Castillos
de Alicante
El turismo de
Sol y Playa que recibe la costa de Alicante habitualmente puede hacernos
pensar que se trata de una provincia llana. Sin embargo, sólo
la estrecha franja del litoral mediterráneo tiene esas características.
El resto de la
provincia es montañosa y está jalonada por numerosos
e imponentes castillos medievales, alguno de ellos típicos
castillos roqueros de bellísima estampa.
En este conjunto
de fortalezas, abordamos los castillos de Alicante (Santa Bárbara),
Denia, castillos de Villena, Biar,
Petrer, Bañeres o Banyeres de Mariola,
Castalla, Penella, Guadalest, Cocentaina
y Elche.
Castillo
de Santa Bárbara (Alicante)
El
castillo de Santa Bárbara se emplaza en el centro de la ciudad
de Alicante, sobre una abrupta peña de 166 metros que desciende
casi verticalmente hasta el mismo litoral. Debido a su estratégica
posición, desde el que se dominan amplísimas panorámicas
tanto marítimas como terrestres, fue una plaza codiciada desde
la más remota antigüedad, existiendo sobre su solar constancia
de asentamientos de la Edad de Bronce, íberos y romanos.
La primera fortaleza
propiamente dicha sobre la llamada Peña Benacantil dataría
del siglo IX, durante la dominación musulmana. Mediado el siglo
XIII, el aún príncipe Alfonso de Castilla, futuro Alfonso
X el Sabio, tomaría la fortaleza el día de Santa Bárbara
(de ahí su denominación), pasando después a manos
aragonesas tras las campañas de Jaime II el Conquistador en
1296.
Tras sucesivas
reformas y ampliaciones durante los siglos XIV y XV, sería
ya en tiempos de Felipe II cuando es acometida su última y
definitiva remodelación.
El castillo, en
su estado actual, consta de tres sectores bien diferenciados: el superior,
denominado "La Torreta", donde se encuentra la torre del
homenaje y los restos más antiguos de la antigua alcazaba árabe.
El intermedio, vendría a corresponder con las reformas realizadas
durante la segunda mitad del siglo XVI, las cuales, afectarían
al patio de armas, al baluarte de la reina y a la ermita de Santa
Bárbara. Por último, el recinto inferior, levantado
ya bien entrado el siglo XVIII, coincidiría al espacio hoy
utilizado como aparcamiento.
Castillo
de Denia
Situado, al igual
que castillo de Santa Bárbara de Alicante, sobre una prominencia
rocosa junto a la línea litoral en el centro de la propia localidad,
el castillo de Denia, en cuyos alrededores han sido hallados también
restos romanos del antiguo asentamiento de Diannum, remonta sus orígenes
a la época de dominación almohade, concretamente a los
siglos XI y XII.
Tras la reconquista
cristiana de la ciudad, el castillo iría siendo sometido a
diferentes intervenciones, destacando la que en el siglo XV trajo
consigo la construcción de las llamadas Torre Roja y Torre
del Consell, así llamada por ser el escenario de reunión
del consejo ciudadano durante siglos.
Ya durante el
Renacimiento, sería erigido tanto el Palacio del Gobernador,
que en la actualidad acoge un museo arqueológico; como distintos
baluartes defensivos de refuerzo, todos ellos fuertemente dañados
tras la Guerra de Sucesión en el siglo XIX.
Castillo
de Biar
El Castillo de
Biar es uno de los más espectaculares de la provincia de Alicante.
Está asentado
sobre la enorme peña que se yergue sobre la villa de Biar.
Su origen es árabe y fue tomado por asedio en 1245 por Jaime
I en su imparable avance en la conquista de todo el reino de Valencia.
Presenta dos
murallas concéntricas con cubos cilíndricos y muros
todo almenado y con varios aljibes. La torre del homenaje es prismática
y sobresale muy por encima del conjunto.
Castillo
de Villena
El castillo de
Villena es obra de origen musulmán. Esta fortaleza fue asediada
y tomada en el año 1240 por Jaime I de Aragón, con ayuda
de caballeros catalanes y las órdenes de caballeros templarios
y hospitalarios.
Sin embargo,
la mayor parte del edificio es una reforma del siglo XV, convirtiéndolo
en castillo-palacio con su gran torre del homenaje.
Castillo
de Castalla
El castillo de
Castalla se construyó sobre una escarpada montaña de
roca caliza a 785 metros de altitud, en una zona de fácil defensa.
