Lluís
Borrassà, Biografía y obra
Lluís
Borrassà, figura de la pintura gótica catalána
Maestro retablista del gótico
español del s.XV, Lluís Borrassà ha sido considerado
como el responsable de la introducción del estilo "internacional"
en Cataluña, tras los pasos de los hermano Serra. Creador
de un gran taller, prolífico y desigual en calidad, su obra
parte de influencias italianas y flamencas para desembocar en delicadas
composiciones de rasgos miniaturistas. Pintor sumamente versátil,
trabajará principalmente para encargantes religiosos, alternando
diferentes tipos de registros según las necesidades del momento.
Biografía
de Lluís Borrassà (h. 1360-1425)
A pesar de que existe abundante
documentación relativa a Lluís Borrasà, principalmente
en lo que respecta a encargos y pagos, existen periodos de su vida
sumidos en el desconocimiento. Al parecer, sus orígenes se
podrían encontrar en la ampurdana localidad homónima
de Borrasà, aunque pronto se le ubica con su familia en Gerona,
lugar al que se habría desplazado su padre, maestro pintor
con quien habría dado sus primeros pasos en el mundo del
arte (se ha atribuido también en ocasiones su formación
al asimismo catalán Pere Serra). De esta primera etapa tan
sólo se tiene conocimiento de un trabajo realizado en 1380
por Lluís, quien habría llevado a cabo la reparación
de un vitral, cuya correspondencia suscita hoy día interrogantes
e hipótesis diversas (se cree que pertenecería a una
escena de la Anunciación del nacimiento de la Virgen ubicada
en el presbiterio de la catedral de Gerona).
En 1383 se encuentra ya
en Barcelona, ciudad donde llevará a cabo casi toda su obra
y permanecerá hasta el año de su muerte, en 1425.
Desde un principio va a contar con un volumen de encargos importante,
lo que da buena idea del prestigio del que gozará, datando
de fecha de 1402 su primer trabajo documentado: el Retablo de la
Virgen para Copons. A esta etapa inicial pertenece también
el retablo de San Jorge y la Virgen, del convento franciscano de
Vilafranca del Penedès, una de sus obras de juventud más
importantes.
El hecho de que ya en estos años contara con un taller de
cierta envergadura con numerosos ayudantes ha contribuido a sembrar
la duda a la hora de atribuirle la autoría de determinadas
obras, como, por ejemplo, el retablo del arcángel Gabriel
de la Catedral de Barcelona.
Se sabe de algunos de los
nombres de los pintores que trabajaron en dicho taller, como sucede
con Guerau Gener. Caso curioso es el de un esclavo tártaro
del propio Borrassà que se dedicará a la pintura;
de nombre Lluc, una vez emancipado tomará el apellido de
su otrora amo. Coincidencia lingüística en los anales
de la pintura gótica, y estilística, debido a la semejanza
que presenta el trabajo del antiguo esclavo con el ejecutado por
Lluís.
Con respecto a la segunda
etapa de su producción, las fechas y atribuciones son mucho
más exactas, encontrándose documentada su autoría
en el caso del retablo del Salvador de Guardiola (1404), del bancal
de la Piedad del retablo de San Antonio de la Catedral de Manresa
(1410), de los retablos de Gurb y Seva (1416-18), de San Miguel
de Cruïlles (1417) y del retablo de Sant Esteve de Palautordera
(1423-24).
A estas fechas corresponderían
también dos de sus principales trabajos: el retablo de San
Pedro de Terrassa, realizado entre 1411 y 1413 y del que se conservan
trece fragmentos excelentemente conservados, y el retablo de Santa
Clara en Vic, obra acometida tan sólo un año después
(1414-1415).
Principales
obras de Lluís Borrassà
Principal representante
del gótico internacional, sus composiciones comparten las
características propias del mismo, con composiciones donde
el virtuosismo del detalle, el brillante colorido y la importancia
de la narración (como no podía ser de otra manera
con el empleo como vehículo de transmisión de la tipología
de retablo) se erigen en protagonistas absolutos. Y dentro de este
marco, el trabajo de Borrassà se caracteriza por un estilo
expresivo, dotado de una especial confianza y elegancia en el tratamiento
de las figuras, en el que se funden las influencias sienesas propias
del arte italogótico con las provenientes del estilo flamenco
que se impondrá en el s.XV.
De entre toda su producción
cabe destacar el retablo de San Pedro de Tarrassa o el retablo del
monasterio de Creus, por su dominio de la composición múltiple
y la narración, el retablo de Santa Clara por la elegancia
superada de dramatismo juvenil que destila, o el retablo de San
Miguel de Cruïlles, pudiéndose apreciar en cualquier
de los restantes 45 retablos documentados las calidades de dibujo
y color que contribuyeron a otorgarle merecida fama en su época
y posterior reconocimiento.