Castillos
de Huesca
Huesca
cuenta con una nutrida colección de torres y castillos medievales.
Las
primeras fortificaciones se construyeron al comienzo de la reconquista
(siglo XI) por los estados cristianos de Aragón, Sobrarbe y
Ribagorza frente a todopoderoso Islam meridional.
Estas
construcciones se limitaban a un modesto recinto murado del que emergía
una torre que podía tener planta circular, cuadrada o poligonal.
Estas
fortalezas se fueron haciendo más grandes a medida que la reconquista
avanzaba hacia el sur y abandonaban las estribaciones pirenaicas y
se adentraban hacia tierras más llanas.
El
valor histórico, arqueológico y paisajístico
de estas torres es grande, sobre todo porque suelen ir asociadas a
una iglesia románica, creando el binomio castillo-iglesia,
muy tradicional en Aragón.
Otro
tipo de fortaleza que hay que reseñar son los castillos - palacios
construidos como casa señorial a partir del siglo XIV.
Por
último, una postrera tipología de torres defensivas
va a nacer a partir del siglo XV como elementos defensivos frente
a la vecina Francia.
Los castillos
que describiremos son los de Montearagón,
Loarre, Alquézar y Fantova.
Castillo
de Montearagón
Montearagón
es uno de los castillos históricamente más importantes
de España. Construido en pleno siglo XI y desde el cual los
reyes aragoneses organizaron el asedio y conquista de la Huesca musulmana.
Luego
pasó a ser poderoso monasterio y tras la desamortización
empezó su declive que se consumó tras un incendio en
el siglo XIX.
Tenía
dos recintos. El interior destacaba pos sus 10 torres, incluyendo
la albarrana.
Recientemente
se han iniciado obras de restauración.
Castillo
de Loarre
El
Castillo de Loarre es una imponente fortaleza-santuario que fue baluarte
decisivo en la expansión del reino de Aragón hacia el
sur y la reconquista de Huesca.
En
el año 1070 fue reconquistado los restos de un castillo romano
llamado "calagurris fibularia" por Sancho Ramírez
que mando construir una iglesia siguiendo los nuevos aires del románico
internacional irradiado desde Jaca. y dedicada a Santa María.
El tambor
absidal es de excepcional altura pues además de la propia capilla
engloba la cripta inferior.
En el interior
de la cabecera, además de las ventanas y vanos, llama la atención
el juego de arcos sobre columnas con los que se adorna la parte baja
de la capilla. Consta
de tres naves y posee una cúpula que descansa sobre dobles
trompas. De gran interés son los capiteles de las numerosas
columnas.
Su
planta es irregular, y está rodeado por una doble muralla con
torres cilíndricas y dos puertas de ingreso bien guarnecidas.
Más
información del Castillo
de Loarre
Castillo
de Alquézar
El
castillo musulmán de Alquézar fue construido en el siglo
IX por Jalaf Ibn Arad sobre un imponente roquedo rodeado por el río
Vero.
Fue
conquistado por Sancho Ramírez en el año 1067 mandando
construir la capilla real de Santa María.
El
templo, actualmente existente, es del siglo XVI, con un claustro del
XIV con restos románicos de gran valor: un ala con arcos columnas
de interesantísimos capiteles.
Fortaleza
de Fantova
El
castillo de Fantova está situado en el Prepirineo oscense,
concretamente en el antiguo Condado de Ribagorza.
Se
puede considerar como un prototipo del castillo - iglesia aragonés.
Es obra muy primitiva, de comienzos del siglo XI.
El
recinto murado se conserva parcialmente y engloba una alta torre de
planta circular y una iglesia románica.
La torre tiene tres pisos y puerta en alto (que se abre en el segundo
de estos pisos). La planta inferior esta cubierta por una bóveda
de arista, mientras que la superior tiene como particularidad disponer
de siete vanos semicirculares.
La
iglesia
románica es de una nave y cabecera rematada en ábside
semicircular. La espadaña en semicilindro se correspondía
con uno de los cubos de la muralla exterior.
Muralla de Huesca
Huesca fue ocupada por los árabes
en el año 719. Aunque la ciudad se encontraba amurallada en
su parte más alta desde época romana, fueron los musulmanes
los que construyeron el perímetro del actual cinturón
defensivo, conservado parcialmente, con el objetivo de incluir en
él toda la población que, a lo largo de los siglos,
se había ido asentando en los arrabales de la ciudad. Esta
muralla se construyó en el último tercio del siglo IX,
siguiendo las órdenes de Muhammad I, califa de Córdoba
entre el 852 y el 886. Posteriormente, ya en el siglo X, este recinto
tuvo que ser de nuevo ampliado, llegando a construir un muro de casi
2000 metros con un trazado irregular que comprende todo lo que hoy
es el caso histórico de la ciudad. Ya en el siglo XII la muralla
se volvió a reforzar, aunque sin ampliar el perímetro.
Hay que considerar el carácter fronterizo de la ciudad, lo
que explica la importancia que se dio a su defensa y a la muralla.
La mayoría de los restos que se han conservado corresponden
los siglos X, XI y XII, aunque en las excavaciones arqueológicas
se han hallado interesantes restos de las estructuras anteriores,
que en parte se encuentran expuestos en el Museo Provincial.
La muralla de Huesca llegó a contar
con cerca de 100 torres almenadas situadas aproximadamente cada 25
metros, y siete puertas de acceso, cuatro de las cuáles se
orientaban a los puntos cardinales. De todo esto tan sólo ha
sobrevivido la Torre del Septentrión o Torre del Amparo, y
la conocida como "la Porteta" o Puerta de Montearagón.
Las excavaciones que se han emprendido recientemente evidencian que
no todas las torres tenían la misma estructura, algunas eran
de planta semicircular, y otras de planta cuadrangular. Al exterior,
toda la muralla contaba con un gran foso, que contribuía a
la defensa de la ciudad. La escasa documentación que se ha
conservado de época cristiana indica que, además del
foso y las torres, la muralla contaba con otros elementos defensivos,
tales como albacares, término que alude a una gran explanada
frente al foso, para poder atacar al enemigo.
La Torre del Amparo, la única que
se ha conservado en su totalidad, está muy cerca de la iglesia
de San Miguel, al nordeste de la ciudad. Aunque fue remodelada en
época gótica, como se evidencia por los remates en el
lugar en el que se encontrarían las almenas, su estructura
es la original. Se trata de una construcción de planta cuadrada,
y solidos muros de mampostería.
La Puerta de Montearagón se
encuentra en esta misma zona, junto a la plaza de toros. Tiene una
estructura de ladrillo, y todavía pueden verse algunos restos
del torreón que la defendía.
Debido a la importancia que tiene esta muralla, en el año 2006
fue declarada Bien de Interés Cultural, lo que ha facilitado
su restauración y recuperación, acometida en los últimos
años.