Es una fortaleza
de origen islámico, casi con toda probabilidad del siglo XI,
aunque de esta época no se conservan restos visibles.
Lo que todavía
queda en pie corresponde al edificio cristiano que se construyó
durante la segunda mitad del siglo XIV, cuyas obras comenzaron cuando
Pere IV de Aragón, en 1362, concedió el castillo a R.
de Vilanova y dispuso que se derribase porque estaba en ruinas y mal
fortificado.
La construcción
de esta época queda patente en las troneras y las almenas con
aspilleras, así como en la planta rectangular del recinto.
La última incorporación
realizada en la fortaleza fue la Torre Mayor, que se terminó
de edificar en 1579 y de la que tenemos noticias de que estaba en
ruinas en 1813. Los restos que han quedado levantados son del antiguo
palacio de planta rectangular, que tenía dos torres circulares
en una de sus diagonales. Del recinto principal se conservan los lienzos
de muralla de los frentes oriental y occidental. En el interior de
este gran espacio se aprecian restos constructivos pertenecientes
a las diversas dependencias del castillo bajomedieval. Culmina el
conjunto la denominada "Torre Grossa", de planta circular
y gran tamaño.
Castillo
de Petrer
El castillo de
Petrer es uno de los más bonitos y bien conservados de Alicante,
sobre todo desde la restauración de los años 80 del
pasado siglo.
Petrer y Elda
son dos poblaciones vecinas situadas en un lugar estratégico
pues suponía uno de los pasos de la meseta a las tierras valencianas.
El castillo fue
musulmán en origen (siglo XII o XIII) y pasó a Castilla
gracias al tratado de Almizra. Ya en el siglo XIV (1305) pasa definitivamente
al Reino de Valencia.
El castillo de
Petrer tiene planta poligonal de recios muros almenados de mampostería
con sillería en las esquinas, sin apenas vanos.
Una gran torre
de planta cuadrada aflora desde el interior. Está compartimentada
en varios pisos y un aljibe.
Castillo
de Bañeres (Banyeres de Mariola)
El Castillo
de Bañeres (Banyeres de Mariola) se levantó a 830 metros
de altitud sobre la empinada localidad de Bañeres, casi en
el límite provincial de Alicante y Valencia. Desde su torre
se alcanza a divisar en los días claros tierras pertenecientes
a las tres provincias circundantes.
Parece ser que
su origen es almohade (siglo XIII) pues existen claros paralelismos
con otros castillos anteriormente vistos de Alicante, como Biar, Villena,
Sax, etc.
En 1249, tras
la reconquista, Jaime I dona el castillo y la villa de Bañeres
a Don Jofré de Loaysa. El último señor lo vendió
a Bocairent a mediados del siglo XV.
Ha sufrido reformas
en los siglos XVIII y XIX, llegando a estar en ruinas a finales del
siglo XIX.
La importante
restauración que se ha realizado en la fortaleza se inició
en 1968 y los trabajos más relevantes continuaron hasta 1983.
En la actualidad alberga en su interior los museos arqueológico
y festero.
El castillo tiene
dos recintos y como en otros ya vistos, destaca la espigada torre
del homenaje.
Castillo
Palacio de Altamira o Alcázar de la Señoría (Elche)
El Castillo-Palacio
de Altamira de Elche también es llamado Alcázar de la
Señoría.
Se trata de un
castillo palaciego gótico que posiblemente ocupe el solar de
alguna fortaleza anterior de la muralla almohade que defendía
esta ciudad musulmana, y de la que quedan restos de lienzos adyacentes.
Sin embargo,
lo que hoy vemos, como ya hemos dicho, es el edificio que fue mandado
construir por Gutierre de Cárdenas a finales del siglo XV.
Tiene planta
poligonal con muros de mampostería y cubos cilíndricos
en las esquinas. La torre del Homenajes es el elemento más
destacable junto con su amplio patio de armas.
El Palacio de
Altamira es empleado actualmente como parte del Museo Arqueológico
y de Historia de Elche (MAHE), que es, sin duda, uno de los mejores
museos de este tipo de Alicante y de toda España gracias a
sus modernas instalaciones y riqueza de recursos audiovisuales.
Palacio
y muralla de Cocentaina
El conjunto fortificado
de Cocentaina, situado en las escarpadas tierras de Sierra Mariola,
en el interior provincial alicantino, se compone de los restos de
un recinto amurallado, del castillo que Corona el Cerro de San Cristóbal
y del Palacio Condal, incluyéndose también dentro de
su término municipal el castillo de Penella, en el cual, nos
detendremos en el próximo punto.
