conserva un ábside de tambor románico-mudéjar,
completamente enfoscado de color blanco y la corona de canecillos
pétreos de perfil de nacela que soportan la cornisa.
La ermita mudéjar
arruinada de la villa de Valtierra estaba dedicada a la Virgen
de la Humanidad o de la Consolación. Se encuentra a 3 Km. de
Arganda del Rey. Es obra del siglo XIII y conserva los muros perimetrales
de mampostería descarnada entre hiladas de ladrillo.
La iglesia de
San Cristóbal de Alalpardo, tiene una peculiar torre campanario
que se yergue a los pies de la iglesia sobre un pórtico de
arco apuntado. El cuerpo superior de las troneras es de ladrillo y
tiene arcos doblados semicirculares. Su structura interna tiene diverso
abordamientos de medio cañón.
La iglesia Santa
María Magdalena de Getafe, tras la estabilización
de la repoblación se construyó en estilo mudéjar
allá por los siglos XIII y XIV. El rápido crecimiento
demográfico obligó a su sustitución en 1549 por
un templo más grande Del edificio original se conservó
parte de la torre mudéjar.
Delicada es la
datación de varios campanarios mudéjares madrileños
por su escasa evolución formal durante siglos. Citamos aquí
el posible origen medieval de parte o la totalidad de los campanarios
de las iglesias parroquiales de Villalbilla, Villaverde
Alto, Humanes de Madrid, Torres de la Alameda y
Daganzo.