Castillos
de Girona
Castillo
de Tossa de Mar
Tossa
de Mar, la antigua Turissa romana y de tradición pesquera,
es uno de los rincones más bellos de la costa brava. Cuenta
con una ciudad antigua, la Vila Vella, situada en una ladera y declarada
monumento nacional. El castillo y el amurallamiento general de la
Vila Vella datan del siglo XII al XIV.
Los documentos
de época medieval que hablan de Tossa hablan de cuando el conde
Miró, conde de Cerdaña y Besalú, cede al Monasterio
de santa maría de Ripoll los derechos de Tossa. Posteriormente
Ramón Berenguer III y el Papa Urbano II con su bula confirmaron
los antiguos derechos que el Monasterio de Ripoll había adquirido
históricamente sobre Tossa.
Los
primeros datos sobre el castillo de Tossa se refieren al año
1187 en la carta pobla de la población. En 1189 Alfonso el
casto ordenó que cualquiera que pescara en el término
del castillo de Tossa debería pagar tributo al monasterio de
Ripoll.
En el Libre de
Feyts d'armes de catalunya se señala cómo entraron muy
violentamente en 1285 las tropas francesas.
Es de señalar
que en 1420 los pescadores se niegan a pagar el tributo de pesca,
denominado "castellatge del peix" al monasterio de Ripoll,
si Pere de Riera, su baile, no prestaba los debidos servicios de vigilancia
del castillo.
El castillo de
Tossa es importante por el papel decisivo frente a los piratas. Dado
su lugar privilegiado de emplazamiento, podía defender la bahía.
El castillo posee
7 torres en su entorno amurallado, de las cuales 3 son las más
importantes: una denominada Joanàs que domina el mar; otra
situada en medio, tocando la puerta de la vila, que es la del Rellotge
y la tercera, sobre la cala y cercana a lo que fue el Palacio del
Gobernador, se llama Codolar. Estas tres torres son cilíndricas
y se diferencian de las del resto amurallado por su mayor altura y
por acabar en ménsulas corridas.
La Torre del
Reloj que es la más ancha de todas protege el portal de entrada
que presenta un rastrillo y es de arco de medio punto. Desde el portal
se pasa a una plaza desde la que se observa otro portal que da acceso
al la calle Mayor. Los merlones de la muralla son cuadrados y presentan
aspilleras.
Castillo
de Pedralada
El castillo de
Pedralada, situado en el llano del Ampurdán, debió ser
una residencia de señores a la que se le añadieron torres
y murallas para defenderla entre los siglos IX y XIV. Originariamente
el castillo fue llamado castillo de Tolón. Es más parecido
a un castillo francés que a un castillo español porque
la puerta de acceso se encuentra franqueada por dos torres circulares.
En la actualidad se encuentra muy restaurado.
Pedralada siempre
fue un lugar importante de enlace de comunicaciones y siempre ligado
a la historia del condado de Ampurias.
En 1285, al igual
que en Tossa, entraron las tropas francesas. Se pueden observar en
el castillo de Pedralada tres etapas constructivas:
- La
etapa medieval, con las dos torres y el muro norte
- La etapa renacentista,
con la fachada principal y, la etapa del finales del siglo XIX,
con una tendencia al castillo tipo francés.
El muro norte
forma un ángulo con la torre y presenta ventanas de arco rebajado,
típicas del gótico catalán, del siglo XIV.
En los últimos
años del siglo XVI se construyó la fachada principal,
de estilo renacentista. A finales del siglo XV el castillo de Pedralada
deja de tener importancia militar y pasa a ser residencia de nobles
que acumulan un importante tesoro artístico que han heredado
sus descendientes.
Castillo
de Llers
El castillo de
Llers se encuentra algo oculto por otras edificaciones de Llers. Parece
ser que estaba protegido por otros tres pequeños castillos
muy próximos a él que lo rodeaban: Bellver, Cabrera
y Destorrent. Actualmente presenta un buen aspecto la torre del Homenaje,
con muros de unos tres metros de espesor y considerada la más
grande de la comarca, así como la muralla que la circunda.
En la historia
de este castillo hay que destacar que en torno a 1270 la familia Llers
i Guillem de Cervià, sus propietarios desde el siglo XI, lo
vendieron a la familia Rocabertí, quienes lo restauraron unos
seis años más tarde y lo dotaron de mayores defensas.
En 1285 fue ocupado
por el ejercito de Felip l'Ardit. En 1490 pasó al poder de
la Corona y en 1549 lo adquirió Joan Pujol Reu i de Soler.
Este castillo
fue seriamente dañado en dos cruentas batallas, la guerra de
Sucessió (1705-1716) y la guerra Gran (1790-1795).
Además,
durante la Guerra Civil Española sufrió varíos
ataques aéreos, aunque lo que realmente lo destruyó
fue la explosión de la iglesia del pueblo (que se utilizó
como polvorín), en ser volada por el bando republicano al verse
rodeados, para que no pudieran utilizar esa munición en caso
de que la tomaran.
El Castillo de
Llers ha sido, durante siglos un punto de encuentro de historias de
brujas y vampiros. Se dice que en él vivió el primer
vampiro conocido, que se llamaba Estruch, y que cuando sopla la Tramontana
se puede escuchar el susurro de las brujas que vivieron en esas tierras.
Otros castillos
de Girona de interés son el castillo de Farners, en
Santa Coloma de Farners, que data del siglo XII, y el castillo
de Calonge, en Palamós.
El castillo de
Farners tiene una excelente conservación y de él destacan
sus sólidos muros y una magnífica torre cilíndrica.
El castillo de Calonge es una de las fortificaciones más grandes
del "Baix Empordà" y actualmente es sede de prestigiosos
festivales de música y exposiciones.