La muralla, que
envolvía el primitivo núcleo cristiano conocido como
"La Vila" en un perímetro de más de un kilómetro,
estaba jalonada de torreones defensivos y varias puertas y portazgos.
En la actualidad y debido a la expansión urbana de la población,
la muralla ha desaparecido en varias partes de su primitivo trazado,
conservándose en algunos puntos varios lienzos y torreones.
El castillo, situado
en posición dominante sobre la localidad en el llamado Cerro
de San Cristóbal, es una antigua construcción árabe
que, en el siglo XIV, ya bajo el dominio cristiano, sería reaprovechado
y reconstruido, conservándose tan solo la torre del homenaje:
una sólida construcción de tapial reforzado por sillares
de planta cuadrangular y patio interior dotado de aljibe.
En el centro de
la población y también sobre los cimientos de una primitiva
fortificación islámica, se alza el majestuoso Palacio
Condal, mandado construir en el siglo XIII por el almirante aragonés
y señor de la villa Roger de Lauría, y que fue ampliado
en el siglo XV una vez había pasado a manos de la familia Corella.
En la actualidad,
el palacio se presenta como un gran volumen rectangular reforzado
por potentes torreones que envuelven un elegante patio interior, al
cual, abren distintas estancias de gran valor artístico como
la Sala Dorada, el Salón de Embajadores o la Capilla de San
Antonio Abad.
Castillo
de Penella
Dentro también
del término municipal de Cocentaina, a unos 7 kilómetros
del casco urbano, se distinguen desde la lejanía los altivos
restos del castillo de Penella (o Penelles), levantado de manera vertiginosa
sobre un espolón calizo.
Su construcción
data de finales del siglo XIII, una vez que el rey Jaime I autorizó
a Ponç Guillem de Villafranca a levantar un castillo en la
alquería homónima. En la actualidad, sobrevive su torre
del homenaje, de unos 12 metros de altura y remate almenado, y varios
de los lienzos de sus equipamientos anexos, construidos en tapial
y también fortificados.
Castillo
de Guadalest
El castillo de
Guadalest, también en un agreste entorno serrano en el centro
de la provincia, constituye uno de los puntos más sugestivos
y fotogénicos alicantinos. Villa amurallada desde su caída
en manos cristianas, su castillo fue edificado sobre los restos de
un primitivo bastión musulmán, gozando de una notable
relevancia durante la Edad Media.
Destruido por
sendos seísmos en 1644, así como por una voladura durante
la Guerra de Sucesión, sus restos constituyen en la actualidad
un mirador privilegiado sobre el soberbio paisaje que lo circunda,
siendo la llamada torre de Guadalest, enriscada sobre una puntiaguda
prominencia rocosa, una de las estampas más señeras
de la provincia de Alicante.
Castillo
de Sax
Situado en la
comarca del Alt Vinalopó, la fortaleza de Sax constituyó
en su momento, junto a sus vecinas de Villena y Biar, un cinturón
defensivo casi inexpugnable hacia el litoral levantino desde las tierras
mesetarias.
Emplazado sobre
un cerro prácticamente inaccesible que le sirve de inmejorable
muralla natural, existe constancia en su entorno de asentamientos
íberos y romanos. Los orígenes de la fortificación
son musulmanes, cayendo en manos cristianas en 1239 gracias a los
caballeros de la orden de Calatrava.
De planta rectangular
y constituido en varios recintos concéntricos, se accede a
la fortificación a través de una puerta flanqueada por
dos torreones cúbicos desde la cual, y a través de un
sendero ascendente y con tramos de escalera tallados sobre la roca
viva, se accede al recinto principal, de planta cuadrangular y coronado
por una torre del homenaje a la cual, se accedía mediante un
puente levadizo hoy desaparecido.
Castillo
de Planes
Situado a escasos
kilómetros de Cocentaina, el abigarrado caserío de Planes
queda acomodado a la falda del cerro coronado por la espectacular
fortaleza, obra de origen almohade que, como tantos otros de la Comunidad
Valenciana, sería reaprovechado y reconstruido por los nuevos
señores cristianos establecidos en el territorio.
Su recinto principal,
de nada menos que 3.000 metros cuadrados, queda abrazado por un perímetro
amurallado de planta irregular reforzado por ocho torreones rectangulares.
En la actualidad se encuentra en estado ruinoso y a la espera de una
necesaria restauración y puesta en valor.